Seis disparos contra la sede del STIBYS
con Giorgio Trucchi - Rel-UITA
Como ha ocurrido en los días pasados, la brutal represión del 12 de agosto contra los movimientos populares de resistencia al golpe de Estado no atemorizó a la resistencia que, en su día 47 de lucha, ha vuelto a llenar las calles de Tegucigalpa de forma pacífica, terminando su recorrido frente a los estudios de Radio Globo, emisora que vive constantemente bajo la amenaza de cierre por parte de las autoridades de telecomunicación.
La política de intimidación y represión del gobierno de facto y de sus aparatos de seguridad ha dejado un preocupante saldo de detenidos y heridos, entre ellos el diputado del partido de Unificación Democrática (UD) Marvin Ponce, quien fue agredido a patadas y garrotazos por más de 20 policías, ocasionándole tres fracturas en un brazo que deberán recibir una delicada intervención quirúrgica.
La ola represiva se desencadenó también contra los miembros del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (STIBYS), afiliado a la UITA, quienes tuvieron que encerrarse en las instalaciones de esta organización ante la amenaza de un desalojo por parte de las fuerzas policiales y militares.
Sobre estos lamentables hechos, Sirel conversó con el dirigente sindical del STIBYS, Porfirio Ponce, una de las últimas personas en abandonar el lugar bajo el resguardo de la prensa internacional, abogados y defensores de los derechos humanos.
-¿Qué es lo que ocurrió el pasado, 12 agosto, en el STIBYS?
-Un día antes, los altos mandos de la Policía habían denunciado que en las instalaciones del STIBYS se estaban preparando actos subversivos, y que también era el lugar donde se almacenaba el alimento para la gente que estaba participando en la Marcha Nacional de Resistencia Popular, y donde estas personas iban a pasar la noche después de su llegada a Tegucigalpa.
Ayer, como a las tres de la tarde, los militares y la Policía pretendieron irrumpir en la sede del Sindicato con el objetivo de saquear lo que teníamos almacenado. Ante esta amenaza, decidimos cerrar todos los portones y resistir junto con las personas que en ese momento estaban descansando.
-¿Cuánta gente había?
-Cuando nos avisaron que estaban llegando los contingentes militares y policiales habían unas 200 personas. La gente comenzó a salir poco a poco y al final quedamos unas 50 personas dispuestas a resistir. La amenaza se prolongó por dos largas horas y la situación se pudo diluir gracias a la presencia de la prensa internacional, de la UITA y de los abogados del STIBYS y del Centro para la Defensa de los Derechos de la Mujer. Al final, logramos sacar a todas las personas.
Quiero señalar que en la madrugada del 13 de agosto, algunos desconocidos realizaron seis disparos contra nuestra sede, cuatro de ellos impactaron en la parte derecha del edificio, pero afortunadamente no se reportaron heridos.
-Una acción para atemorizar a las organizaciones que participan activamente en la lucha de resistencia...
-Es parte de la represión del gobierno de facto. Estamos seguros de que la intención era de entrar al edificio, y prueba de ello es que todas las personas que salían eran detenidas, identificadas y sus pertenencias registradas.
-¿Qué tipo de medidas va a tomar el STIBYS ante esta escalada represiva?
-El STIBYS va a seguir siendo un lugar donde la gente puede alojarse cuando participa en las actividades. No tenemos nada que esconder y vamos a seguir siendo solidarios con todo el movimiento popular. Pero vamos a tomar algunas nuevas medidas de seguridad.
-En estos días se ha hablado mucho de cómo el Ejército y la Policía estarían infiltrando gente para crear disturbios y justificar la represión. ¿Cuál es tu impresión?
-Hay evidencias muy claras de que hay personas infiltradas que persiguen este objetivo. En estos días los abogados del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado presentaron pruebas a la Fiscal de Derechos Humanos en las que se evidencia como personas encapuchadas pagadas por el alcalde de la capital se infiltraban en la movilización para crear disturbios. No hay que extrañarse, porque detrás de toda esta estrategia está Billy Joya, militar que se ha preparado en la Escuela de Las Américas y violador de los derechos humanos.
-¿Cómo estuvo la movilización de ayer, 13 de agosto?
-La gente respondió a pesar de la represión del día 12. La marcha terminó en el Boulevard Morazán, frente a la emisora Radio Globo. No hubo enfrentamientos y el Frente Nacional Contra el Golpe de Estado adoptó medidas severas para evitar las infiltraciones y las provocaciones, prohibiendo la presencia de personas con la cara cubierta.
-Son 48 días de resistencia. ¿Cuál ha sido el aporte del movimiento sindical a esta lucha?
-Ha estado al frente de esta lucha, sobre todo en el sector público, y estamos viendo sindicatos de otros sectores que nunca habían participado que ahora se están sumando a las movilizaciones.
-La UITA quiere expresar su total solidaridad con los compañeros y compañeras del STIBYS por lo que ha pasado en todos estos días de intimidación y represión.
-Agradecemos mucho a la UITA. Sabemos que ha enviado a una persona desde el primer día de los acontecimientos para que informara a diario sobre lo que estaba ocurriendo, y esto ha sido muy importante para nosotros y todo el movimiento.
con Giorgio Trucchi - Rel-UITA
Como ha ocurrido en los días pasados, la brutal represión del 12 de agosto contra los movimientos populares de resistencia al golpe de Estado no atemorizó a la resistencia que, en su día 47 de lucha, ha vuelto a llenar las calles de Tegucigalpa de forma pacífica, terminando su recorrido frente a los estudios de Radio Globo, emisora que vive constantemente bajo la amenaza de cierre por parte de las autoridades de telecomunicación.
La política de intimidación y represión del gobierno de facto y de sus aparatos de seguridad ha dejado un preocupante saldo de detenidos y heridos, entre ellos el diputado del partido de Unificación Democrática (UD) Marvin Ponce, quien fue agredido a patadas y garrotazos por más de 20 policías, ocasionándole tres fracturas en un brazo que deberán recibir una delicada intervención quirúrgica.
La ola represiva se desencadenó también contra los miembros del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (STIBYS), afiliado a la UITA, quienes tuvieron que encerrarse en las instalaciones de esta organización ante la amenaza de un desalojo por parte de las fuerzas policiales y militares.
Sobre estos lamentables hechos, Sirel conversó con el dirigente sindical del STIBYS, Porfirio Ponce, una de las últimas personas en abandonar el lugar bajo el resguardo de la prensa internacional, abogados y defensores de los derechos humanos.
-¿Qué es lo que ocurrió el pasado, 12 agosto, en el STIBYS?
-Un día antes, los altos mandos de la Policía habían denunciado que en las instalaciones del STIBYS se estaban preparando actos subversivos, y que también era el lugar donde se almacenaba el alimento para la gente que estaba participando en la Marcha Nacional de Resistencia Popular, y donde estas personas iban a pasar la noche después de su llegada a Tegucigalpa.
Ayer, como a las tres de la tarde, los militares y la Policía pretendieron irrumpir en la sede del Sindicato con el objetivo de saquear lo que teníamos almacenado. Ante esta amenaza, decidimos cerrar todos los portones y resistir junto con las personas que en ese momento estaban descansando.
-¿Cuánta gente había?
-Cuando nos avisaron que estaban llegando los contingentes militares y policiales habían unas 200 personas. La gente comenzó a salir poco a poco y al final quedamos unas 50 personas dispuestas a resistir. La amenaza se prolongó por dos largas horas y la situación se pudo diluir gracias a la presencia de la prensa internacional, de la UITA y de los abogados del STIBYS y del Centro para la Defensa de los Derechos de la Mujer. Al final, logramos sacar a todas las personas.
Quiero señalar que en la madrugada del 13 de agosto, algunos desconocidos realizaron seis disparos contra nuestra sede, cuatro de ellos impactaron en la parte derecha del edificio, pero afortunadamente no se reportaron heridos.
-Una acción para atemorizar a las organizaciones que participan activamente en la lucha de resistencia...
-Es parte de la represión del gobierno de facto. Estamos seguros de que la intención era de entrar al edificio, y prueba de ello es que todas las personas que salían eran detenidas, identificadas y sus pertenencias registradas.
-¿Qué tipo de medidas va a tomar el STIBYS ante esta escalada represiva?
-El STIBYS va a seguir siendo un lugar donde la gente puede alojarse cuando participa en las actividades. No tenemos nada que esconder y vamos a seguir siendo solidarios con todo el movimiento popular. Pero vamos a tomar algunas nuevas medidas de seguridad.
-En estos días se ha hablado mucho de cómo el Ejército y la Policía estarían infiltrando gente para crear disturbios y justificar la represión. ¿Cuál es tu impresión?
-Hay evidencias muy claras de que hay personas infiltradas que persiguen este objetivo. En estos días los abogados del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado presentaron pruebas a la Fiscal de Derechos Humanos en las que se evidencia como personas encapuchadas pagadas por el alcalde de la capital se infiltraban en la movilización para crear disturbios. No hay que extrañarse, porque detrás de toda esta estrategia está Billy Joya, militar que se ha preparado en la Escuela de Las Américas y violador de los derechos humanos.
-¿Cómo estuvo la movilización de ayer, 13 de agosto?
-La gente respondió a pesar de la represión del día 12. La marcha terminó en el Boulevard Morazán, frente a la emisora Radio Globo. No hubo enfrentamientos y el Frente Nacional Contra el Golpe de Estado adoptó medidas severas para evitar las infiltraciones y las provocaciones, prohibiendo la presencia de personas con la cara cubierta.
-Son 48 días de resistencia. ¿Cuál ha sido el aporte del movimiento sindical a esta lucha?
-Ha estado al frente de esta lucha, sobre todo en el sector público, y estamos viendo sindicatos de otros sectores que nunca habían participado que ahora se están sumando a las movilizaciones.
-La UITA quiere expresar su total solidaridad con los compañeros y compañeras del STIBYS por lo que ha pasado en todos estos días de intimidación y represión.
-Agradecemos mucho a la UITA. Sabemos que ha enviado a una persona desde el primer día de los acontecimientos para que informara a diario sobre lo que estaba ocurriendo, y esto ha sido muy importante para nosotros y todo el movimiento.
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