Durante más de 100 días la dirigencia antichavista enfiló su batería discursiva contra el Consejo Nacional Electoral (CNE) a propósito de que este cuerpo colegiado aceptó organizar las elecciones de los constituyentistas bajo las bases comiciales propuestas por el presidente Nicolás Maduro.
Varias fueron las marchas y movilizaciones convocadas hacia la sede del Poder Electoral y las declaraciones en su contra. Incluso desde dentro, el rector Luis Emilio Rondón pidió la devolución de esta solicitud al presidente Maduro por considerar que tenía “vicios de inconstitucionalidad”. Otros voceros declararon en contra del cronograma electoral que programaba para diciembre las elecciones de gobernadores.
Entre el plebiscito y las elecciones a la ANC
A partir de plebiscito del 16 de julio, el desconocimiento se hizo más evidente debido a que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) afirmaba, sin pruebas, que el resultado de dicho evento fueron más de 7 millones de votos en contra del Gobierno nacional y de otros poderes públicos, entre ellos el CNE.
Henry Ramos Allup manifestó que la solución al conflicto político vivido los últimos meses pasaría por que se planteara “un calendario electoral claro y libre”, mientras Julio Borges declaraba que “la Constituyente es inaceptable y no caeremos en la trampa de las elecciones a gobernadores. No les creemos, estas rectoras solo trabajan para Nicolás Maduro y pretenden quitarle al pueblo venezolanos lo más sagrado que es el voto”, responsabilizando al CNE de las muertes ocurridas hasta entonces. Además, a partir de la convocatoria a la “Hora Cero”, la meta planteada por Borges fue renovar los poderes públicos, entre ellos el ente electoral.
Durante esas dos semanas previas a las elecciones para la ANC, la MUD desconfiaba del CNE y promovía su salida, desde la Asamblea Nacional (AN) se realizó el nombramiento de un grupo de magistrados nuevos para el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), por lo que todo indicaba que los siguientes pasos serían el nombramiento de un nuevo CNE y posteriormente nuevos miembros del Consejo Moral Republicano, es decir: Defensor del Pueblo y Contralor General.
De las elecciones a la ANC en adelante
Luego de las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) algunos de los voceros y analistas del antichavismo han insinuado el desconocimiento del resultado respaldados por el mismo batallón mediático que ha jugado un rol fundamental en el golpe en proceso, de ahí que el insumo básico para el desprestigio del CNE ha sido la declaración del presidente de la empresa Smartmatic, Antonio Mugica, en contra de la validez del evento.
La fiscal general Luisa Ortega Díaz, basada en las declaraciones de Mugica y en que “hubo centros vacíos”, ha pedido a un tribunal de control suspender la instalación de la ANC por “presuntos delitos electorales” y ha acusado, vía CNN, a una de las rectoras del CNE de haber suscrito varios contratos con la empresa brasileña Odebrecht.
El mismo Borges ha definido como “delito” el supuesto fraude declarado por Mugica, declarando que la AN, sin definir fecha, interpelará a las rectoras del CNE.
Hacia las elecciones regionales
Sin embargo, durante esta semana han sido varios los dirigentes del antichavismo que han declarado el propósito de participar en las elecciones de gobernadores pese a que han desestimado la credibilidad del CNE.
El primero fue Henry Ramos Allup, quien en el programa Vladimir a la 1, transmitido el pasado miércoles 2 de agosto por Globovisión, expresó: “Yo te lo puedo decir, yo no puedo hablar por ningún partido porque ya decidirán todas las organizaciones políticas de aquí a dos o tres días si participar o no en la elecciones regionales. Acción Democrática va a participar en las elecciones regionales, de alcaldes y luego en las presidenciales”.
Tras su declaración, dirigentes como Tomás Guanipa (Primero Justicia) y Luis Manuel Esculpi (Un Nuevo Tiempo) aseguraron que algunas toldas políticas de la MUD estarían dispuestas a participar en las elecciones regionales si se cumple con ciertas garantías.
El antichavismo 2.0 ha reaccionado en contra de la posición de los dirigentes debido a que les parece contradictorio sumarse a un proceso electoral regido por un CNE al que consideran poco confiable, María Corina Machado declaró que “se quedarán solos” y, por su parte, Freddy Guevara pide más “calle”.
El cronograma electoral planteado por el CNE no ha cambiado sino la posición de la MUD ante ello. Sus voceros han pasado de un discurso deslegitimador de casi todos los poderes públicos a la legitimación, a regañadientes, del Estado. Al participar en las próximas elecciones reconocen al CNE, al Poder Judicial y a la misma ANC, sus seguidores rechazan que haya desaparecido el discurso que propugnaba el golpe y la barrida de todo lo que insinuara chavismo.
Los radicales como Freddy Guevara y otros voceros de Voluntad Popular pugnan porque la MUD decida en bloque no ir a las regionales y reaviviar el clima de violencia, mientras ya una importante fracción de partidos (Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia, Acción Democrática, entre otros) ha decidido participar. Parece no existir un escenario donde la oposición venezolana como expresión política no salga dividida y lesionada.
Queda por saber cuáles serán los movimientos y posiciones de los círculos de poder en torno a la administración Trump, actores principales del conflicto. De ello dependerá cómo y con qué intensidad evoluciona.
Ante los últimos acontecimientos, es previsible que no temblará el pulso en pasarle por encima a sus operadores locales e imponer su político de agresiones contra la soberanía. Tampoco sería la primera vez.
Varias fueron las marchas y movilizaciones convocadas hacia la sede del Poder Electoral y las declaraciones en su contra. Incluso desde dentro, el rector Luis Emilio Rondón pidió la devolución de esta solicitud al presidente Maduro por considerar que tenía “vicios de inconstitucionalidad”. Otros voceros declararon en contra del cronograma electoral que programaba para diciembre las elecciones de gobernadores.
Entre el plebiscito y las elecciones a la ANC
A partir de plebiscito del 16 de julio, el desconocimiento se hizo más evidente debido a que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) afirmaba, sin pruebas, que el resultado de dicho evento fueron más de 7 millones de votos en contra del Gobierno nacional y de otros poderes públicos, entre ellos el CNE.
Henry Ramos Allup manifestó que la solución al conflicto político vivido los últimos meses pasaría por que se planteara “un calendario electoral claro y libre”, mientras Julio Borges declaraba que “la Constituyente es inaceptable y no caeremos en la trampa de las elecciones a gobernadores. No les creemos, estas rectoras solo trabajan para Nicolás Maduro y pretenden quitarle al pueblo venezolanos lo más sagrado que es el voto”, responsabilizando al CNE de las muertes ocurridas hasta entonces. Además, a partir de la convocatoria a la “Hora Cero”, la meta planteada por Borges fue renovar los poderes públicos, entre ellos el ente electoral.
Durante esas dos semanas previas a las elecciones para la ANC, la MUD desconfiaba del CNE y promovía su salida, desde la Asamblea Nacional (AN) se realizó el nombramiento de un grupo de magistrados nuevos para el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), por lo que todo indicaba que los siguientes pasos serían el nombramiento de un nuevo CNE y posteriormente nuevos miembros del Consejo Moral Republicano, es decir: Defensor del Pueblo y Contralor General.
De las elecciones a la ANC en adelante
Luego de las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) algunos de los voceros y analistas del antichavismo han insinuado el desconocimiento del resultado respaldados por el mismo batallón mediático que ha jugado un rol fundamental en el golpe en proceso, de ahí que el insumo básico para el desprestigio del CNE ha sido la declaración del presidente de la empresa Smartmatic, Antonio Mugica, en contra de la validez del evento.
La fiscal general Luisa Ortega Díaz, basada en las declaraciones de Mugica y en que “hubo centros vacíos”, ha pedido a un tribunal de control suspender la instalación de la ANC por “presuntos delitos electorales” y ha acusado, vía CNN, a una de las rectoras del CNE de haber suscrito varios contratos con la empresa brasileña Odebrecht.
El mismo Borges ha definido como “delito” el supuesto fraude declarado por Mugica, declarando que la AN, sin definir fecha, interpelará a las rectoras del CNE.
Hacia las elecciones regionales
Sin embargo, durante esta semana han sido varios los dirigentes del antichavismo que han declarado el propósito de participar en las elecciones de gobernadores pese a que han desestimado la credibilidad del CNE.
El primero fue Henry Ramos Allup, quien en el programa Vladimir a la 1, transmitido el pasado miércoles 2 de agosto por Globovisión, expresó: “Yo te lo puedo decir, yo no puedo hablar por ningún partido porque ya decidirán todas las organizaciones políticas de aquí a dos o tres días si participar o no en la elecciones regionales. Acción Democrática va a participar en las elecciones regionales, de alcaldes y luego en las presidenciales”.
Tras su declaración, dirigentes como Tomás Guanipa (Primero Justicia) y Luis Manuel Esculpi (Un Nuevo Tiempo) aseguraron que algunas toldas políticas de la MUD estarían dispuestas a participar en las elecciones regionales si se cumple con ciertas garantías.
El antichavismo 2.0 ha reaccionado en contra de la posición de los dirigentes debido a que les parece contradictorio sumarse a un proceso electoral regido por un CNE al que consideran poco confiable, María Corina Machado declaró que “se quedarán solos” y, por su parte, Freddy Guevara pide más “calle”.
El cronograma electoral planteado por el CNE no ha cambiado sino la posición de la MUD ante ello. Sus voceros han pasado de un discurso deslegitimador de casi todos los poderes públicos a la legitimación, a regañadientes, del Estado. Al participar en las próximas elecciones reconocen al CNE, al Poder Judicial y a la misma ANC, sus seguidores rechazan que haya desaparecido el discurso que propugnaba el golpe y la barrida de todo lo que insinuara chavismo.
Los radicales como Freddy Guevara y otros voceros de Voluntad Popular pugnan porque la MUD decida en bloque no ir a las regionales y reaviviar el clima de violencia, mientras ya una importante fracción de partidos (Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia, Acción Democrática, entre otros) ha decidido participar. Parece no existir un escenario donde la oposición venezolana como expresión política no salga dividida y lesionada.
Queda por saber cuáles serán los movimientos y posiciones de los círculos de poder en torno a la administración Trump, actores principales del conflicto. De ello dependerá cómo y con qué intensidad evoluciona.
Ante los últimos acontecimientos, es previsible que no temblará el pulso en pasarle por encima a sus operadores locales e imponer su político de agresiones contra la soberanía. Tampoco sería la primera vez.
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