Foto G. Trucchi - Opera Mundi |
Un ejemplo es la construcción del TAV (Tren de Alta Velocidad), casi 240 kilómetros de la ruta ferroviaria Turín-Lyón.
Al llegar al pequeño poblado de Giaglione, en el Alto Valle de Susa, al noroeste de Italia, el cielo plomizo y cargado de agua no parece ser motivo de preocupación. Una multitud se ha reconcentrado en un vasto estacionamiento, localizado en las inmediaciones de un pequeño camino que se pierde entre las montañas, y se apresta a emprender una nueva marcha.
- Lea 1° parte: "Dictadura" de la austeridad impone "toque de queda" para los derechos de los trabajadores
- Lea 2° parte: Jóvenes, mujeres e inmigrantes son las principales víctimas de la crisis
- Mire la Galería de fotos
Hombres y mujeres, jóvenes, niños y niñas, ancianos, varios de ellos y ellas con banderas y mantas que reproducen el logo del Movimiento NO TAV. Megáfonos y altoparlantes difunden música entremezclada con consignas, bajo una llovizna fina y ligera que, poco a poco, va creciendo de intensidad.
La marcha pacífica inicia y, después de varios kilómetros bajo una intensa lluvia, consigue llegar hasta las redes metálicas y el alambre de púas que cercan el lugar de las excavaciones.
Miles de personas se acercan a la zona de la Maddalena de Chiomonte, dispersándose debajo de los altos arboles que han sobrevivido a las retroexcavadoras que han hecho estragos del bosque de abedul. Debajo de sus paraguas, gritan su rechazo y, al unísono, golpean con piedras la estructura metálica, detrás de la cual se entrevén los uniformes de militares y policías que resguardan uno de los megaproyectos más polémicos de las últimas décadas.
El primer estudio de factibilidad sobre los casi 240 kilómetros de la ruta ferroviaria Turín-Lyon, para la implementación del TAV (Tren de Alta Velocidad) tiene más de 20 años (1991). El proyecto de esta línea ferroviaria trasfronteriza entre Italia y Francia prevé también un maxi túnel de 57 km (12.5 km en territorio italiano).
El costo previsto para la realización de la Fase 1 de la obra, es decir la parte transfronteriza, es de 8.5 billones de euros, de los cuales Italia tendrá que garantizar 2.7 billones, ya que el acuerdo prevé una repartición de gastos entre la Unión Europea (40%), Francia (42.1%) e Italia (57.9%). El costo total podría sobrepasar los 25 billones de euros y nadie, al momento, sabe decir de dónde saldrá esta cantidad que equivale a casi el 1.6% del PIB (Producto Interno Bruto) italiano.
Según los planes de la Unión Europea, la línea Turín-Lyon será parte del megaproyecto “Prioritario 6”, que se propone unir esa ciudad francés con la frontera de Ucrania en el marco de la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T), un conjunto planificado de redes de transporte pensadas para facilitar la comunicación de personas y mercancías a lo largo de toda la Unión Europea. Las obras se extenderían más allá del año 2030, con un costo total que ronda los 230 billones de euros.
Lo que las maquinas están excavando en la Maddalena de Chiomonte es una galería exploratoria de casi 8 km para llevar a cabo estudios geognósticos. El costo sobrepasa los 145 millones de euros y, para proteger el inicio de esta inversión público-privada ante las incesantes protestas, la zona ha sido totalmente cercada y militarizada.
También en ese caso, el costo de la seguridad de la inversión corre por cuenta del Estado, es decir de los mismos ciudadanos que sufren la crisis económica y a los cuales se les exigen sacrificios para sanar la deuda pública.
“Una vez más estamos aquí, como siempre lo hemos hecho en los últimos años. En el Valle de Susa nos estamos jugando el futuro, y nuestra lucha ya es un símbolo de esperanza para todos aquellos y aquellas que creen que un mundo diferente es posible. Les agradezco por todo el apoyo que me han dado en estos meses tan difíciles. No nos van a detener nunca”, dijo Luca Abbà ante la multitud.
En febrero de 2012, Abbà, figura histórica del Movimiento NO TAV, se había subido a una torre de alta tensión para protestar contra el levantamiento de las vallas metálicas y denunciar el desalojo violento de centenares de activistas. Mientras unos policías subían a la torre para apresarlo, Abbà fue alcanzado por una descarga eléctrica y cayó al suelo desde una altura de 10 metros, sufriendo fracturas graves y quemaduras en todo el cuerpo.
“Economía del ladrillo”
El movimiento NO TAV, dicen los integrantes de los Comités que han surgido a lo largo de todo el territorio nacional, lucha en defensa de los bienes comunes, rechazando su mercantilización. De la misma forma, se opone a un modelo que pretende dar respuesta a la crisis económica a través de la implementación y profundización de una “economía del ladrillo”, basada en la construcción de infraestructuras y grandes obras.
En aras de fomentar un supuesto mayor crecimiento económico, estabilizar los índices macroeconómicos, mostrar un aumento, aunque mínimo, del PIB (Producto Interno Bruto) y, sobre todo, invertir los excedentes financieros, en Italia, a través de la ‘ideología’ de las grandes obras, se pierden 244 mil hectáreas de territorio cada año, es decir 688 hectáreas diario.
“El TAV no tiene sentido. Ya existe una línea Turín-Lyon que está subutilizada y que registra una disminución constante del tráfico ferroviario. Además, nunca va a ser sostenible económicamente y los impactos ambientales van a ser desastrosos”, dice el periodista económico Roberto Cuda a Opera Mundi, citando datos del estudio realizado por la Comision Técnica de la Comunidad Montana del Valle de Susa y Valle Sangone, junto con varios expertos externos.
Contra el proyecto, que ha sido repetidamente modificado en el trascurso de las últimas dos décadas, se ha movilizado un abanico muy amplio de sectores, que involucran no solamente los diferentes Comités de ciudadanos de los valles afectados, sino también la inmensa mayoría de Ayuntamientos de la zona y un sinnúmero de organizaciones radicadas en todo el territorio nacional.
“El Movimiento NO TAV es muy diverso, incluyente e intergeneracional. Ha crecido, se ha extendido geográficamente y hasta se ha solidarizado e intercambiado experiencias con otros movimientos y frentes de lucha. Pese a la criminalización de la lucha y a la violenta represión, las movilizaciones han sido masivas, constantes y no se van a detener”, puntualizó Cuda.
Según el periodista, la gente ya está cansada y no tolera más el abuso y derroche de los recursos públicos, Además, está tomando conciencia acerca de que no se puede seguir depredando el territorio. “Existe una creciente demanda de mejor calidad de viday de sustentabilidad ambiental que ha motivado y sigue fortaleciendo al movimiento”, afirma.
Pese a esta situación, el aparato político y económico del país no parece estar dispuesto a ceder. La maniobra financiera,bautizada por el ex primer ministro Mario Monti de "Salva Italia", impuso un reajuste presupuestario de 30 billones de euros, que costó a cada familia italiana un promedio de 635 euros de más en impuestos. Sin embargo, mantuvo el financiamiento de 2.2 billones de euros para la línea de alta velocidad.
“El TAV se ha vuelto algo simbólico. Ceder ante la presión popular pondría en riesgo la misma ideología de las grandes obras, alentando la protesta contra otros proyectos”, concluyó Cuda.
Para Eugenio Cantore y Bruno Teghille, activistas del Comité NO TAV de Sant’Ambrogio, el Movimiento no va a ceder. “Están devastando nuestro territorio, afectando nuestra salud, atacando nuestra economía. Es una obra que no tiene ningún sentido y que nunca se llevará a cabo. Vamos a continuar la lucha pese a la militarización y a la criminalización”, aseguran.
Teghille evidencia también los grandes intereses que estarían detrás de esa, como de muchas otras grandes obras. “A los lobbies financieros no interesa la utilidad colectiva, sino el lucro personal. Y la política ha jugado un papel vergonzoso e indigno”.
Pese a la fuerte lluvia y a los fuertes chorros de agua lanzados por camiones de la policía, una joven activista señala a todos los presentes la grande fuerza moral que caracteriza la lucha del Movimiento NO TAV. “Ellos tienen las retroexcavadoras, las maquinas perforadoras, los blindados, las armas y las prisiones, pero nosotros tenemos nuestra lucha para garantizar un futuro digno. Tenemos nuestra voluntad, nuestra esperanza y alegría”, concluyó.
Más cemento
En el marco de las grandes obras, en Italia está prevista la construcción de 33 nuevas autopistas, es decir, dos mil kilómetros más de una red vehicular que ya es entre las más grandes de Europa.
Sólo en la región Lombardía, en el norte de Italia, pretenden realizar ocho nuevas autopistas (400 km), con un aumento del 80% de la actual red vehícular. Entre ellas, destacan los proyectos de la Pedimontana, la Brebemi (Brescia-Bergamo-Milano) y la TEM (Tangenziale Esterna Milano), con un costo no inferior a los 10 billones euros.
Pese a que en Italia el mercado del auto está en crisis, con una reducción de las ventas del 20% durante el 2012 y con una pérdida de facturación de 7 billones de euros, y el precio de los combustibles sigue creciendo, el sector público-privado prefiere perseguir el espejismo de las grandes obras.
“En vez de potenciar y mejorar los servicios de transporte existentes, como por ejemplo, las líneas ferroviarias que a diario trasladan a miles de trabajadores hacia los lugares de trabajo, continúan invirtiendo dinero público en obras que nadie va a financiar y que, con mucha probabilidad, nunca serán concluidas”, reitera Cuda.
Según el periodista, en Italia es imprescindible forjar una nueva política nacional de transporte, reduciendo la movilidad y facilitando el acceso de los ciudadanos al trabajo, al estudio y a los servicios en general, mediante diversos modos de transporte. “Es preciso romper esta colusión de la política con la industria y los negocios. Sólo así podrán cambiar las cosas, dejando de promover obras que no solamente son inútiles, sino que son fuertemente dañinas para la sociedad y el futuro del país”, concluyó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se eliminarán los comentarios que contienen vulgaridades o elementos de violencia verbal