jueves, 1 de julio de 2010

Uruguay-Honduras: La solidaridad no se agradece, se retribuye

Quedó instalado el Comité Uruguayo de Solidaridad con el Pueblo de Honduras

Carlos Amorín - Rel-UITA

Con una sala prácticamente colmada de público se instaló ayer, miércoles 30 de junio, en el Edificio Anexo del Palacio Legislativo, el Comité de Solidaridad con el Pueblo de Honduras.

Durante el acto –que también conmemoró el año del golpe de Estado del pasado 28 de junio de 2009- fueron presentadas las personalidades e instituciones que ya han adherido a esta iniciativa, varias de las cuales se encontraban presentes en la ceremonia como:

Efraín Olivera, del Servicios de Paz y Justicia (SERPAJ); Macarena Gelman; los periodistas Daniel Gatti y Roger Rodríguez; Ivahanna Larrosa, de Amnistía Internacional; Jorge Chichet, sindicalista; Enrique Barrios, de Comisiones Obreras (CCOO), Ricardo Carrere, del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales WRM; Mónica Traviseo, ex legisladora; María Isabel Cárcamo de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas de América Latina RAPAL-Uruguay; Hugo Infanzón, abogado asesor de la Rel-UITA; Jorge Almeida, representante regional de Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas (FITIM); Osvaldo Ronqui, de la Secretaría de Relaciones Internacionales del Movimiento de Participación Popular (MPP); Roberto Placeres, abogado asesor de trabajadores rurales y Gabriel Valenzuela, del Sindicato de Trabajadores de Coca Cola.

Se leyeron mensajes de adhesión del escritor Eduardo Galeano, el periodista y ex diputado Guillermo Chifflet, el defensor de los derechos humanos Jair Krischke, la profesora y política Belela Herrera y el periodista Giorgio Trucchi.

Asimismo, se dio lectura a la declaración fundacional del Comité y a un comunicado del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNPR) saludando su creación y exaltando la importancia de la solidaridad internacional.

Luego se proyectó el documental “¿Quién dijo miedo?”, de la directora hondureña Katia Lara, filmado durante la campaña electoral de 2009, interrumpida por el golpe de Estado. El filme, que inicialmente pretendía ser un testimonio sobre esas elecciones se transformó en un impactante documento que desnuda las manipulaciones e intereses que se pusieron en movimiento en Honduras.

Durante casi dos horas la asistencia permaneció atrapada por la contundencia, la profundidad y la calidad estética y política del conmovedor documental que transcurre sin la intervención de relatores externos; las únicas palabras que se oyen son las de los propios “actores” de un drama que no es ni más ni menos que la vida real.

Los diferentes momentos de la resistencia al golpe son relatados con imágenes por momentos crudas, de una violencia chocante, casi insostenible, pero necesarias para testimoniar el compromiso del pueblo hondureño con su libertad.

El documental presenta escenas en las cuales las actitudes de la gente evocan palabras fuertes, como heroísmo, lucidez, alegría, entereza, consecuencia, esperanza, creatividad, diversidad, respeto, juventud, experiencia, generosidad, amor, resistencia, participación, dignidad, congoja, templanza, lucha, solidaridad, dignidad.

Una gama de sentimientos e ideas que se entrelazan para denunciar la barbarie, el servilismo, la ignorancia y la soberbia de los poderosos, al tiempo de mostrar su contracara en la dignidad de un pueblo inquebrantable en la decisión de conquistar su futuro.

Una nutrida salva de aplausos coronó el fin de la proyección.

Macarena Gelman, nieta del poeta argentino Juan Gelman nacida en cautiverio y que permaneciera desaparecida durante más de 20 años, activista por los derechos humanos, expresó a Sirel que “Tal como lo afirma la declaración que se leyó aquí, la solidaridad no se agradece sino que se retribuye. Nosotros recibimos esa solidaridad cuando nuestros países vivieron en dictaduras. También la experimenté personalmente, cuando fui hallada después de estar desaparecida, y pude enterarme de todo lo que se había hecho en mi búsqueda. Siento la necesidad de retribuirlo. Además, esta causa es justa, y lo que uno no quiere para su propio país, tampoco lo debe tolerar en los otros”.

Ivahanna Larrosa, de Amnistía Internacional, comentó que “La nuestra es una organización de solidaridad internacional, y pensamos que cuando ciudadanos y ciudadanas nos preocupamos de lo que ocurre en otros países eso hace una diferencia a favor de quienes luchan por sus derechos. Amnistía apoya esta iniciativa de la Rel-UITA, porque a pesar de que ya pasó un año del golpe de Estado no debemos perder el interés de lo que está pasando en Honduras, para que las violaciones a los derechos humanos que allí ocurrieron y aún ocurren no permanezcan impunes, Cuando la gente olvida llega la impunidad, y eso no debe pasar en éste ni en ningún otro caso”.

Efraín Olivera, del Servicio Paz y Justicia, recordó que “Estuve en Honduras poco tiempo después del golpe en una misión internacional de observación y solidaridad con su pueblo . La situación no ha cambiado mucho, así que debemos seguir apoyando al pueblo de ese país. Razones para apoyar este Comité hay numerosas. Además, creo que allí se está jugando la suerte –o la mala suerte- del futuro de América Latina en lo que se refiere a regresar a tiempos pasados, con dictaduras, mayor sometimiento al imperio, persecuciones y todo lo que ya conocemos”.

Ricardo Carrere, del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, afirmó que en su caso “Existen dos razones para apoyar este Comité: una egoísta y otra altruista. La egoísta es que si permitimos que pasen estas cosas en cualquier país mañana nos puede pasar a nosotros. La democracia, aunque sea una defectuosa, hay que defenderla. Tenemos la experiencia de los que es un régimen militar. Lo que vimos en la película refleja mucho de lo que ya vivimos en esta región. Entonces, apoyar al pueblo hondureño en su lucha es, en parte, apoyarnos nosotros mismos.

La razón altruista es que el hondureño es uno de los pueblos más oprimidos del continente desde hace siglos. Es el peor patio trasero de Estados Unidos y es tratado como tal. Utilizado durante la guerra contra los pueblos de El Salvador, de Guatemala, de Nicaragua durante sus luchas de liberación, usado como base militar para agredir a toda la región. Como retribución de Estados Unidos, Honduras tiene el pueblo más pobre de América Latina. Ese pueblo hoy está luchando, no por Mel Zelaya, sino por un nuevo país, donde se respeten los derechos de la personas y se permita que la gente pueda vivir con alegría con felicidad en la dignidad”.

Por su parte, María Isabel Cárcamo, de RAPAL-Uruguay, señaló que “Lo que sigue ocurriendo en Honduras es lo que ya hemos sufrido en varios países de América Latina: un golpe de Estado con apoyo de Estados Unidos. Debemos denunciarlo porque el pueblo hondureño se está resistiendo heroicamente y no acepta esta imposición. Además, esto parece ser una avanzada de lo que podría volver a ocurrir en otros países del continente”.


Declaración del Comité Uruguayo de Solidaridad con el Pueblo de Honduras


Como bien lo expresa su nombre, existen al menos siete millones y medio de razones, tantas como habitantes tiene el país, para constituir este Comité. Pero por encima de todo nos mueve una sentencia que ha calado muy hondo en los uruguayos y uruguayas: “la solidaridad no se agradece, se devuelve”.

Y es que aquellos que contamos con edad suficiente para haberlo vivido, sabemos lo que significó la solidaridad internacional recibida por el pueblo uruguayo, dentro y fuera de fronteras, durante los años de la dictadura cívico-militar.

Por eso, cuando Carlos Humberto Reyes, dirigente sindical e integrante del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), preocupado por el silencio con el cual se pretende encubrir la represión desatada por el gobierno ilegítimo de Porfirio Lobo, exclamó: “no se olviden de Honduras”, sentimos que era el momento de devolver parte de aquella solidaridad que una vez recibimos.

Como Comité nos proponemos:

· Darle voz a la sociedad hondureña, actualmente martirizada, reprimida y amordazada. Más de 700 violaciones a los derechos humanos, incluyendo 12 asesinatos, ocurrieron entre el 30 de enero y el 28 de mayo de 2010. Un documento de Naciones Unidas distribuido recientemente señala: “el golpe de Estado en Honduras, del 28 de junio de 2009, produjo muertes, miles de detenciones arbitrarias, censura, abusos sexuales, torturas y malos tratos que permanecen impunes, todo en un contexto de uso excesivo de la fuerza que afectó principalmente a los opositores al gobierno de facto”.

· Combatir la conspiración del silencio con la cual se busca que la comunidad internacional reconozca al gobierno de Porfirio Lobo, y olvide las violaciones a los derechos humanos y la violencia y represión que se han desatado desde el pasado 28 de junio de 2009, cuando se produjo el golpe de Estado, liderado por Roberto Micheletti, quien esa noche, en un mensaje a la población, manifestó: “aquí no ha pasado nada, mañana todos a trabajar”.

· Combatir la conspiración del silencio y luchar contra la impunidad, para que los responsables de las violaciones a los derechos humanos, la represión y la violencia comparezcan ante la justicia.

· Desmitificar la imagen de país en vías de normalización y reconciliación que el gobierno de Porfirio Lobo pretende mostrar a nivel internacional.

· Apoyar el Frente Nacional de Resistencia Popular y sus propuestas para lograr la plena vigencia de los derechos humanos en Honduras y la construcción de una nación bajo los principios de justicia, paz y equidad.




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