En todo el mundo, las semillas y los sistemas campesinos de semillas están siendo atacados. Las corporaciones están presionando para imponer nuevas leyes y regulaciones, aun más agresivas que las actualmente en vigor, que criminalizan a los agricultores por sembrar, guardar, intercambiar y cuidar de sus semillas. Si las empresas logran su objetivo, los agricultores de todo el mundo enfrentarán la posibilidad de ser encarcelados o multados duramente por hacer lo que han hecho por siglos.
Es alarmante que los gobiernos de los países no industrializados muestren tan escasa o ninguna intención de resistirse, y en algo más que unos pocos casos hayan cooperado activamente con estas agresiones. La aprobación reciente de un nuevo Protocolo sobre propiedad intelectual sobre variedades vegetales por parte de los Estados miembros de la Organización Regional Africana de Propiedad Intelectual (ARIPO, por sus siglas en inglés) es sólo el ejemplo más reciente.
Los sistemas campesinos de semillas existen desde los inicios de la agricultura y son una condición fundamental para que las familias y comunidades campesinas en todo el mundo puedan seguir cultivando libremente, y así logren la seguridad y la soberanía alimentaria. Los derechos de los agricultores sobre las semillas han sido reconocidos por los gobiernos en varios tratados internacionales, pero los mismos gobiernos están firmando nuevas leyes y regulaciones que destruyen tales derechos y permiten que las multinacionales aumenten su control y poderes monopólicos sobre las semillas. Los cambios que estamos presenciando son graves y de máxima importancia.
Recientemente, Vía Campesina y GRAIN publicaron un folleto que describe los modos en que las comunidades campesinas y agricultoras están siendo afectadas por estas nuevas legislaciones y cómo están luchando en contra de ellas.
Los sistemas campesinos de semillas existen desde los inicios de la agricultura y son una condición fundamental para que las familias y comunidades campesinas en todo el mundo puedan seguir cultivando libremente, y así logren la seguridad y la soberanía alimentaria. Los derechos de los agricultores sobre las semillas han sido reconocidos por los gobiernos en varios tratados internacionales, pero los mismos gobiernos están firmando nuevas leyes y regulaciones que destruyen tales derechos y permiten que las multinacionales aumenten su control y poderes monopólicos sobre las semillas. Los cambios que estamos presenciando son graves y de máxima importancia.
Recientemente, Vía Campesina y GRAIN publicaron un folleto que describe los modos en que las comunidades campesinas y agricultoras están siendo afectadas por estas nuevas legislaciones y cómo están luchando en contra de ellas.
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