El escándalo desatado por el sitio web DCLEAKS sobre el accionar de Open Society Foundations en el espacio post sovietico y America Latina, ha mostrado al mundo la cara oculta de la estrategia de EE.UU. para desestabilizar procesos democráticos que se apartan de su control, a través del método de las disidencias controladas.
DCLEAKS puso en manos del lector una serie de materiales que evidencian el financiamiento de agencias norteamericanas como la NED y USAID, para la ejecución de estas campañas, así como el rol del agente de la CIA, George Soros, en la orquestación de dicha telaraña imperial.
"Debemos tener claro que a Soros le es indiferente financiar a un movimiento que defienda derechos civiles o a un movimiento nazi, si con ello consigue actuar para ampliar el espacio de influencia de EEUU, ya sea a través de medios pacíficos o violentos."
Como se observó el las "Primavera Arabes", la Open Society Foundations encontró en las redes sociales y las tecnologías de las infocomunicaciones un teatro de operaciones para planificar e intentar ejecutar golpes blandos en los países de Latinoamérica, bajo la fachada de "manifestaciones legitimas de pueblos inconformes por supuestos regímenes dictatoriales".
Los documentos que expone el sitio DCLEAKS revelan la estrategia para aplicarla el Latinoamérica, combinando tres factores fundamentales:
1.- La aglutinación de la derecha en un intento por actuar unida en alianzas contra los gobiernos progresistas.
2.- Fuertes campañas mediáticas en medios internacionales y redes sociales, atacando a los lideres políticos, con tendencia a fabricar denuncias por hechos de corrupción.
3.- Un amplio respaldo de organismos regionales, como la OEA, para la aplicación de sanciones, deteriorando la imagen de estos gobiernos y generando tensión regional.
La estrategia se concentra en la promoción de "cambios de gobiernos" en países como Nicaragua, Venezuela y Cuba. Open Society Foundations cuenta con un presupuesto multimillonario. En esta estrategia, el Centro Latinoamericano para la no Violencia (CELANV) es el encargado de hacer funcionar al conjunto de centros de capacitación en la región centroamericana, que funcionan como laboratorios para la producción en serie de nuevos activistas, defensores de los derechos humanos y la democracia en la región.
El CELANV se ha enfocado en entrenar a sectores de la oposición en países vinculados a la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), en el tema de la lucha no violenta.
Desde la CELANV se ha venido promoviendo la estrategia abstencionista que en Nicaragua intentan promover el Movimiento Ciudadanos por la Libertad y el Movimiento de Renovación Sandinista (MRS). El objetivo es boicotear el proceso electoral en el país. Bajo el slogan de la "no violencia" impulsaron también las "guarimbas" en Venezuela, que dejó un saldo de cientos de lesionados y más de 40 muertos. Asimismo patrocina las supuestas huelgas de hambre de asalariados contrarevolucionarios cubanos y las fallidas campañas de las Damas de Blanco.
La CELANV trabaja en estrecho vínculo con ONGs como la Redlad y la Juventulac, esa última dirigida por la cubana contrarevolucionaria Rosa Maria Payá. Ambas organizaciones cuentan con amplio respaldo de la OEA, en particular de su secretario general Luis Almagro. Otras organizaciones involucradas son Civicus, la Organización Demócrata Cristiana de América (Odca), la Fundación Konrad Adenauer y el Instituto Checo de Estudios Latinoamericanos (Casla).
Estas tres organizaciones actúan indistintamente como plataformas para la promoción de eventos, como la entrega de premios, cursos sistemáticos regionales financiamientos para viajes de lideres opositores, montajes de campañas.
De esta estrategia han surgidos lideres de opinión como Ana Margarita Vijil y Edipcia Dubón de Nicaragua, figuras como Lilian Tintori de Venezuela, así como Rosa María Payá y Eliecer Ávila de Cuba, estos últimos insertados en la estrategia de subversión contra el gobierno después de la visita de Obama a Cuba.
En la actualidad se aprecia un incremento del accionar de estas organizaciones para asestar golpes a los gobiernos progresistas, como acaba de ocurrir en Brasil. El propósito es el de establecer, de forma gradual, gobiernos de derecha que permitan a EE.UU. retomar el control total de América Latina.
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