Fotos Claudia Ramírez y PST |
Por Luis Méndez
Vivimos un momento inédito. Un proceso de acumulación de fuerza con características que marcan una nueva coyuntura. El retorno (tardío) de un repliegue táctico (2011-2019) que ha tenido impactos adversos para el sector magisterial, y el surgimiento de un actor político emergente y clave, el sector salud, con la capacidad, junto al magisterio, de articular y salir al frente con un amplio respaldo popular.
En este marco de ideas, asumimos que las condiciones objetivas están dadas y que la población tiene un alto nivel de conciencia de la crisis política, económica y social en el país, así como de "la narco-política" que es apenas la punta del iceberg de uno de los principales problemas que, más temprano que tarde, el "narco-gobierno", atado a la corrupción, la impunidad, y su política de terror impuesta por las élites de poder (económicas, religiosas, militares y la impostada sociedad civil) deberá enfrentar.
Geopolíticamente, los Estados Unidos mantienen el interés para el control, no sólo de nuestro país, sino de la región. Estados Unidos como el principal aval del golpe de Estado del 2009 y del golpe político electoral del 2017.
Frente a esta crisis de Estado y de ausencia de institucionalidad surge la Plataforma por la defensa de la Salud y la Educación que, estratégicamente, concita a unificar la lucha en defensa de lo público (en el ámbito de la salud y la educación), en la articulación para la construcción de un horizonte común, caracterizado por un amplio respaldo popular y por la claridad estratégica para enfrentar al régimen.
Es un momento histórico con un alto nivel de conciencia por parte de la población con respecto a la defensa de lo público. Es una etapa donde se han creado las condiciones subjetivas para el avance significativo de las fuerzas populares. Es decir que las acciones del sujeto están dadas, hombres y mujeres como actores políticos fundamentales para movilizar fuerza, ideas y luchas, para el momento del NO RETORNO y DEL AVANCE POPULAR.
En síntesis, estamos a las puertas para dar el paso a una segunda etapa que paralice y golpee las dinámicas económicas y de acumulación. Momento crucial y de vital importancia para sostener, de forma beligerante y disciplinada, los procesos asamblearios locales, municipales, departamentales y regionales que fortalezcan el llamado a UN GRAN PARO NACIONAL, que obligue al régimen a retroceder y anular los PCM (decretos ejecutivos de emergencia) y su política privatizadora de la salud y la educación en un primer momento.
Es un desafío que nos obliga a salir al paso a la fragmentación, y nos convoca a espacios de solidaridad y de unidad en la lucha para el avance popular.
Celebramos en este marco asambleario las victorias y resistencias territoriales frente al proyecto extractivo y de despojo de Río Blanco, Guapinol, Jilamito, Simpinula, El Triunfo, Reitoca, Zacate Grande, Punta Piedra y Vallecito, y otros territorios que sostienen una lucha digna por la defensa de la vida. Resistencias, triunfos y desafíos que debemos valorar, acompañar defender en una segunda etapa. También celebramos la resistencia inclaudicable y heroica de Choluteca.
Concluyo planteando que es la acumulación de triunfos la que nos dará la victoria final.
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