Centenares de personas en resistencia permanecen virtualmente secuestradas entre los retenes militares. Hubo un atentado contra el STIBYS
por Giorgio Trucchi - Rel-UITA
Mientras en la frontera de Las Manos sigue incesante la llegada de hondureños que arriesgan su vida para llevar el apoyo al presidente legítimamente electo, Manuel Zelaya Rosales, a 15 kilómetros de este lugar, en el desvío que conduce a la ciudad de El Paraíso, Centenares de personas resisten a la maniobra represiva del Ejército y la Policía hondureñas.
Encerrados entre dos retenes militares, reprimidos con la violencia de las armas, hostigados y boicoteados para evitar que les lleguen los víveres, y detenidos cuando tratan de desplazarse hacia sus lugares de origen, estas personas denuncian estar virtualmente encarcelados y violentados en su derecho al tránsito hacia la frontera de Las Manos.
Prefieren no dar sus nombres, pero se acercan con curiosidad y con un gran deseo de hablar, contar sus historias y denunciar los atropellos a los que han sido sometidos por las fuerzas represivas.
El toque de queda permanente los deja expuestos a cualquier tipo de atropello, y resulta difícil imaginar cómo en una zona tan espectacular, con una naturaleza exuberante como la que rodea esta zona de Honduras, pueda transformarse en teatro de una brutal represión que ha dejado un saldo de un muerto, varios heridos y decenas de detenidos que están siendo encerrados en las cárceles de la ciudad de Danlí.
Tres retenes militares obligan a cualquier persona a bajar de su vehículo y mostrar sus documentos. Frente al último despliegue militar la gente deambula por la carretera y busca reparo debajo de los árboles, aguantando el fuerte sol que golpea los cerros cubiertos de pinos.
La resistencia en El Paraíso ha llegado a su cuarto día y la gente luce cansada. Varios se han ido, atemorizados por el asesinato del joven Pedro Magdiel Muñoz, quien en los días pasados había participado en la protesta. Otros se fueron por el cansancio, la escasez de alimentos y el temor a perder el puesto de trabajo. Varios de ellos fueron detenidos por la violación al toque de queda, otra medida represiva para amedrentar a los que siguen resistiendo.
Secuestrados en una ruta
Un joven, pelo largo y una larga trenza, se acerca y está dispuesto a contar todo lo que está pasando. “El jueves pasado, 23 de julio, salí de Tegucigalpa y llegué hasta Danlí, donde un fuerte retén militar impedía el paso. Cruzando por cerros y montañas llegué hasta el desvío que conduce a El Paraíso y me junté a la lucha, y estamos dispuestos a seguir adelante hasta que se le permita al presidente Manuel Zelaya retomar su cargo.
Después de la represión y del asesinato del joven Pedro Magdiel Muñoz, varias personas se han retirado. Yo lo conocía –continúa el joven-. Salimos de Tegucigalpa por separado, pero nos juntamos camino a El Paraíso. Es una estrategia del gobierno golpista para generar terror entre la población, y lo peor es que muchas de estas personas fueron detenidas por violar el estado de sitio que rige constantemente, violando nuestros derechos”, dijo el joven quien prefirió mantener el anonimato.
Mientras la gente aguantaba la represión del Ejército y la Policía, el presidente Zelaya hacía su intento de regresar al país, lo cual fue imposible por la actitud intransigente del gobierno de facto. ¿Hasta cuándo la gente podrá aguantar esta presión?, es la pregunta que ha surgido en estos días intensos, que se están viviendo a los dos lados de la frontera entre Nicaragua y Honduras.
Según la cantidad de gente que sigue llegando a Las Manos, caminando horas y horas por las montañas, entre ellos dirigentes gremiales, diputados y líderes de las organizaciones populares, la impresión es que la lucha va a seguir por mucho tiempo. El norte de Nicaragua se está transformando en un refugio para miles de hondureños que van a comenzar una presión contra el gobierno de facto, que ahora tendrá dos frentes que cuidar.
Mientras hablaba con el joven, otras personas se acercaron con el deseo de contar su historia y los sufrimientos de estos días.
“Sabemos que todo esto no es algo que se va a resolver en dos o tres días, sino que es un proceso que va a tomar un tiempo, y son los golpistas los que tienen mucho que perder –dijo un señor que quiso dar a conocer su opinión–.
La gente sigue llegando y por la noche se va hacía la frontera arriesgando su vida -continuó-. Estamos viviendo una situación muy difícil y nos sostenemos gracias al apoyo de la gente que vive en la zona, que arriesga su seguridad para apoyarnos. Sin embargo, la Policía y algunos medios locales han amenazado a los dueños de los comercios para que no nos vendan alimentos.
Hay que dejar en claro una cosa -continuó mi nuevo interlocutor–: la gente iba hacia la frontera para encontrar a su Presidente, y han sido el Ejército y la Policía a los que nos encerraron entre dos retenes, secuestrándonos y dándonos una ruta por cárcel.
Es un abuso y una violación constante a nuestro derecho a la circulación, y esto debe de saberlo el mundo, porque usan el toque de queda para detener a la gente”, concluyó
Atacan al STIBYS
La brutal represión del gobierno de facto ha alcanzado también al combativo Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (STIBYS), organización afiliada a la UITA.
“Fuimos víctimas de un atentado el día de hoy, domingo 26. Alguien colocó un artefacto explosivo en el STIBYS, y es evidente que es un acto de intimidación para crear terror entre la gente, justo el día en que íbamos a participar en el entierro del joven Pedro Magdiel Muñoz, quien fue asesinado en El Paraíso –informó a Sirel el secretario general del STIBYS y miembro del Comité Mundial de la UITA, Carlos H. Reyes–.
Durante el entierro la gente detectó a dos policías infiltrados y querían lincharlos. Minutos después dieron vuelta ya uno de los carros de la Policía y la situación se puso muy tensa.
Para la próxima semana va a seguir la movilización, manteniendo como días más fuertes el jueves y el viernes”, comentó Carlos H. Reyes.
Sobre el intento fallido del presidente Zelaya de entrar al país, el secretario general del STIBYS está convencido de que pese a no haber logrado el resultado esperado, la gran movilización que se ha dado en todo el país ha permitido golpear duramente a los empresarios en términos comerciales, con el cierre total de todo el departamento.
Con respecto a la actitud de la comunidad internacional, Reyes cree que “debe dejar de dar declaraciones y pasar a hechos contundentes. En el país hay un silencio mediático impresionante y son pocos los medios que dan a conocer lo que realmente está ocurriendo.
Todo esto afecta la percepción de la realidad por parte de la comunidad internacional, lo cual es un gran problema para nosotros. Con respecto a las declaraciones del presidente de Costa Rica, Oscar Arias y la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, según los cuales no es conveniente lo que está haciendo el presidente Zelaya, creo que resulta evidente que el proceso de mediación era un intento para retardar la búsqueda de una solución.
Ahora –continuó Reyes– resulta que en lugar de atacar a la dictadura, atacan al presidente Zelaya. Es evidente el cambio de actitud. Como movimiento popular apoyamos el regreso del Presidente y seguimos denunciando la represión que hay en el país”.
por Giorgio Trucchi - Rel-UITA
Mientras en la frontera de Las Manos sigue incesante la llegada de hondureños que arriesgan su vida para llevar el apoyo al presidente legítimamente electo, Manuel Zelaya Rosales, a 15 kilómetros de este lugar, en el desvío que conduce a la ciudad de El Paraíso, Centenares de personas resisten a la maniobra represiva del Ejército y la Policía hondureñas.
Encerrados entre dos retenes militares, reprimidos con la violencia de las armas, hostigados y boicoteados para evitar que les lleguen los víveres, y detenidos cuando tratan de desplazarse hacia sus lugares de origen, estas personas denuncian estar virtualmente encarcelados y violentados en su derecho al tránsito hacia la frontera de Las Manos.
Prefieren no dar sus nombres, pero se acercan con curiosidad y con un gran deseo de hablar, contar sus historias y denunciar los atropellos a los que han sido sometidos por las fuerzas represivas.
El toque de queda permanente los deja expuestos a cualquier tipo de atropello, y resulta difícil imaginar cómo en una zona tan espectacular, con una naturaleza exuberante como la que rodea esta zona de Honduras, pueda transformarse en teatro de una brutal represión que ha dejado un saldo de un muerto, varios heridos y decenas de detenidos que están siendo encerrados en las cárceles de la ciudad de Danlí.
Tres retenes militares obligan a cualquier persona a bajar de su vehículo y mostrar sus documentos. Frente al último despliegue militar la gente deambula por la carretera y busca reparo debajo de los árboles, aguantando el fuerte sol que golpea los cerros cubiertos de pinos.
La resistencia en El Paraíso ha llegado a su cuarto día y la gente luce cansada. Varios se han ido, atemorizados por el asesinato del joven Pedro Magdiel Muñoz, quien en los días pasados había participado en la protesta. Otros se fueron por el cansancio, la escasez de alimentos y el temor a perder el puesto de trabajo. Varios de ellos fueron detenidos por la violación al toque de queda, otra medida represiva para amedrentar a los que siguen resistiendo.
Secuestrados en una ruta
Un joven, pelo largo y una larga trenza, se acerca y está dispuesto a contar todo lo que está pasando. “El jueves pasado, 23 de julio, salí de Tegucigalpa y llegué hasta Danlí, donde un fuerte retén militar impedía el paso. Cruzando por cerros y montañas llegué hasta el desvío que conduce a El Paraíso y me junté a la lucha, y estamos dispuestos a seguir adelante hasta que se le permita al presidente Manuel Zelaya retomar su cargo.
Después de la represión y del asesinato del joven Pedro Magdiel Muñoz, varias personas se han retirado. Yo lo conocía –continúa el joven-. Salimos de Tegucigalpa por separado, pero nos juntamos camino a El Paraíso. Es una estrategia del gobierno golpista para generar terror entre la población, y lo peor es que muchas de estas personas fueron detenidas por violar el estado de sitio que rige constantemente, violando nuestros derechos”, dijo el joven quien prefirió mantener el anonimato.
Mientras la gente aguantaba la represión del Ejército y la Policía, el presidente Zelaya hacía su intento de regresar al país, lo cual fue imposible por la actitud intransigente del gobierno de facto. ¿Hasta cuándo la gente podrá aguantar esta presión?, es la pregunta que ha surgido en estos días intensos, que se están viviendo a los dos lados de la frontera entre Nicaragua y Honduras.
Según la cantidad de gente que sigue llegando a Las Manos, caminando horas y horas por las montañas, entre ellos dirigentes gremiales, diputados y líderes de las organizaciones populares, la impresión es que la lucha va a seguir por mucho tiempo. El norte de Nicaragua se está transformando en un refugio para miles de hondureños que van a comenzar una presión contra el gobierno de facto, que ahora tendrá dos frentes que cuidar.
Mientras hablaba con el joven, otras personas se acercaron con el deseo de contar su historia y los sufrimientos de estos días.
“Sabemos que todo esto no es algo que se va a resolver en dos o tres días, sino que es un proceso que va a tomar un tiempo, y son los golpistas los que tienen mucho que perder –dijo un señor que quiso dar a conocer su opinión–.
La gente sigue llegando y por la noche se va hacía la frontera arriesgando su vida -continuó-. Estamos viviendo una situación muy difícil y nos sostenemos gracias al apoyo de la gente que vive en la zona, que arriesga su seguridad para apoyarnos. Sin embargo, la Policía y algunos medios locales han amenazado a los dueños de los comercios para que no nos vendan alimentos.
Hay que dejar en claro una cosa -continuó mi nuevo interlocutor–: la gente iba hacia la frontera para encontrar a su Presidente, y han sido el Ejército y la Policía a los que nos encerraron entre dos retenes, secuestrándonos y dándonos una ruta por cárcel.
Es un abuso y una violación constante a nuestro derecho a la circulación, y esto debe de saberlo el mundo, porque usan el toque de queda para detener a la gente”, concluyó
Atacan al STIBYS
La brutal represión del gobierno de facto ha alcanzado también al combativo Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (STIBYS), organización afiliada a la UITA.
“Fuimos víctimas de un atentado el día de hoy, domingo 26. Alguien colocó un artefacto explosivo en el STIBYS, y es evidente que es un acto de intimidación para crear terror entre la gente, justo el día en que íbamos a participar en el entierro del joven Pedro Magdiel Muñoz, quien fue asesinado en El Paraíso –informó a Sirel el secretario general del STIBYS y miembro del Comité Mundial de la UITA, Carlos H. Reyes–.
Durante el entierro la gente detectó a dos policías infiltrados y querían lincharlos. Minutos después dieron vuelta ya uno de los carros de la Policía y la situación se puso muy tensa.
Para la próxima semana va a seguir la movilización, manteniendo como días más fuertes el jueves y el viernes”, comentó Carlos H. Reyes.
Sobre el intento fallido del presidente Zelaya de entrar al país, el secretario general del STIBYS está convencido de que pese a no haber logrado el resultado esperado, la gran movilización que se ha dado en todo el país ha permitido golpear duramente a los empresarios en términos comerciales, con el cierre total de todo el departamento.
Con respecto a la actitud de la comunidad internacional, Reyes cree que “debe dejar de dar declaraciones y pasar a hechos contundentes. En el país hay un silencio mediático impresionante y son pocos los medios que dan a conocer lo que realmente está ocurriendo.
Todo esto afecta la percepción de la realidad por parte de la comunidad internacional, lo cual es un gran problema para nosotros. Con respecto a las declaraciones del presidente de Costa Rica, Oscar Arias y la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, según los cuales no es conveniente lo que está haciendo el presidente Zelaya, creo que resulta evidente que el proceso de mediación era un intento para retardar la búsqueda de una solución.
Ahora –continuó Reyes– resulta que en lugar de atacar a la dictadura, atacan al presidente Zelaya. Es evidente el cambio de actitud. Como movimiento popular apoyamos el regreso del Presidente y seguimos denunciando la represión que hay en el país”.
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