Foto G. Trucchi | Rel-UITA |
En
Guatemala la trata de personas va en aumento. Aunque los indicadores
oficiales digan lo contrario, las causas estructurales que generan una
de las peores formas de explotación no han cambiado mínimamente.
Durante el 2017, el Ministerio Público (MP) detectó 460 posibles víctimas de trata de personas, que representa una reducción del 23 por ciento en comparación con el año anterior. También registró una disminución del 21 por ciento de las denuncias de este delito.
De acuerdo con el Informe de Situación de Trata de Personas en Guatemala 2017 [1], presentado por la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), esta reducción sería el resultado de una débil capacidad institucional en la identificación de las víctimas, así como de nuevas dinámicas utilizadas por la captación de las víctimas.
“Las causas estructurales de los delitos de explotación y trata no han cambiado, por lo tanto, lo que tenemos es un fuerte subregistro de casos y denuncias”, dijo a La Rel, Ana Lucía Paláez, Defensora de las Personas Víctimas de Trata.
“No vamos a poder combatir y erradicar este flagelo si no atacamos las causas y no mejoramos la capacidad de identificación de las víctimas”, manifestó.
Entre los factores que originan la explotación y trata de personas, el informe señaló el incremento en los índices de pobreza, marginación, discriminación, desigualdad de oportunidades.
Asimismo, indicó la falta de acceso a educación, salud y justicia, como una elevada ineficiencia en la atención a pueblos indígenas.
Los
departamentos en donde fue detectado el mayor número de víctimas fueron
Guatemala y los departamentos fronterizos de Escuintla, San Marcos,
Huehuetenango e Izabal, donde hay mucha afluencia turística y donde es
más fácil la captación y traslado de víctimas.
La trata tiene rostro de mujer indígena
Niños, niñas y adolescentes las víctimas
Mujeres, niñez y pueblos indígenas continúan siendo los grupos de mayor riesgo. Del total de víctimas detectadas por el MP, el 61 por ciento (280) son mujeres y el 21 por ciento (95) son niñas, niños y adolescentes. Las adolescentes mujeres representan el 79 por ciento (75) del total de NNA[2] víctimas de trata.
“Seguimos siendo las principales víctimas de la trata de personas, y seguimos viviendo en un sistema patriarcal de opresión que domina a través de la desigualdad de género.
La trata trae consigo consecuencias específicas para las mujeres, como son los matrimonios, maternidades, abortos forzados, y las violaciones sexuales”, lamentó Paláez.
Niños, niñas y adolescentes las víctimas
Mujeres, niñez y pueblos indígenas continúan siendo los grupos de mayor riesgo. Del total de víctimas detectadas por el MP, el 61 por ciento (280) son mujeres y el 21 por ciento (95) son niñas, niños y adolescentes. Las adolescentes mujeres representan el 79 por ciento (75) del total de NNA[2] víctimas de trata.
“Seguimos siendo las principales víctimas de la trata de personas, y seguimos viviendo en un sistema patriarcal de opresión que domina a través de la desigualdad de género.
La trata trae consigo consecuencias específicas para las mujeres, como son los matrimonios, maternidades, abortos forzados, y las violaciones sexuales”, lamentó Paláez.
La Defensora de la PDH explicó
que en 2017 el Mecanismo de Búsqueda Inmediata de Mujeres Desaparecidas
reportó 1810 mujeres desaparecidas, el 77 por ciento de ellas eran niñas
y mujeres adolescentes. Del total, solamente 320 fueron localizadas.
Pueblos indígenas expuestos a la Trata
Exclusión y discriminación
Los pueblos indígenas de Guatemala siguen siendo excluidos y discriminados, y están expuestos a la trata de personas. La sociedad guatemalteca permanece atrapada en resabios coloniales.
“Siguen siendo considerados como fuerza de trabajo barata, sujeta a jornadas laborales extenuantes, y como producto cultural para el turismo. Sus autoridades y cosmovisiones son desvaloradas.
Bajo estos conceptos son despojados de sus medios de producción, como son la tierra y los bienes naturales. Cuando se organizan para la defensa del territorio son criminalizados y judicializados”, dijo a La Rel, Alberto Mazariegos, de la Defensoría de Pueblos Indígenas.
Exclusión y discriminación
Los pueblos indígenas de Guatemala siguen siendo excluidos y discriminados, y están expuestos a la trata de personas. La sociedad guatemalteca permanece atrapada en resabios coloniales.
“Siguen siendo considerados como fuerza de trabajo barata, sujeta a jornadas laborales extenuantes, y como producto cultural para el turismo. Sus autoridades y cosmovisiones son desvaloradas.
Bajo estos conceptos son despojados de sus medios de producción, como son la tierra y los bienes naturales. Cuando se organizan para la defensa del territorio son criminalizados y judicializados”, dijo a La Rel, Alberto Mazariegos, de la Defensoría de Pueblos Indígenas.
Mazariegos aseguró que
existen al menos 7 modalidades de despojo delos pueblos indígenas, que
contribuyen directamente a exponerlos a la trata de personas y a
diferentes formas de explotación.
Prevención y protección a víctimas
Grandes debilidades
Si bien el informe de la PDH reconoce los avances alcanzados en materia de prevención por la SVET[3], señala que aún falta incorporar el enfoque multicultural. Además, la atención y protección a las víctimas de trata continúa presentando grandes debilidades.
También revela un preocupante descenso de las denuncias por el delito de trata de personas, y solamente 43 sentencias por el mismo delito, 36 de las cuales fueron condenatorias.
Entre las principales recomendaciones, la PDH instó al Estado a contrarrestar las causas estructurales que originan la explotación y trata de personas, y a mejorar el abordaje de estos delitos.
Grandes debilidades
Si bien el informe de la PDH reconoce los avances alcanzados en materia de prevención por la SVET[3], señala que aún falta incorporar el enfoque multicultural. Además, la atención y protección a las víctimas de trata continúa presentando grandes debilidades.
También revela un preocupante descenso de las denuncias por el delito de trata de personas, y solamente 43 sentencias por el mismo delito, 36 de las cuales fueron condenatorias.
Entre las principales recomendaciones, la PDH instó al Estado a contrarrestar las causas estructurales que originan la explotación y trata de personas, y a mejorar el abordaje de estos delitos.
Además, insistió en
que se garanticen derechos específicos de los pueblos y las víctimas,
así como la atención, protección y reparación digna.
[3] Secretaría contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas
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