En la noche de ayer, sábado 4 de julio, la OEA votó de forma unánime y por aclamación la suspensión de Honduras de esta organización, en conformidad con el artículo 21 de su Carta Democrática, por la ruptura del orden constitucional y la falta de voluntad del "régimen de facto" para reestablecerlo, con la restitución del presidente Manuel Zelaya Rosales en el cargo que le corresponde por derecho.
Después de la lectura de la relación del secretario general, José Miguel Insulza, los países que integran la OEA se reunieron para discutir y acordar la resolución final, en la que la OEA pide a los diferentes países revisar sus relaciones con Honduras a la luz de esta resolución; continuar con los esfuerzos para reestablecer el orden democrático; invitar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos darle seguimiento a la situación de los derechos humanos en Honduras; mantener contactos y diálogo para buscar una salida a la situación, lo cual no comporta un reconocimiento del "régimen de facto" y mantener el principio de "no intervención" que rige a la OEA misma.
Después de la lectura de la relación del secretario general, José Miguel Insulza, los países que integran la OEA se reunieron para discutir y acordar la resolución final, en la que la OEA pide a los diferentes países revisar sus relaciones con Honduras a la luz de esta resolución; continuar con los esfuerzos para reestablecer el orden democrático; invitar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos darle seguimiento a la situación de los derechos humanos en Honduras; mantener contactos y diálogo para buscar una salida a la situación, lo cual no comporta un reconocimiento del "régimen de facto" y mantener el principio de "no intervención" que rige a la OEA misma.
Canadá, Costa Rica y Panamá expresaron su inconformidad con la decisión del presidente Zelaya de regresar hoy, 5 de julio, a Honduras porque "consideramos que no es el momento más adecuado y no es la mejor forma para mantener la paz en el país".
En la mañana del domingo diferentes presidentes latinoamericanos y el secretario general de la OEA se reunirán con Zelaya para tomar una decisión sobre quiénes lo van a acompañar.
Zelaya dio declaraciones pidiendo a la gente de Honduras de movilizarse pero de forma totalmente pacífica, y dijo no tenerle miedo a lo que le pueda ocurrir, ya que su objetivo es llegar al país para tratar de instalar un diálogo con el gobierno ilegal y encontrar una solución para que el país pueda regresar a la calma y tranquilidad.
Muy fuerte la posición de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, quien además de volver a condenar el golpe de estado, dio a entender que detrás hay algo más. "Están los intereses de quienes no quieren que continúe el proceso iniciado en América latina. El ataque no es solamente contra del presidente Zelaya, sino para frustrar una política diferente que se está desarrollando en el continente americano. La restitución del presidente Zelaya no es solamente un acto de justicia para Honduras, sino también la posibilidad de continuar y profundizar el cambio en América", dijo la presidenta de Argentina.
Fernández explicó también no aceptar la propuesta del gobierno de facto de adelantar las elecciones previstas para noviembre Honduras, porque sería una forma de tratar de borrar lo que ha pasado y reconocer los que ha clasificado como "golpes benéficos".
Por su lado, Venezuela pidió la restauración inmediata e incondicional de Zelaya y rechazó el concepto que está circulando de que su regreso pueda legitimar la violencia por parte de las fuerzas tenebrosas de Honduras.
Nicaragua denunció el intento del gobierno golpista de vincularlo a supuesto actos de violencia en el país.
La llegada de Zelaya está prevista para las 1 o 2 de la tarde del domingo y centenares de miles de personas se están movilizando en todo el país.
En la mañana del domingo diferentes presidentes latinoamericanos y el secretario general de la OEA se reunirán con Zelaya para tomar una decisión sobre quiénes lo van a acompañar.
Zelaya dio declaraciones pidiendo a la gente de Honduras de movilizarse pero de forma totalmente pacífica, y dijo no tenerle miedo a lo que le pueda ocurrir, ya que su objetivo es llegar al país para tratar de instalar un diálogo con el gobierno ilegal y encontrar una solución para que el país pueda regresar a la calma y tranquilidad.
Muy fuerte la posición de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, quien además de volver a condenar el golpe de estado, dio a entender que detrás hay algo más. "Están los intereses de quienes no quieren que continúe el proceso iniciado en América latina. El ataque no es solamente contra del presidente Zelaya, sino para frustrar una política diferente que se está desarrollando en el continente americano. La restitución del presidente Zelaya no es solamente un acto de justicia para Honduras, sino también la posibilidad de continuar y profundizar el cambio en América", dijo la presidenta de Argentina.
Fernández explicó también no aceptar la propuesta del gobierno de facto de adelantar las elecciones previstas para noviembre Honduras, porque sería una forma de tratar de borrar lo que ha pasado y reconocer los que ha clasificado como "golpes benéficos".
Por su lado, Venezuela pidió la restauración inmediata e incondicional de Zelaya y rechazó el concepto que está circulando de que su regreso pueda legitimar la violencia por parte de las fuerzas tenebrosas de Honduras.
Nicaragua denunció el intento del gobierno golpista de vincularlo a supuesto actos de violencia en el país.
La llegada de Zelaya está prevista para las 1 o 2 de la tarde del domingo y centenares de miles de personas se están movilizando en todo el país.
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