Lo que muchas organizaciones feministas están exigiendo que se apruebe en El Salvador, acaba de suceder en Uruguay: la legalización del aborto.
La Cámara de Diputados de Uruguay aprobó el pasado 25 de septiembre un proyecto de ley que legaliza el aborto, solo aquellos que tengan hasta las 12 semanas de embarazo, tras un proceso de negociación entre los partidos que resultó en una propuesta de ley pionera en Latinoamérica.
Los resultados de la votación fueron reñidos, se logró la aprobación de la Ley con 50 votos contra 49.
Según la publicación de una agencia de prensa internacional, el segundo artículo de la Ley dice que "La interrupción del embarazo no será penalizada (...) para el caso que la mujer cumpla voluntariamente con los requisitos que se establecen en los artículos siguientes y se realice antes de las doce semanas de gravidez.
El artículo siguiente determina que cuando una mujer indique al médico que quiere abortar, éste la derivará a un "equipo interdisciplinario" integrado por al menos tres profesionales -un ginecólogo, un psicólogo y un asistente social- que deberá informarle los riesgos y las "alternativas al aborto", incluyendo los programas de apoyo a la maternidad y la posibilidad de entregar a su hijo en adopción.
Antes de este hecho, solo Cuba ha hecho el aborto accesible a todas las mujeres en el primer trimestre del embarazo.
En Argentina y Colombia está permitido cuando existe riesgo de vida para la madre o el embarazo fue fruto de una violación, en El Salvador las organizaciones feministas abogan para que la legalización sea en esos casos también. En la Ciudad de México es legal dentro de las primeras 12 semanas de gestación.
De acuerdo a una publicación del Diario El País, el presidente de Uruguay José Mujica tiene en su poder la decisión de vetar la ley, pero ya anunció que no lo haría y así lo ratificó en las últimas horas en diálogo con BBC Mundo, reconociendo también las profundas divisiones y posiciones encontradas que en la sociedad genera este tema.
Para Mujica la despenalización no solo evitaría muertes en interrupciones de embarazos en clínicas clandestinas, sino que podría ocasionar una reducción en el número de abortos. "Todo el mundo está contra el aborto, pero si se le brinda apoyo a una mujer sola que toma esta decisión, hay quienes pensamos que muchas retrocederían". Por eso entendió que "por esa vía" se salvarían "más vidas".
Morena Herrera, feminista salvadoreña representante de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto, destacó que la legalización del aborto en Uruguay es un paso importante en la democratización de la sociedad uruguaya y que ese país es un ejemplo en el proceso democrático.
“También es un ejemplo para que el gobierno y la asamblea legislativa hagan un ejercicio de mediación entre los diferentes intereses de la sociedad, porque así como en El Salvador hay grupos religioso y otras organizaciones que se oponen a la legalización, en Uruguay las hay pero hay un papel de mediación entre la necesidad de respetar los derechos de las mujeres y de asegurar que hay servicios públicos para dar seguridad”, dijo Herrera.
Señaló que lo que está pasando en Uruguay debe mover a la reflexión tanto a las organizaciones ciudadanas que trabajan por los derechos de las mujeres, a las instituciones gubernamentales y hasta a las organizaciones que se oponen al aborto, para que se valore el derecho a la salud de las mujeres.
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