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El gobierno de Nicaragua se solidarizó hoy con la destituida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien fue acusada por antiguos aliados políticos y opositores que están envueltos en corrupción, que Managua ha estimado es un golpe de estado parlamentario, injusto, arbitrario e ilegítimo.
"Esta mañana se conoció de la culminación del proceso de separación, proceso que en su momento nuestro Gobierno condenó por considerarlo injusto, proceso de separación de la Presidenta (Dilma Rousseff). Realmente es una destitución, se ha catalogado también como un golpe de estado, golpe parlamentario que ha separado de la presidencia a la hermana, compañera Dilma Rousseff", dijo la Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo.
"Al culminar este proceso, sobre el cual se han pronunciado también los gobiernos hermanos de América Latina, condenándolo como injusto, arbitrario, ilegítimo, se está también declarando de muchas manera la apertura de una etapa difícil para el pueblo brasileño, donde se habla del regreso de las políticas neoliberales", afirmó.
"Hemos visto al pueblo de Brasil movilizado en las calles, condenando ese intento de retornar a tiempos idos, gracias al Gobierno del compañero-presidente Luis Inacio Lula Da Silva, y después la presidenta Dilma, a tiempos de injusticia para los pobres. Recordemos que el gobierno de Lula y el gobierno de Dilma han sacado a millones y millones de hermanos y hermanas brasileños de la pobreza", añadió Rosario Murillo.
"Ahora los augurios no son buenos para las familias del Brasil, mucha inseguridad, el retorno de políticas neoliberales que van a sumir a muchísimas familias en muchísimas dificultades y sobre todo la falta de políticas públicas que promuevan el protagonismo de las personas, de las mujeres, de la juventud, en la conquista de su bienestar, en la conquista de los espacios para desarrollarse en la economía, en la agricultura, en la conquista también de la seguridad alimentaria... en fin, tantos logros, tantos avances y no hay buenos augurios para el hermano pueblo brasileño", valoró.
Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), denunciaron este miércoles en la OEA un "golpe de Estado" contra Dilma Rousseff después de que fuera destituida de la presidencia de Brasil.
Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), denunciaron este miércoles en la OEA un "golpe de Estado" contra Dilma Rousseff después de que fuera destituida de la presidencia de Brasil.
El representante alterno de Nicaragua, Luis Ezequiel Alvarado, condenó un "golpe de Estado parlamentario" luego que el Senado brasileño, en un fallo histórico, puso un dramático fin a 13 años de gobiernos de izquierda en el gigante sudamericano. Ello "demuestra que las fuerzas regresivas del hemisferio siguen trabajando con el objetivo de desestabilizar y provocar golpes de Estado en contra de los gobiernos progresistas de la región", añadió Alvarado.
Previamente, las representaciones de Ecuador, Bolivia y Venezuela se habían pronunciado de manera similar. Tanto Ecuador como Venezuela anunciaron el retiro de sus representantes diplomáticos en Brasil y Caracas anunció que congeló sus relaciones con Brasilia. En respuesta, una representante brasilera agradeció las "manifestaciones de solidaridad en este momento difícil de nuestra historia".
En Brasilia, una mayoría de 61 senadores se pronunciaron a favor de la destitución de Rousseff, bastante más de los 54 votos (dos tercios de los 81 senadores) que se necesitaban para su condena.
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