Foto Manuel Lino |
Por Montevideo Portal
"Respaldé tu candidatura para la OEA. Lamento que los hechos reiteradamente me demuestren que estaba equivocado", le escribió José Mujica a Luis Almagro.
"Yo ya fui claro en su momento y hablé una vez. No tengo que andar repitiéndolo todos los días. Se acabó. Adiós Almagro", dijo José Mujica hace semanas al enterarse del último cruce entre Nicolás Maduro y Luis Almagro, y luego de la dura carta que el ex canciller uruguayo difundiera sobre la situación en Venezuela.
Esta semana, Mujica divulgó a través de Búsqueda la carta completa que le escribió a su ex canciller, en la que lamenta haber dado su apoyo para que llegara a la OEA. El ex presidente entregó además a sus allegados y a dirigentes del Movimiento de Participación Popular el texto de la carta.
"Yo ya fui claro en su momento y hablé una vez. No tengo que andar repitiéndolo todos los días. Se acabó. Adiós Almagro", dijo José Mujica hace semanas al enterarse del último cruce entre Nicolás Maduro y Luis Almagro, y luego de la dura carta que el ex canciller uruguayo difundiera sobre la situación en Venezuela.
Esta semana, Mujica divulgó a través de Búsqueda la carta completa que le escribió a su ex canciller, en la que lamenta haber dado su apoyo para que llegara a la OEA. El ex presidente entregó además a sus allegados y a dirigentes del Movimiento de Participación Popular el texto de la carta.
"Sabes que siempre te apoyé y promoví. Sabes que tácitamente respaldé tu candidatura para la OEA. Lamento que los hechos reiteradamente me demuestren que estaba equivocado. No puedo comprender tus silencios sobre Haití, Guatemala y Asunción, al mismo tiempo que publicas carta respuesta a Venezuela. Entiendo que sin decírmelo, me dijiste 'adiós'", indica en la misiva.
Aclara luego que al pedirle que no concurriera a la "frontera convulsionada de Venezuela y Colombia", no era "capricho ni menos no querer ver la realidad". "La preocupación mía no es cómo nos ven o entienden los medios de prensa o los políticos. No, la línea de preocupación es cómo incidir algo a favor de la gran mayoría de los venezolanos", dijo.
Mujica consideró que la revolución bolivariana "no pudo escapar con voluntarismo" de la realidad del país, que depende del petróleo e importa todo el grueso de la comida, "aunque derramó recursos y reservas a favor de los eternos postergados". "En mucho fueron años a favor de la equidad social. No se logró revertir la dependencia del petróleo y de las importaciones de alimentos, y con la caída de precios, padece hoy un cúmulo de tensiones que hasta enturbian la democracia", consideró.
"Lamento el rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te digo adiós y me despido. Pepe", culmina la misiva.
A continuación el texto completo de la misiva que le envió a Almagro:
“Luis:
Sabes que siempre te apoyé y promoví. Sabes, que tácitamente respaldé tu candidatura para la OEA. Lamento que los hechos reiteradamente me demuestren que estaba equivocado. No puedo comprender tus silencios sobre Haití, Guatemala y Asunción, al mismo tiempo publicas carta respuesta a Venezuela.
Entiendo que sin decírmelo, me dijiste ‘adiós’.
Cuando te pedí que no concurrieras a la frontera convulsionada de Venezuela y Colombia, no era capricho ni menos no querer ver la realidad. La preocupación mía no es como nos ven o entienden los medios de prensa o los políticos. No, la línea de preocupación es cómo incidir algo a favor de la gran mayoría de los venezolanos. Es la misma actitud asumida en el conflicto Estados Unidos-Cuba, o con la paz de Colombia. Lo central no es cómo nos ven sino ser útil o no a la mayoría de la gente corriente. Creo que en algún momento habrá que servir de puente para que Venezuela toda pueda manejar con solvencia su autodeterminación y no deberíamos divorciarnos de ese rumbo. Todos sabemos que Venezuela es reserva petrolera para los próximos 300 años. Allí radica su riqueza y su desgracia, porque Estados Unidos es adicto al petróleo y sus intereses presionan y cómo. También esto hizo posible la deformación sociológica de acostumbrarse a vivir de la renta petrolera y terminar importando hasta lo elemental, el grueso de la comida.
La revolución bolivariana no pudo escapar con voluntarismo de esa realidad aunque derramó recursos y reservas a favor de los eternos postergados. En mucho fueron años a favor de la equidad social. No se logró revertir la dependencia del petróleo y de las importaciones de alimentos, y con la caída de precios, padece hoy un cúmulo de tensiones que hasta enturbian la democracia.
Venezuela necesita paz interior, es decir convivencia en primer término, y deberíamos trabajar para ello. Necesita no reducir la idea de socialismo a estatización y precisa coyuntura de NEP para su economía y sus desequilibrios monetarios. Esto parece imprescindible para viabilizar reparto, estabilidad y democracia.
Venezuela nos necesita como albañiles y no como jueces, la presión exterior solo crea paranoia y esto no colabora hacia condiciones internas en esa sociedad.
Repito: la verdadera solidaridad es contribuir a que los venezolanos se puedan autodeterminar respetando sus diferencias pero esto implica clima que lo posibilite.
Es muy difícil hoy, pero toda otra alternativa puede tener fines trágicos para la democracia real.
Lamento el rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te digo adiós y me despido.
Pepe”.
“Luis:
Sabes que siempre te apoyé y promoví. Sabes, que tácitamente respaldé tu candidatura para la OEA. Lamento que los hechos reiteradamente me demuestren que estaba equivocado. No puedo comprender tus silencios sobre Haití, Guatemala y Asunción, al mismo tiempo publicas carta respuesta a Venezuela.
Entiendo que sin decírmelo, me dijiste ‘adiós’.
Cuando te pedí que no concurrieras a la frontera convulsionada de Venezuela y Colombia, no era capricho ni menos no querer ver la realidad. La preocupación mía no es como nos ven o entienden los medios de prensa o los políticos. No, la línea de preocupación es cómo incidir algo a favor de la gran mayoría de los venezolanos. Es la misma actitud asumida en el conflicto Estados Unidos-Cuba, o con la paz de Colombia. Lo central no es cómo nos ven sino ser útil o no a la mayoría de la gente corriente. Creo que en algún momento habrá que servir de puente para que Venezuela toda pueda manejar con solvencia su autodeterminación y no deberíamos divorciarnos de ese rumbo. Todos sabemos que Venezuela es reserva petrolera para los próximos 300 años. Allí radica su riqueza y su desgracia, porque Estados Unidos es adicto al petróleo y sus intereses presionan y cómo. También esto hizo posible la deformación sociológica de acostumbrarse a vivir de la renta petrolera y terminar importando hasta lo elemental, el grueso de la comida.
La revolución bolivariana no pudo escapar con voluntarismo de esa realidad aunque derramó recursos y reservas a favor de los eternos postergados. En mucho fueron años a favor de la equidad social. No se logró revertir la dependencia del petróleo y de las importaciones de alimentos, y con la caída de precios, padece hoy un cúmulo de tensiones que hasta enturbian la democracia.
Venezuela necesita paz interior, es decir convivencia en primer término, y deberíamos trabajar para ello. Necesita no reducir la idea de socialismo a estatización y precisa coyuntura de NEP para su economía y sus desequilibrios monetarios. Esto parece imprescindible para viabilizar reparto, estabilidad y democracia.
Venezuela nos necesita como albañiles y no como jueces, la presión exterior solo crea paranoia y esto no colabora hacia condiciones internas en esa sociedad.
Repito: la verdadera solidaridad es contribuir a que los venezolanos se puedan autodeterminar respetando sus diferencias pero esto implica clima que lo posibilite.
Es muy difícil hoy, pero toda otra alternativa puede tener fines trágicos para la democracia real.
Lamento el rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te digo adiós y me despido.
Pepe”.
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