Por Cofadeh
Hoy celebramos el anuncio de retiro de Honduras del Banco de Holanda
para el Desarrollo (FMO) y el FinnFund de Finlandia, que financiaban
operaciones de empresas represadoras dentro de territorios sagrados del martirizado
pueblo indígena lenca. Aplaudimos esa tardía decisión.
Sin embargo, lamentamos profundamente que ambos Estados, Holanda y Finlandia -- otrora defensores de derechos humanos --, no hayan evitado el asesinato de Bertha Cáceres, quien sostuvo reuniones pacíficas antes de su crimen con representantes de ambas instituciones financieras, quienes transfirieron inapropiadamente la información de esos diálogos a los inversionistas locales.
Sin embargo, lamentamos profundamente que ambos Estados, Holanda y Finlandia -- otrora defensores de derechos humanos --, no hayan evitado el asesinato de Bertha Cáceres, quien sostuvo reuniones pacíficas antes de su crimen con representantes de ambas instituciones financieras, quienes transfirieron inapropiadamente la información de esos diálogos a los inversionistas locales.
Estos bancos confiaron en inversionistas privados avalados por el Estado
de Honduras, sin tomar las mínimas previsiones respecto a las subcontrataciones
de empresas privadas de sicarios e intermediarios financieros ligados a mafias
del crimen organizado, que han criminalizado las resistencias ancestrales de
los pueblos originarios llamándoles enemigos del desarrollo por oponerse a la
destrucción capitalista.
Excitamos a otras instituciones financieras avaladas o subsidiadas por
Estados Europeos y a la propia Unión Europea que antes de acompañar proyectos
de generación de energías, extracción de minerales e hidrocarburos en Honduras
– el país ya devastado por los efectos del Cambio Climático – realicen en forma
independiente todas las consultas previas e informadas, que cuenten con los
consentimientos de los 10 pueblos originarios de Honduras.
También hoy saludamos la presencia en Tegucigalpa de las comunidades
afectadas por la minería y las represas, que junto a delegaciones de los
pueblos indígenas y garífunas, han venido a exigir justicia al gobierno por el
crimen de Bertha Cáceres y de todos los defensores y defensoras criminalizados
y asesinados por defender sus territorios.
Antes del esclarecimiento del crimen contra la lideresa indígena lenca,
defensora de derechos humanos, Bertha Cáceres, por el gobierno vemos este 16 de
marzo nuevos hechos de alto impacto que REPUDIAMOS.
Coinciden con los hechos perpetrados en Tocoa, Peña Blanca y
Tegucigalpa, los testimonios recibidos en las últimas 72 horas en sedes
regionales del Cofadeh.
En base a información recibida se puede alertar a la población sobre
operaciones de una banda de sicarios uniformados de día y camuflados de noche,
que hacen uso de armas depositadas como evidencias bajo custodia de la Policía
Nacional, para cometer crímenes atroces en distintas parte del territorio
nacional.
Los expedientes clasificados de casos emblemáticos de alto impacto en la
zona del Bajo Aguán, San Pedro Sula y Tegucigalpa, revelan complicidad absoluta
de autoridades policiales, militares y civiles en la comisión de los mismos
usando disfraces de asesinos operando oficialmente desde el Estado.
Además, los testimonios de integrantes de una Escuela de Formación Delincuencial dirigida por instructores extranjeros – con el conocimiento, respaldo institucional y financiamiento del gobierno de Honduras --, revelan que más de mil jóvenes hondureños son entrenados para convertirlos en infiltrados, agentes de penetración social y asesinos con habilidades para cometer crímenes políticos disfrazados de hechos comunes.
Además, los testimonios de integrantes de una Escuela de Formación Delincuencial dirigida por instructores extranjeros – con el conocimiento, respaldo institucional y financiamiento del gobierno de Honduras --, revelan que más de mil jóvenes hondureños son entrenados para convertirlos en infiltrados, agentes de penetración social y asesinos con habilidades para cometer crímenes políticos disfrazados de hechos comunes.
Esta situación ha sido documentada por el COFADEH ante un sector de la
comunidad internacional con capacidad de parar las locuras terroristas que
implicarían al Estado.
Por ejemplo, el allanamiento policial militar sin orden judicial de la
casa del presidente del MUCA, José Angel Flores, y la detención arbitraria de
su familia bajo presunción de posesión de armas, no obstante gozar de medidas
cautelares dictadas por la CIDH, es un hecho condenable absolutamente y está
inscrito además en la lógica de implantes confesada por desertores de la
Escuela Terrorista.
El ataque con arma de fuego esta mañana contra el contador de la Vía
Campesina, Cristian Alegría – sobrino del diputado Rafael Alegría --, que
resistió una aparente acción de robo, igualmente responde a la lógica de la
Escuela de Terroristas denunciada a este Comité.
Así mismo, el violento desalojo de una comunidad campesina de origen
indígena lenca en Río Chiquito, Peña Blanca, Cortés, en cuyas inmediaciones
resultó asesinado el líder local del Consejo Cívico de Organizaciones Populares
e Indígenas de Honduras, COPINH, Nelson García, es una respuesta oficial en
momentos cuando el pueblo demanda el esclarecimiento y la justicia en el crimen
de la coordinadora general de esa organización, Bertha Cáceres.
Y
en este marco de exigencia, abusando de la justicia penal, se impuso
sentencia al periodista David Romero Ellner, por seis delitos de
difamación, enmedio de un contexto de lucha contra la corrupción,
particularmente la denuncia por el saqueo de fondos del Instituto
Hondureño de Seguridad Social.
Hacemos un llamado urgente a la opinión pública internacional, a la
comunidad inter estatal acreditada con diplomáticos en Tegucigalpa, a escuchar
en forma preventiva estos hechos denunciados y ayudarnos contener la sed de
violencia oficial.
De los hechos y de los hechores, ni
olvido ni perdón
COFADEH
COFADEH
Tegucigalpa, 16 de
marzo de 2016
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