Trabajar por una paz con justicia social cierta, que traiga consigo verdaderos cambios políticos y sociales estructurales que conlleven al buen vivir del pueblo colombiano, ha requerido de la confianza, los esfuerzos y aportes de muchísimas personas con quienes aún estamos en deuda y a quienes extendemos hoy un fraternal saludo, con el compromiso de seguir batallando hasta conquistar el propósito mayor de la Nueva Colombia.
Por ello la Reunión Extraordinaria de Comandantes FARC EP – LA LUCHA SIGUE, agradece y saluda a los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación -ETCR-, que son escenarios de esperanza construidos con el esfuerzo y trabajo mancomunado de la militancia que creyó en las promesas del Estado, de las cuales su materialización hoy día brilla por su ausencia.
Por ello la Reunión Extraordinaria de Comandantes FARC EP – LA LUCHA SIGUE, agradece y saluda a los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación -ETCR-, que son escenarios de esperanza construidos con el esfuerzo y trabajo mancomunado de la militancia que creyó en las promesas del Estado, de las cuales su materialización hoy día brilla por su ausencia.
Hacemos la invitación a los(as) camaradas que aún integran estas zonas para que con dignidad y con la razón que les asiste en justicia y por la fuerza de los incumplimientos, a continuar la lucha cualquiera sea el lugar donde se encuentren y cualquiera la forma en que su actual situación se los permita o decidan. La historia de traiciones padecida, no deja otra alternativa.
Saludamos a los países garantes y acompañantes del proceso de paz -Cuba, Noruega, Venezuela y Chile-, a los representantes de Naciones Unidas, de la Unión Europea, del CICR, demás organismos internacionales e individuales y colectivos de otros países, reiterando nuestro reconocimiento a su labor por tratar de llevar a buen puerto un proceso de paz en el cual creyeron y cifraron sus expectativas entregando su tiempo, sus capacidades y optimismo con desprendimiento. Esperamos que en el futuro podamos encontrarnos nuevamente bajo circunstancias en las que la contraparte actúe sin la perfidia con que lo hizo en este sentido intento de reconciliación que volvió trizas, sin importarle el valor de la palabra y los compromisos que con la misma comunidad internacional entrañaban los Acuerdos que suscribió con la insurgencia.
Saludamos al Movimiento Continental Bolivariano, al movimiento obrero y sindical, a los jóvenes, a las mujeres, a los campesinos, negritudes, indígenas y pueblos étnicos en general, a los gremios, a los ambientalistas, al movimiento comunal y barrial, a la comunidad LGBTI, a los cristianos e integrantes de otros credos religiosos, a los sectores académicos y científicos, deportivos, artísticos y culturales; con quienes esperamos seguir conjugando voluntades para alcanzar un nuevo orden social justo que abrace con la fuerza del amor, los sueños de vida digna y buen gobierno que anhela el pueblo: a todas y todos los habitantes de nuestra bella tierra comunera.
Saludamos a los integrantes del Partido Comunista Clandestino y del Movimiento Bolivariano, al Partido Comunista Colombiano, a la Unión Patriótica, que se han mantenido en sus trincheras de combate pese a las adversidades. Y al Partido de la Rosa, expresándole a su militancia firme -como dijera el Comandante Marulanda- que si somos revolucionarios tarde o temprano nos tendremos que encontrar en el camino.
Saludamos a las organizaciones y movimientos sociales, a los integrantes de Defendamos la Paz y al universo de los inconformes, a quienes convocamos a seguir ahora más que siempre a mantener y multiplicar su compromiso de corazón y sin descanso en una lucha constante por los cambios, motivados en la gran causa de la paz con justicia social y soberanía, que ojalá sea la paz total que involucre a todos los actores armados y forje un Nuevo Gobierno Alternativo que salve al país de la crisis general.
Saludamos al Ejército de Liberación Nacional (ELN) del que valoramos su persistente lucha y continua búsqueda de una Colombia justa y soberana, reconociendo los esfuerzos que han hecho por trazar un derrotero de paz a través del diálogo, el cual viene siendo truncado por la perfidia del Estado; la misma que ahora nos hace empuñar nuevamente las armas. Expresamos con sincera fraternidad que no escatimaremos esfuerzos en seguir abriendo caminos por la unidad del movimiento guerrillero como factor de cohesión de la lucha revolucionaria y ariete demoledor contra el régimen fascista.
Con profundo afecto y solidaridad saludamos a los prisioneros políticos y de guerra reiterándoles la firme decisión de seguir buscando su libertad, para lo que redoblaremos acciones en el ámbito jurídico y asistencial. Por su intermedio saludamos también a los presos sociales con nuestro deseo de que puedan resolver su situación judicial, mejoren las condiciones carcelarias y el respeto a los derechos humanos. Y saludamos a los guardianes del INPEC a quienes reconociéndoles su condición de explotados y parte de los sectores excluidos, llamamos a identificarnos en la causa de la emancipación y a solidarizarse con quienes están privados de la libertad por levantar su voz reclamando justicia,
Saludamos extendiendo los brazos de la concordia a quienes se han mantenido en armas enarbolando los ideales de una patria diferente sin más miseria, desigualdad y exclusión política, y reconocemos en ustedes la capacidad, la firmeza en su decisión de lucha y de resguardar los principios a pesar de todas las vicisitudes. Reiteramos una vez mas nuestra decisión de aunar esfuerzos por una Nueva Colombia
Saludamos a los hombres y mujeres de esta patria, que creen que otra Colombia es posible y que decidida y evidentemente han bregado y siguen peleando con paciencia e inteligencia por la paz, desde diferentes vertientes políticas y escenarios sociales: a Iván Cepeda, a Álvaro Leyva, a Roy Barreras, a Piedad Córdoba, a Juan Fernando Cristo, a Gustavo Petro, a Ángela María Robledo, a Angélica Lozano, a Ernesto Samper, a Jorge Enrique Robledo, a Aida Abella, al padre Bernardo Hoyos, a Pablo Catatumbo, a Antonio Sanguino, a Jaime Caicedo, a José Luis Arias, a la dirigencia indígena afrodescendiente y campesina, al profesor Alfredo Molano, a los defensores y defensoras de presos políticos y derechos humanos, a Imelda Daza y quienes integraron con denuedo el equipo de Voces de Paz, entre muchas otras personalidades que se convirtieron en fuego moral de la causa de la reconciliación, y esperamos encontrarnos en esa gran coalición de fuerzas de la vida, de la justicia social y la democracia que impulse un nuevo diálogo para lograr la verdadera paz definitiva, estable y duradera, por la que clama el país, teniendo como premisa que solo a través de una Proceso Constituyente Abierto y un Gobierno Alternativo impregnado de humanismo, podremos allanar el camino hacia un escenario de convivencia en el que se prioricen los intereses del pueblo y el verdadero desarrollo nacional.
Saludamos a las individualidades y sectores del Senado, de la Cámara de Representantes, de la Rama Judicial, del conjunto de la institucionalidad y del entramado social, incluyendo a gremios, comerciantes, juristas, periodistas objetivos y demócratas, entre otros, que, superando las imposiciones del Bloque de Poder Dominante, se empeñaron en contribuirle al cumplimiento de los traicionados Acuerdos, a la causa de la paz, a la dignificación de la vida de sus compatriotas y a la defensa de la soberanía. Les hacemos un llamado a impedir que gobiernos reaccionarios sigan truncando el sueño de paz.
Saludamos a los soldados, policías, oficiales y suboficiales patriotas, respetuosos de los intereses populares, que creen que la guerra no debe seguirse dando entre hermanos de clase, porque claro está que los responsables del conflicto político, social y armado en Colombia, han sido los miembros de una clase oligarca que siembran guerras para que las libren otros; son ellos los que aún tienen una deuda con el pueblo, que solamente se puede saldar dando paso a un nuevo orden social en el que impere la justicia, la dignidad y la libertad.
Gloria a los mártires del pueblo que han entregado sus vidas en la búsqueda de la paz con justicia social.
¡Hemos Jurado Vencer y Venceremos
Desde las montañas de la Colombia insurgente, Fuerzas Armadas Revolucionaria de Colombia, Ejército del Pueblo (FARC-EP)
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