lunes, 19 de diciembre de 2011

Estados Unidos contra el mundo

secondoprotocollo.org
Immanuel Wallerstein - La Jornada

Hubo un tiempo en que Estados Unidos tenía muchos amigos, o por lo menos seguidores relativamente obedientes. 

En los días que corren, parece que no tiene sino adversarios, de todas las coloraciones políticas. Es más, no parece estarle yendo muy bien en los encuentros con sus adversarios. 

Tomemos lo que ha estado ocurriendo en noviembre y la primera mitad de diciembre de 2011. Ha tenido confrontaciones con China, Pakistán, Arabia Saudita, Israel, Irán, Alemania y América Latina. No puede uno decir que haya llevado la mejor parte en estas controversias.

El mundo interpretó la presencia y los anuncios del presidente Barack Obama en Australia como un abierto desafío a China, pues le dijo al Parlamento australiano que Estados Unidos estaba decidido a destinar los recursos necesarios para mantener nuestra fuerte presencia militar en esta región. Para este fin, Estados Unidos está enviando a 250 marines a una base aérea australiana en Darwin (y posiblemente aumente este número en el futuro a 2 mil 500 elementos).

Ésta es sólo una de tantas jugadas de despliegue militar semejante en la región. Así, conforme Estados Unidos se retira (o se ve forzado a retirarse) de Medio Oriente –por razones políticas y financieras– muestra sus músculos en la región Asia-Pacífico. ¿Es esto realmente creíble, en un momento en que hay una renuencia creciente del público estadunidense para involucrarse en el exterior y hay exigencias urgentes de que reduzca sus gastos, incluidos los gastos militares? Hasta ahora, la respuesta de China ha sido, virtualmente, no responder, como diciendo que el tiempo está del lado de China, aun en cuanto a sus relaciones con Estados Unidos, o tal vez, especialmente para sus relaciones con Estados Unidos.

Luego está Pakistán. Estados Unidos ha arrojado el guante. Pakistán debe cesar de proteger a sus movimientos islamitas. Debe dejar de socavar al gobierno de Karzai en Afganistán. Debe cesar de amenazar a India con acciones militares en Cachemira. ¿O qué? Ése es el problema. Aparentemente, según documentos filtrados, Estados Unidos pensaba que el último amigo que le quedaba en Pakistán, el actual presidente Asif Alí Zardari, podía correr al líder del ejército, el general Ashfaq Parvez Kayani. En respuesta, el general Kayani hizo arreglos para que el presidente Zardari fuera a Dubai a un tratamiento médico. El golpe potencial, con respaldo de Estados Unidos, falló. Y si Estados Unidos intentara tomar represalias cortando la asistencia financiera, siempre está China para tomar su lugar.

En Medio Oriente, lo que más quiere el presidente Obama es que nada grave ocurra entre Israel y los palestinos, por lo menos hasta ser relegido. Esto no satisface las necesidades de Arabia Saudita o del primer ministro Netanyahu de Israel. Así que ambos continúan agitando el caldero, desde el punto de vista estadunidense. Y Estados Unidos quedó en la posición de pedirles, no de exigirles o controlarlos.

Luego está Irán, supuestamente la principal preocupación inmediata de Estados Unidos (como lo es para Arabia Saudita e Israel). Así que Estados Unidos ha estado utilizando sus más supersecretos aviones no tripulados (los drones) para espiar a Irán. No hay nada sorprendente en esto, excepto que parece que de algún modo uno de estos drones aterrizó en Irán. Digo aterrizó porque el punto clave es por qué y cómo fue que lo hizo.

La CIA, de la cual es este drone, ha intentado, de un modo poco convincente, sugerir que hubo alguna falla mecánica que explica la cuestión. Los iraníes han sugerido que lo bajaron mediante una ciberacción. Estados Unidos dice imposible –pero Debka, la voz por Internet de los halcones israelíes, dicen que es cierto. Yo en esto pienso que es probable. Además, ahora que los iraníes tienen el drone, trabajan en descifrar todos sus secretos técnicos. ¿Quién sabe? Pueden publicar los secretos para que todo el mundo los conozca. Y luego, ¿qué tan supersecretos serán los drones?

Ah, sí, Alemania. Como todo mundo sabe, hay una crisis en la zona del euro. Y la canciller Merkel ha estado trabajando muy duro para hacer que los países de la zona del euro acepten una solución que le funcionará a ella, tanto en lo político, al interior de Alemania, como en lo económico al interior de Europa. Ella ha estado presionando en favor de un nuevo tratado europeo que impondría sanciones automáticas a los países de la zona del euro que violen las condiciones de este tratado. 

Estados Unidos consideró que éste era el enfoque erróneo. La posición estadunidense fue que ésta era una acción de mediano plazo que no resolvía la situación en el corto plazo. Obama envió a su secretario del Tesoro, Timothy Geithner, a Europa para insistir en sus sugerencias alternativas. No importan los detalles, ni quién es más sabio. Lo importante es señalar que Geithner fue ignorado por completo y que los alemanes siguen en la suya.

Finalmente, los países latinoamericanos y del Caribe se reunieron en Venezuela para fundar una nueva organización, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Todos los países del continente firmaron, excepto los dos que no fueron invitados (Estados Unidos y Canadá). La Celac está diseñada para remplazar a la Organización de Estados Americanos (la OEA), que incluía a Estados Unidos y Canadá, y que suspendió a Cuba. Tomará un tiempo para que la OEA desaparezca y que sólo la Celac se mantenga. No obstante, esto no exactamente lo están celebrando en Washington.



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