Presidencia Ecuador |
Por Andes
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, rechazó los intentos de desestabilización de sectores de la oposición vinculados a la derecha y expuso que “lo que está en discusión es si se quiere un país dominado por las élites” o la apuesta de su gobierno de alcanzar la equidad.
El mandatario se dirigió la noche de este jueves a miles de simpatizantes que acudieron al Palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, en lo que se denominó como vigilia por la democracia y mientras se desarrollaban simultáneamente manifestaciones en Quito y Guayaquil.
El mandatario se dirigió la noche de este jueves a miles de simpatizantes que acudieron al Palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, en lo que se denominó como vigilia por la democracia y mientras se desarrollaban simultáneamente manifestaciones en Quito y Guayaquil.
“Ese neoliberalismo que nos quebró como sociedad, que destruyó a la familia ecuatoriana, esa es una de las visiones. O la visión de la Revolución Ciudadana, del Socialismo del Siglo XXI, que no condena la riqueza, pero dice claramente que hay que adecuadamente distribuir esa riqueza; también decimos claramente, que toda acumulación ilimitada de esa riqueza es injusta, es inmoral”, dijo Correa.
El jefe de Estado hizo alusión a los proyectos de ley para la Redistribución de la Riqueza (herencias) y para las Ganancias Extraordinarias (plusvalía) que sirvieron de pretexto, a su criterio, para que la oposición active un plan de desestabilización de su gobierno que goza de legitimidad democrática al ganar diez elecciones consecutivas, dos de ellas presidenciales, y con un alto apoyo popular.
“El problema de fondo no son las leyes, ese fue el pretexto. Esto no es casual, es preparado; tienen asesores extranjeros, tienen financiamiento, asesoría nacional e internacional (…) tienen apoyo logístico, tienen estrategia, entre esas estrategias la movilización permanente”, sostuvo al tiempo de advertir que las movilizaciones continuarían hasta 2017, año en que se deben realizar elecciones presidenciales.
Correa alertó que lo que se busca es desestabilizar o generar ingobernabilidad hasta entonces y recordó que una estrategia similar se ha vivido ya en Venezuela y en otros gobiernos progresistas: Argentina, Brasil y Bolivia.
Identificó a los representantes de la “derecha más recalcitrante”, el banquero (excandidato a la presidencia) Guillermo Lasso y Jaime Nebot, actual alcalde de Guayaquil y exgobernador del gobierno de León Febres Cordero, señalado por las sistemáticas agresiones a los derechos humanos.
Justamente Nebot encabezó este día una reunión, en principio secreta, con el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, y el prefecto opositor de la provincia de Azuay, Paúl Carrasco, justificada por sus asistentes como “una reunión de trabajo”.
El presidente Correa, durante su intervención en Quito, se refirió a la violenta reacción de Nebot luego de la revelación sobre el registro de su empresa familar en un paraíso fiscal en el exterior. Dijo que les duele que se esté cortando la evasión y controlando la especulación de la tierra, otro aspecto en el que el alcalde de derecha estaría involucrado.
Respecto al llamado al diálogo, que no ha encontrado eco en la oposicón, dijo que "no buscan una protesta democrática sino desestabilizar"
Sostuvo que el pedido de la oposición para que abandone el cargo no tien e legalidad."Si no les gusta la política del gobierno, pues a la inmensa mayoría del pueblo sí les gusta (...) si algo me pasa a mi, a nivel mundial, los golpistas no quedarán en la impunidad", subrayó.
El jefe de Estado hizo alusión a los proyectos de ley para la Redistribución de la Riqueza (herencias) y para las Ganancias Extraordinarias (plusvalía) que sirvieron de pretexto, a su criterio, para que la oposición active un plan de desestabilización de su gobierno que goza de legitimidad democrática al ganar diez elecciones consecutivas, dos de ellas presidenciales, y con un alto apoyo popular.
“El problema de fondo no son las leyes, ese fue el pretexto. Esto no es casual, es preparado; tienen asesores extranjeros, tienen financiamiento, asesoría nacional e internacional (…) tienen apoyo logístico, tienen estrategia, entre esas estrategias la movilización permanente”, sostuvo al tiempo de advertir que las movilizaciones continuarían hasta 2017, año en que se deben realizar elecciones presidenciales.
Correa alertó que lo que se busca es desestabilizar o generar ingobernabilidad hasta entonces y recordó que una estrategia similar se ha vivido ya en Venezuela y en otros gobiernos progresistas: Argentina, Brasil y Bolivia.
Identificó a los representantes de la “derecha más recalcitrante”, el banquero (excandidato a la presidencia) Guillermo Lasso y Jaime Nebot, actual alcalde de Guayaquil y exgobernador del gobierno de León Febres Cordero, señalado por las sistemáticas agresiones a los derechos humanos.
Justamente Nebot encabezó este día una reunión, en principio secreta, con el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, y el prefecto opositor de la provincia de Azuay, Paúl Carrasco, justificada por sus asistentes como “una reunión de trabajo”.
El presidente Correa, durante su intervención en Quito, se refirió a la violenta reacción de Nebot luego de la revelación sobre el registro de su empresa familar en un paraíso fiscal en el exterior. Dijo que les duele que se esté cortando la evasión y controlando la especulación de la tierra, otro aspecto en el que el alcalde de derecha estaría involucrado.
Respecto al llamado al diálogo, que no ha encontrado eco en la oposicón, dijo que "no buscan una protesta democrática sino desestabilizar"
Sostuvo que el pedido de la oposición para que abandone el cargo no tien e legalidad."Si no les gusta la política del gobierno, pues a la inmensa mayoría del pueblo sí les gusta (...) si algo me pasa a mi, a nivel mundial, los golpistas no quedarán en la impunidad", subrayó.
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