viernes, 11 de mayo de 2018

“El periodismo independiente no existe”

Por Luis Zarranz | El Argentino / Rebelión

El fundador del sitio Rebelión y autor de varios libros que revelan cómo desinforman los medios, Pascual Serrano, es uno de los pensadores más lúcidos sobre la comunicación. 

En esta entrevista de hace unos años analiza las prácticas hegemónicas, el papel de las audiencias y los desafíos para sostener modelos alternativos al de los grupos dominantes. (También el uso y abuso de la "libertad de expresión" ndr).

–Se ha instalado un antagonismo entre "periodismo militante" y "periodismo independiente". En su opinión, ¿existe tal antítesis? ¿Por qué?

–Personalmente no me gusta ninguno de los términos. Para empezar, el periodismo independiente no existe, o mejor dicho, es indefinible. ¿Independiente de qué, de quién? Siempre dependerá de algo o alguien. Dependerá de los superiores jerárquicos de quien escriba y que decidirán si se publica o no, dependerá del marco económico en que se desarrolle el medio y que será decisivo para que sea viable o no el proyecto, dependerá de todos los poderes económicos y políticos que garantizan el funcionamiento del medio, dependerá del punto de vista del periodista que está escribiendo. El uso de esos términos es malicioso porque lo hacen los sectores privados que se arrogan sin fundamento alguno el carácter de "independiente" frente a un periodismo que actúa condicionado por principios y valores.

–¿Por qué los medios se muestran tan interesados en desdibujar desde dónde "informan" y a la vez ponderan la "objetividad" y la "libertad de expresión"?

–Los grandes medios han descubierto que, para influir, deben presentarse como asépticos, neutrales, virginales. Basta con observar el nombre neutro que dan a sus cabeceras: El Mundo, El País, La Razón, La Nación, ABC. De este modo, deslizan intencionalidades, valores y posicionamientos que disfrazan de información pura. Incluso mienten. Por último, el uso y abuso del término "libertad de expresión" es sólo un escudo a través del cual quieren mantener su impunidad para manipular y sus privilegios para dominar el mercado informativo.

–Usted ha señalado a los medios como "traficantes de información". ¿Por qué es posible esa definición?


–Mi libro Traficantes de información recurre a ese título para presentar a las empresas de comunicación como meros tiburones de las finanzas. En su modus operandi se aprecian todas las tropelías de ese mundo: tráfico de influencias, especulación, atropellos laborales, accionariado cruzado con empresas que trafican con armas, complicidad con golpes de Estado y dictaduras e incluso con la delincuencia organizada. En realidad, nada diferente a cualquier otro gran sector de la economía privada.

–Los movimientos sociales suelen plantear la invisibilidad que les asignan los grandes medios, pero también alzan la voz cuando sus temas se incorporan en las agendas mediáticas porque éstas distorsionan la información. ¿Cómo es posible escapar de este laberinto?

–No voy a decir que deben desentenderse de buscar el modo de ser protagonistas de la agenda informativa, pero sí es bueno que sepan que en el panorama privado empresarial de la información nunca van a encontrar un trato plural y honesto. Ese sector se mueve en un marco económico y financiero determinado y a él se deben. Todo lo que se enfrente al modelo económico dominante será silenciado o castigado desde esos medios. Por eso deben ayudar y participar en la elaboración de otro modelo informativo diferente.

–Ante lo que usted describe sobre los medios, ¿qué futuro augura a los periodistas profesionales?

–La casuística del periodista profesional es muy amplia. Mi opinión es que el profesional honesto que quiera adaptarse a los nuevos tiempos debe practicar un periodismo de análisis e interpretación. El formato urgente, frívolo y superficial de nuestros medios va a ser arrasado por internet y el testimonio ciudadano gracias a las nuevas tecnologías.

–Señala las responsabilidades de los medios, pero estos suelen escudarse en la elección de "la gente". ¿Qué responsabilidad le atribuye a las audiencias?

–Escudarse en las audiencias es muy habitual. Creo que es discutible que las audiencias exijan esta mediocridad en los medios. Podemos observar que el programa que logró más audiencia en las televisiones españolas la semana pasada fue la previsión del tiempo. Si de toda la programación televisiva de una docena de canales, lo más aceptado por la audiencia fue la programación del tiempo, es evidente que están diciendo que los contenidos son una mierda.

–En la Argentina se discute si la definición "medios alternativos" es pertinente, dado que parecería reducirlos, a perpetuidad, a ser los hermanos menores del sistema de medios. ¿Le parece válido este tipo de debate? ¿Se lo ha planteado alguna vez?


–Sí, claro que me lo he planteado. Me parece apropiado el término "alternativo" pero con vocación de dejar de serlo. "Alternativo" quiere decir que promueve algo diferente a lo dominante, es evidente que es lo que todos pretendemos. Ahora bien, anclarnos y congratularnos en esa "alternatividad" puede suponer condenarnos a la marginalidad. La verdadera vocación del alternativo, en política, en sociología, y también en medios de comunicación, debe ser conseguir la hegemonía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se eliminarán los comentarios que contienen vulgaridades o elementos de violencia verbal