Por Informe Pastrán
El sandinismo siempre ha estado sobre presión y agresiones por parte de Estados Unidos, de sus administraciones y de congresistas y senadores. Ronald Reagan fue quien más directo fue contra el sandinismo en el poder en los años 80, al financiar e impulsar la guerra con el firme objetivo de deponer del poder a los sandinistas, exigiendo que los contras fueran reconocidos como una fuerza militar legitima y que la oposición compartiera el poder, lo mismo que pasa ahora, en un intento de senadores y congresistas por darle aire a la fragmentada oposición criolla que ha sido incapaz de lograr en las calles y con los votos lo que se busca desde la capital norteamericana.