Sicarios que se conducían en motocicletas acribillaron al presidente del Movimiento Campesino Unificado del Aguán (MUCA), José Angel Flores, cuando salía de una reunión de dirigentes campesinos desarrollada en la comunidad La Confianza, jurisdicción del municipio de Tocoa, en el departamento de Colón.
En el ataque también fue herido el campesino Silmer Dionisio George quien falleció cuando era trasladado a un centro asistencial.
El ataque se produjo alrededor de las 6:10 de la tarde frente a la tienda de consumo del asentamiento campesino La Confianza, donde participaban de una reunión unos 40 campesinos.
Yoni Rivas, vocero de la Plataforma Agraria Regional del Valle del Aguán, lamentó profundamente el asesinato de su compañero Flores y sostuvo que detrás de los crímenes, estaría un grupo paramilitar que opera en la zona con el propósito de desestabilizar al movimiento.
“Es una estrategia del propio gobierno para desestabilizar a la organización, y de esta manera volver a tener el control de las tierras”, afirmó el dirigente.
Rivas dijo que las mismas autoridades tienen conocimiento de esto pero no detienen a estas personas porque, claro, están esperando que sucedan estas cosas, y la criminalización de los compañeros también es una estrategia del gobierno.
El vocero de la Plataforma Agraria puso en contexto la situación en el valle del Aguán y recordó que en diciembre de 2015 se habría desintegrado un escuadrón de la muerte que tenía la misión de eliminar a varios dirigentes campesinos miembros de la Plataforma Agraria.
En la lista figuraban el presidente del MUCA, José Angel Flores, Vitalino Alvarez, Jaime Cabrera, presidente de la Plataforma Agraria Regional del valle del Aguán y el propio Yoni Rivas, entre otros líderes.
Un grupo paramilitar habría retomado el trabajo de eliminar a dirigentes campesinos
El dirigente campesino responsabilizó al gobierno por estos asesinatos y aseguró que un grupo de paramilitares habría retomado la misión que en un momento recibió, un escuadrón de la muerte, para asesinar a dirigentes campesinos y con ello desestabilizar al movimiento que busca reivindicar los derechos de posesión de tierras en el Aguán.
El asesinato a manos de sicarios de José Angel Flores (63) y Silmer Dionisio George (35) se produce en momentos cuando el MUCA está elaborando un documento para exigir la readecuación de la deuda que las empresas asociativas campesinas mantienen con el gobierno, producto de una negociación llevada a cabo durante la administración del ex presidente Porfirio Lobo Sosa.
En marzo de este año militares y policías irrumpieron en horas de la madrugada y sin orden de cateo, en la vivienda de Jose Angel Flores y detuvieron a todos los miembros de su familia.
Al parecer los uniformados buscaban armas de fuego en la casa del dirigente campesino.
En otro incidente registrado por la Plataforma Agraria Regional del Valle del Aguán, se informó que José Angel Flores había sido víctima de un atentado criminal con arma de fuego, del cual salió ileso.
El conflicto en el Bajo Aguán ha dejado al menos 150 muertes violentas de campesinos y un número mucho menor de guardias de seguridad que resguardan las inmensas plantaciones de palma africana que están en poder de 3 terratenientes.
Cabe señalar que los campesinos asesinados gozaban de medidas cautelares de protección otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) desde mayo de 2014.
El MUCA nació en el año 2006 y dentro de sus luchas destacan la recuperación de las tierras destinadas a los procesos de reforma agraria en el país, específicamente en el valle del Aguán.
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