jueves, 7 de marzo de 2019

El deterioro político de la derecha latinoamericana

A 6 años de la Siembra del Comandante Hugo Chávez, la Revolución bolivariana se erige con dignidad ante la agresión imperial y da cátedra en la lucha antiimperialista

Por Simona Yagenova | ALAI

1. El futuro de la Patria Grande y la posibilidad de emancipación de nuestros pueblos se libra hoy en la República Bolivariana de Venezuela.

El Comandante Eterno Hugo Chávez Frías dijo alguna vez que “No habrá verdadera Revolución si no tocamos la fibra moral de la nación, para elevarla hasta lo más sublime del ser humano". Chávez era un hombre con una extraordinaria capacidad de amar, amó a su pueblo, su patria y la humanidad entera. Un hombre que entendía la importancia de la historia y de los tiempos. Un hombre que se atrevió a trastocar el tiempo de la dominación imperial y del capital, resquebrajando las inercias, el servilismo, y el pesimismo.

La concepción de la praxis en Chávez, combinando historia, teoría y práctica política transformada se construyó en un dialogo permanente con su pueblo, que permitió en tan poco tiempo construir un proyecto revolucionario, popular, profundamente democrático, antiimperialista y socialista. Chávez se convirtió en pueblo y el pueblo reencarnó mil veces a Chávez, en un proceso revolucionario dinámico, creativo, que batalla todos los días frente a los obstáculos y la ofensiva imperial, que crece en medio de la adversidad, que se fortalece mediante el debate, el diálogo, la crítica y autocrítica, y en los sueños y acción política de las y los venezolanos para garantizar la independencia, libertad, justicia y poder popular.


Desde hace seis años, esta batalla la encabeza el compañero presidente Nicolás Maduro, revolucionario digno y ejemplar, quien con valentía, coherencia y sabiduría ha sabido enfrentar la compleja y densa guerra multidimensional que se ha dirigido en contra de la República Bolivariana de Venezuela. A pesar de la guerra económica, el descarado despojo y robo de los bienes venezolanos, la infame maquinaria mundial de mentira y difamación, el asedio internacional e imperial, que busca resquebrajar la voluntad del pueblo chavista, recolonizar y fragmentar el territorio venezolano; la revolución bolivariana está de pie, defendiendo el derecho a la autodeterminación, las innumerables conquistas logradas y dando cátedra al mundo de la importancia de respetar el derecho internacional, el multilateralismo, y derecho del pueblo venezolano a vivir en paz. Una y otra vez, se ha derrotado magistralmente las maniobras e intentos golpistas promovidos por el Imperio, lo que ha sido posible por la ejemplar conducción política, un creativo repertorio táctico, la disciplina militante y una filosofía política revolucionaria, profundamente bolivariana y chavista.

Tenemos mucho que aprender de la República Bolivariana de Venezuela, tan necesario para la actual etapa histórica: a. el proceso de creación del sujeto popular revolucionario; b. las políticas sociales y económicas redistributivas y de protección social; c. la política de vivienda; d. La creación de una fuerza armada comprometida con la revolución, que se ha convertido en un escudo protector ante la agresión interna y externa; e. la diplomacia bolivariana, que se expresa en una estrategia internacional coherente con los principios antiimperialistas, de la solidaridad activa y de la conformación de un mundo multipolar; f. el permanente dialogo con los intelectuales comprometidos y los movimientos sociales del mundo para seguir avanzando en la lucha por un nuevo orden global; f. La radicalidad y audacia para sacudir y modificar las estructuras tradicionales de dominación clasista.

La ofensiva imperial actual contra la Nuestra América no se dirige solamente contra la Revolución Bolivariana, se trata de un perverso plan de reconfigurar el territorio latinoamericano y caribeño para apropiarse de los bienes estratégicos, al costo de lo que sea, para solventar su crisis económica y perdida de hegemonía global. No obstante, la viabilización de este proyecto de neo-colonialización requiere una compleja estrategia de dominio ideológico, control social y territorial, acentuar la dependencia económica, resquebrajar el multilaterialismo y los procesos de integración regional, la demostración de fuerza militares ( bases militares), aplastar las fuerzas sociopolíticas de izquierda y los movimientos sociales, operar una estrategia política-jurídica para garantizar que sus cipayos gobiernan los diferentes Estados e imponer mecanismos coercitivos ejemplares para que los pueblos de la Nuestra América se “ rinden ” ante la “maquinaria de dominación imperial” encerrando para siempre el sueño de libertad, emancipación y autodeterminación. Pero esta es la lectura y sueño del Hegemón, del colonizador, que no comprende, ni comprenderá la rebeldía, capacidad de resistencia y vitalidad de la memoria histórica y sed de justicia de nuestros pueblos.

2. La derecha latinoamericana cada vez más servil, mediocre y deteriorada

El recetario político y económico de las derechas latinoamericanas se ha agotado; no tienen nada nuevo que ofrecer y lo saben. La mercantilización de la política al servició del capital, licito e ilícito, pervirtió las reglas del juego de la “democracia electoral”, lo vació de contenido y por un tiempo tuvo éxito en despolitizar a las masas. Las políticas económicas neoliberales empobrecieron y vulneraron profundamente los derechos económicos y sociales de los pueblos latinoamericanos y caribeños, y enriquecieron a los de siempre a una tasa de acumulación pocas veces visto antes en la historia. Los Estados fueron saqueados, reconfigurados y se debilitaron significativamente en su rol de defender los derechos ciudadanos, el bien común y como ente rector de la economía nacional.

Las progresivas victorias electorales de opciones políticas de izquierda y centroizquierda revirtieron estos procesos, en beneficio de los más empobrecidos y marginados.

El nuevo ciclo de neogolpismo acompañado de una guerra mediática y persecución jurídica de figuras claves de la izquierda latinoamericana, es una demostración del fracaso y deterioro político de la derecha continental, que es incapaz de librar una batalla ideológica política de alturas. Necesita de los soportes del capital mafia para financiar sus campañas y de los grandes capitales mediáticos cuasi-dictatoriales para manipular o confundir a las masas. Aún así, apenas logran ganar elecciones y la izquierda no desaparece. El neogolpismo con la “bendición” imperial les garantiza un nuevo ciclo de enriquecimiento saqueando al Estado, despojando y privatizando los bienes naturales, y aumentando su tasa de ganancia mediante diversas modalidades de blanqueo de capitales, incrementando la tasa de explotación de la clase trabajadora y vendiendo los bienes estratégicos del Estado que sobrevivieron los primeros ciclos de políticas neoliberales o fueron rescatados por los gobiernos progresistas.

Son estos políticos de derecha, que vemos ahora bailando al son de la batuca imperial. Patéticas figuras que parecen transportadas del teatro de lo absurdo. Acuerpan al fantoche autoproclamado dejando atrás sus adhesiones al liberalismo, a la soberanía nacional, al multilateralismo y el derecho internacional. Su servilismo ante las ordenes de la clica criminal que gobierno actualmente Washington demuestra su pequeñez, su cobardía, su mediocridad e incapacidad política. Es un espectáculo vergonzoso y la historia los juzgará. Es una demostración clara de su deterioro ético-político, su fracaso e incapacidad de comprender el actual momento histórico.

El futuro de la Patria Grande lo forjaremos en base al legado de miles de miles de revolucionarios y revolucionarias que nunca se doblegaron en la lucha por la libertad, la justicia, la autodeterminación y el socialismo. A diferencia de esta derecha maltrecha, envejecida y corrompida, nosotros floreceremos en base al rico pensamiento crítico latinoamericano, el legado de Bolívar, Martí, Sandino, Farabundo Marti, Fidel, Raúl, El Che, Allende y Chávez; la praxis revolucionaria de Nicholas Maduro y Evo Morales; nosotros si floreceremos porque nuestros pueblos desde las trincheras de sus luchas están creando saberes y practicas contra hegemónicas de naturaleza emancipatoria; nosotros si floreceremos porque las mujeres latinoamericanas y caribeñas somos una fuerza critica, rebelde y transformadora. Nosotros si floreceremos, y avanzaremos en la lucha por la emancipación y liberación de nuestra Patria Grande. Tenemos historia, proyecto y futuro.

Fuente: ALAI



No hay comentarios: