Foto G. Trucchi |
Por OFRANEH
Hace 215 años murió en combate el líder del pueblo Garífuna Joseph Satuye, el que luchó permanentemente contra el imperialismo Británico y su pretensión de apoderarse del último bastión del pueblo Caribe (Kalinagus y Garífunas) en las Antillas menores.
Desde la rebelión en 1791 del Bosque de los caimanes (Haiti) pasando por las gestas de Toussaint Louverture, Julien Fedon y Petión, el Caribe ebulló con la libertad y fraternidad, afianzada con el espíritu de la revolución francesa y sus secuelas en el ámbito del Caribe y de Sudamérica.
Nuestro pueblo después de haber sido expulsado por los británicos de San Vicente, poblamos las costas del Caribe mesoamericano donde hasta la fecha conservamos el idioma y tradiciones heredadas de los Arawak, Caribes y de los náufragos africanos.
Desde la rebelión en 1791 del Bosque de los caimanes (Haiti) pasando por las gestas de Toussaint Louverture, Julien Fedon y Petión, el Caribe ebulló con la libertad y fraternidad, afianzada con el espíritu de la revolución francesa y sus secuelas en el ámbito del Caribe y de Sudamérica.
Nuestro pueblo después de haber sido expulsado por los británicos de San Vicente, poblamos las costas del Caribe mesoamericano donde hasta la fecha conservamos el idioma y tradiciones heredadas de los Arawak, Caribes y de los náufragos africanos.
Nuestra
singular y mágica cultura es el mayor tesoro que poseemos, además del
territorio que hemos ocupado durante mas de dos siglos. Sin embargo
existe una ofensiva para despojar nuestros territorios auspiciada por la
élite de poder nacional, promovidos y acompañados por los organismos
financieros internacionales, quienes vienen a través de mega proyectos
disponiendo de nuestros hábitats y fracturando las comunidades con una
imposición de privilegiar la propiedad privada en contra de los derechos
comunitarios y comunales de nuestras pueblos.
Para
poder preservar nuestra cultura es indispensable contar con el
territorio ancestral, ante la intima conexión que existe entre nuestra
cosmovisión, el mar y la tierra de donde obtenemos nuestro sustento. De
ahí que invocando el espíritu de Joseph Satuye nos mantengamos en una
permanente resistencia cultural para proteger el legado de nuestros
ancestral.
A
partir del golpe de estado del año 2009, los pueblos indígenas
radicados en Honduras nos vemos asediados por una ofensiva por parte del
actual poder legislativo, que se ha dedicado a emitir leyes de corte
neoliberal con el objetivo de entregar bosques, ríos e incluso parte del
territorio nacional al capital extranjero o sus súbditos locales.
Entre
las leyes aprobadas se encuentra la de la Ciudades Modelos, alias RED,
la cual contempla entre otras cosas, entregar específicamente la franja
que habitamos los Garífunas a inversionistas extranjeros, entre ellos el
rey del Porno del Canadá, Posco de korea, y un grupo de Libertarios que
pretende crear sus republiquetas en el mar Caribe.
Mas
allá de las amenazas territoriales se encuentra la infamia de
desconocer nuestro bagaje indígena, al denominarnos simplemente como
afrodescendientes. Sin negar en ningún momento nuestro bagaje africano
no podemos acondicionarnos a la simple etiqueta que nos han impuesto un
grupúsculo de negros con tintes ideológicos de derecha que han logrado
erradicar a nivel de estado nuestra condición como pueblo indígena.
Basta darse cuenta que en este momento se están impulsando encuestas o
registros donde se esta invisibilizando o desconociendo al pueblo
Garifuna como un pueblo como con una cultura diferenciada.
Desafortunadamente
prevalece una visión errónea donde se simplifica la existencia de
pueblos indígenas exclusivamente al continente americano, cuando los hay
desde África, pasando por Europa hasta en Oceanía.
El idioma Garífuna se categoriza como Arawak Maipure Norteño,
con una entonación africana y algunas palabras de origen Bantú. Además
que nuestra cultura se circunscribe entre los pueblos de la yuca amarga
proveniente del río Orinoco. Por supuesto que existe un bagaje africano
revestido de nuestra herencia Caribe. De ahí que es claro que existen
razones más políticas que culturales para negar nuestra condición de
pueblo indígena.
El
espíritu de nuestro héroe Satuye a los 217 años de su muerte es un
testigo de la nueva expulsión que sufrimos del territorio además de la
conveniente aculturización y desaparición que padeceremos como
Garífunas.
A los 217 de la muerte de Satuye, continuamos en resistencia.
!!!Satuye Vive, La Lucha Sigue!!!
!!Barauda Vive, La Lucha Sigue!!!
La Ceiba, 14 de marzo, del 2012
Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH
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