Luiz Inacio Lula da Silva, quien fue presidente de Brasil en el periodo 2003-2010, ha concedido una entrevista exclusiva a RT, en la que ha expuesto su opinión sobre el impeachment que ha apartado temporalmente del poder a la presidenta Dilma Rousseff, la actitud del actual Gobierno interino, así como el futuro de su país.
“Yo creo que al meterse con la democracia esa gente disminuyó el tamaño y la grandeza de Brasil ante el mundo, que esperaba mucho más de Brasil”, denuncia el exmandatario.
El día en que “se desmoronó un proyecto de sueños”
Al recordar el día en que Dilma Rousseff fue destituida de manera temporal de su cargo, Lula da Silva lo describe como “una sangría”.
“Fue casi como una violación cometida a la democracia brasileña, que permitió que la presidenta Dilma dejase la presidencia antes de terminar su mandato”, señala el político. En su opinión, “no se trataba solo de una presidenta que estaba dejando la presidencia de forma abrupta, sino de todo un proyecto, un proyecto de sueños, de inclusión social, un proyecto que mostró al mundo que es fácil gobernar un país y resolver los problemas de pobreza del pueblo cuando se incluye a los pobres en el presupuesto del país, cuando se deja de tratarlos como apenas una estadística o un problema social y se les trata como gente, como seres humanos que tienen derechos y deberes”. “Y yo vi cómo aquello se desmoronaba”, lamenta.
Sin embargo, el exdirigente de Brasil cree “que ese proyecto volverá a gobernar este país, porque los pobres apenas han experimentado las conquistas sociales cuando ya están queriendo arrebatárselas”. En ese sentido, afirma que “queda mucha lucha y quedan muchas conquistas para el pueblo brasileño: conquistar los cimientos de una vida digna y decente, como la que ya han conquistado muchos países evolucionados del mundo”.
El Gobierno interino actúa “con mucha falta de respeto”
El exmandatario de Brasil sostiene que el Gobierno en funciones “debería comportarse como interino, porque de aquí a 20 días, a un mes, a dos meses o a tres, puede haber una votación y el Senado puede cambiar de posición, por lo que el Gobierno interino tendría que salir y el Gobierno de derecho de este país volvería a asumir el poder”.
“Así que no creo necesario ni correcto que el Gobierno interino actúe como si fuese el Gobierno definitivo, como si ya se hubiese votado el proceso de destitución, como si Dilma ya hubiese sido condenada definitivamente”, resalta Lula, explicando que “el Gobierno interino está actuando con mucha falta de respeto al poder que le ha otorgado el Senado”.
Según Lula, “ha habido un golpe del actual Gobierno a partir de la decisión que ha tomado el Senado”, y “eso le costará caro al país”, por lo cual, hay que “ir a las calles, reivindicar que la sociedad ejerza presión para que Dilma vuelva a gobernar este país”.
Sin embargo, el político brasileño asegura que “vamos a trabajar en todo lo que sea necesario para que Brasil tenga tranquilidad, que la democracia vuelva a funcionar y que asuma el Gobierno quien fue elegido por el voto directo”.
“La única cosa que nosotros no podemos admitir y con la que no nos podemos conformar es que en pleno siglo XXI tengamos un Gobierno ilegitimo gobernando Brasil”, aclara.
Brasil “necesita cambios”
Con todo, Lula considera que Brasil necesita muchos cambios y la propia presidenta “es consciente de que, si vuelve, tendrá que corregir muchas cosas”.
Así, a juicio del predecesor de Dilma Rousseff, su país necesita “una profunda reforma política”, que debe hacerse dentro del Congreso Nacional, ya que, argumenta, “no es posible gobernar el país tal y como está organizado hoy” este órgano legislativo.
En segundo lugar, prosigue Lula, se requiere que haya una política económica dirigida a los trabajadores “que le indique a la sociedad la posibilidad de que vuelva el crecimiento”.
“Lo que pasa es que en Brasil hoy, tal como estamos, el Estado no tiene capacidad de recaudación; los empresarios no tienen ganas de invertir porque no tienen seguridad política; los bancos no están poniendo créditos a disposición de las personas ni los privados ni los públicos; los municipios y estados no están en condiciones de hacer inversiones”, enumera el político, que considera necesario “tener la actitud adecuada para hacer que la economía vuelva a crecer”.
La erradicación de la pobreza es un logro que “molesta a la élite”
Por otro lado, el expresidente brasileño estima que uno de los mayores éxitos de su país es el “salto cualitativo” que ha dado Brasil en cuanto a la erradicación de la pobreza.
Lula considera que lo que ha sucedido en Brasil “fue algo que despertó al mundo” pues, hasta que aplicaron sus medidas, “no había ningún ejemplo de país que, en tan poco tiempo, hubiera aumentado la clase media en 40 millones de personas y que hubiera sacado a 36 millones de personas de la miseria”.
El antiguo mandatario valora que eso “molesta a una parte de la élite brasileña” y a quienes piensan que “los pobres deben existir”, porque se preguntan: “¿A quién daremos limosna?’ o “‘¿Cómo practicaremos la caridad, si no hay pobres?’”.
Lula da Silva tiene otra visión del mundo, ya que su sueño es “construir una sociedad en la que todos puedan desayunar, almorzar y cenar, en la que todos tengan su casa, su auto, su televisor, su nevera, su computadora” y que les permita “ir al cine, al teatro o a un restaurante”, porque “es lo mínimo que podemos ofrecer al pueblo”. Sin embargo, opina ese proyecto “corre peligro” y vaticina que “deberemos prepararnos para muchas luchas más”.
La injerencia externa “siempre es posible”
Respecto a la posible injerencia externa en la actual crisis política de Brasil, el exmandatario señala que “siempre es posible”, y que “tenemos ejemplos históricos de muchas fuerzas externas movilizándose para evitar que Brasil sea un protagonista internacional”. En este sentido, indica que el hecho de que Brasil comenzara a volverse un actor global con influencia en toda América Latina; el hecho de haber creado el Mercosur, la Unasur, la CELAC, el BRICS, entre otros proyectos internacionales, “molestó a mucha gente”.
“O sea, es como si hubiera una fiesta en la que solamente hay personas blancas de ojos azules y de pronto llega un brasileño a participar en la misma. No sería bienvenido”, explica Lula.
¿Se presentará como candidato a la presidencia?
Lula no descarta presentarse como candidato a la presidencia de Brasil en 2018, aunque confiesa que “no le gustaría serlo”. En concreto, sobre las posibilidades de ser candidato, sostiene que “existen todas y ninguna”, ya que pertenece a un partido político, “y este grupo decide lo que se va a hacer”.
“A mí, personalmente, no me gustaría serlo, se lo digo con sinceridad. Ya lo fui. Ya he pasado por esa experiencia, y creo que lo hice con éxito. Ahora pienso que debemos tener otras personas”, explica Lula.
“¿Qué me haría volver a ser candidato si tengo salud? La reconstrucción de un proyecto de inclusión social, que ha sido la cosa más bella que ha sucedido en este país en este siglo XXI”, concluye el expresidente brasileño.
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