Tras el doble asesinato de dirigentes del Movimiento Unificado Campesino del Aguán
Señor Juan Orlando Hernández
Presidente de la República de Honduras
Tegucigalpa
Su despacho
Ref.: Doble asesinato de dirigentes del Movimiento Unificado Campesino del Aguán
De nuestra consideración:
Nos dirigimos a usted a nombre de nuestras 90 organizaciones afiliadas en 18 países de la región, para expresarle nuestra más profunda indignación ante el brutal asesinato del presidente del Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA), José Ángel Flores, en el cargo desde enero 2015, y de Silmer Dionisio George, trabajador de una empresa del asentamiento La Confianza, ubicada en el municipio de Tocoa, departamento de Colón.
De acuerdo con las informaciones que trascendieron, el hecho ocurrió a las 6 de la tarde del martes 18 frente a la tienda de consumo del asentamiento, luego que ambos líderes campesinos salieran de una reunión de junta directiva de las Empresas Asociativas de la Confianza, donde participaban alrededor de 40 campesinos.
Sicarios fuertemente armados a bordo de motocicletas, esperaron el fin de la junta para disparar contra los dirigentes que murieron en el lugar.
Su asesinato se suma al de decenas de campesinos organizados, cuya vida fue segada en el marco de un conflicto agrario originado por la expansión sin control del monocultivo de palma africana, la falta de acceso a la tierra para miles de familias del medio rural y la impunidad reinante en su país.
Señor presidente, ambos líderes campesinos gozaban de medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), desde mayo de 2014 pero esto no valió de nada.
Como bien sabrá, las Naciones Unidas han reafirmado su profunda preocupación ante este escenario de creciente violencia, subrayando la urgente necesidad de que su gobierno dé pasos concretos para traducir ante la justicia los responsables materiales e intelectuales de los asesinatos y atentados de los últimos meses.
Esta situación se vuelve aún más preocupante si consideramos que a siete meses del asesinato de la dirigente indígena y coordinadora del Consejo cívico de organizaciones populares e indígenas de Honduras (Copinh) Berta Cáceres, y a tres del de Lesbia Urquia, activista y luchadora social también vinculada al Copinh, dicha organización y sus respectivas familias siguen clamando por la creación de una comisión de investigación independiente e imparcial.
Que además, a escasos diez días, desconocidos atentaron contra la vida de Tomás Gómez Membreño, coordinador general interino del Copinh, y de Alexander García Sorto, miembro de la misma organización y dirigente comunitario de Llano Grande, Colomoncagua quienes permanecen en la lucha constante por justicia y contra los proyectos que avasallan sus territorios y su pueblo.
Hasta el momento, señor presidente, su gobierno no ha mostrado la suficiente sensibilidad y convicción para dar una respuesta convincente ante esta nueva escalada de violencia que asombra y conmueve al mundo.
Según el informe “¿Cuántos más?” de la reconocida organización Global Witness, Honduras es el país más peligroso per cápita para los activistas ambientales y de la tierra, con 101 asesinatos entre 2010 y 2014.
Ante una tragedia de estas proporciones, la Rel-UITA se dirige a usted con el fin de que su gobierno y las instituciones encargadas de impartir justicia hagan todos los esfuerzos necesarios para romper el muro de la impunidad y garantizar la vida de los trabajadores y defensores de la tierra y del ambiente.
El mundo entero tiene los ojos puestos en Honduras y exige a su gobierno que se ponga un alto a esta masacre y un freno a la impunidad que carga las armas que están matando a nuestra gente.
Sin más, hacemos propicia la ocasión para saludarlo atentamente,
Gerardo Iglesias
Secretario Regional Latinoamericano
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