Agotadas las instancias legales de negociación con los empresarios bananeros, a la 0 hora de lpasado 8 de Mayo, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria (SINTRAINAGRO) lanzó una huelga que abarca a todas las fincas bananeras de Colombia.
Las negociaciones se iniciaron el 24 de marzo y se avanzó en muchos de los aspectos abordados hasta que se llegó al tema económico. Se cumplió la etapa de diálogo directo y los empresarios no aceptaron la prórroga, una nueva fase que extiende la negociación directa durante 20 días.
De esta manera se ingresó en la etapa de prehuelga que dura diez días y que concluyó a la 0 hora de hoy sin que surgiera un acuerdo. Los empresarios se han limitado a ofrecer un incremento salarial igual a la inflación pasada más una bonificación adicional que no se acumula al salario, mientras que SINTRAINAGRO reclama el IPC más tres puntos para el primer año y dos puntos para el segundo.
Tampoco hay acuerdo sobre los fondos sociales de educación y de vivienda. Los empresarios se retiraron de la negociación con una división interna, ya que un sector estimaba necesario continuar el diálogo, mientras que la otra parte instó al Sindicato a que iniciara la huelga.
Ante esta actitud, el Sindicato aplicó la metodología prevista legalmente, activó la huelga y paralizó totalmente la zona bananera de Colombia.
El gobierno nacional envió una Comisión en representación del Ministro de Trabajo, pero a pesar de sus gestiones para evitar el rompimiento de las conversaciones, los empresarios mayoritariamente no mostraron su intención de avenirse a la voluntad del gobierno.
Esta intransigencia patronal se debe a que hay empresarios que entienden que las negociaciones deben ser por empresa para desarticular la negociación colectiva. Otra parte de los propietarios sabe que ese es un objetivo muy riesgoso porque conoce al Sindicato, a su historia y tradición, a su disposición de lucha, su estructura sólida y unidad interna, y están conscientes de que para SINTRAINAGRO mantener la Convención Colectiva es una cuestión de principios.
Incluso han comentado que consideran una irresponsabilidad jugar a una huelga para intentar romper la negociación conjunta.
Esta división en el sector empresarial abre un paréntesis de incertidumbre acerca de cuándo podrán retomarse las conversaciones con la perspectiva de llegar a un acuerdo, ya que esto no depende del Sindicato, que está unido, fuerte y con propuestas serias, sino de cuándo y cómo se pondrán de acuerdo las empresas entre ellas.
Las negociaciones se iniciaron el 24 de marzo y se avanzó en muchos de los aspectos abordados hasta que se llegó al tema económico. Se cumplió la etapa de diálogo directo y los empresarios no aceptaron la prórroga, una nueva fase que extiende la negociación directa durante 20 días.
De esta manera se ingresó en la etapa de prehuelga que dura diez días y que concluyó a la 0 hora de hoy sin que surgiera un acuerdo. Los empresarios se han limitado a ofrecer un incremento salarial igual a la inflación pasada más una bonificación adicional que no se acumula al salario, mientras que SINTRAINAGRO reclama el IPC más tres puntos para el primer año y dos puntos para el segundo.
Tampoco hay acuerdo sobre los fondos sociales de educación y de vivienda. Los empresarios se retiraron de la negociación con una división interna, ya que un sector estimaba necesario continuar el diálogo, mientras que la otra parte instó al Sindicato a que iniciara la huelga.
Ante esta actitud, el Sindicato aplicó la metodología prevista legalmente, activó la huelga y paralizó totalmente la zona bananera de Colombia.
El gobierno nacional envió una Comisión en representación del Ministro de Trabajo, pero a pesar de sus gestiones para evitar el rompimiento de las conversaciones, los empresarios mayoritariamente no mostraron su intención de avenirse a la voluntad del gobierno.
Esta intransigencia patronal se debe a que hay empresarios que entienden que las negociaciones deben ser por empresa para desarticular la negociación colectiva. Otra parte de los propietarios sabe que ese es un objetivo muy riesgoso porque conoce al Sindicato, a su historia y tradición, a su disposición de lucha, su estructura sólida y unidad interna, y están conscientes de que para SINTRAINAGRO mantener la Convención Colectiva es una cuestión de principios.
Incluso han comentado que consideran una irresponsabilidad jugar a una huelga para intentar romper la negociación conjunta.
Esta división en el sector empresarial abre un paréntesis de incertidumbre acerca de cuándo podrán retomarse las conversaciones con la perspectiva de llegar a un acuerdo, ya que esto no depende del Sindicato, que está unido, fuerte y con propuestas serias, sino de cuándo y cómo se pondrán de acuerdo las empresas entre ellas.
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