Por Giorgio Trucchi | LINyM
Los días 27 y 28 de enero se llevará a cabo en Quito, Ecuador, la 4ª Cumbre de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), instancia de integración regional y concertación política - fundada en 2011 - que reúne a los 33 países de América Latina y el Caribe [1].
Hasta el momento, 22 jefes de Estado han confirmado su presencia, mientras que los cancilleres de los 33 países ya se encuentran reunidos desde el pasado 24 de enero, para revisar y afinar los documentos y resoluciones que serán presentados en el evento. Finalizando la cumbre, la presidencia pro témpore pasará de Ecuador a la República Dominicana.
El canciller ecuatoriano Ricardo Patiño adelantó a medios nacionales e internacionales que la cumbre tendrá como tema principal la erradicación de la pobreza y la reducción de las desigualdades. También se tratarán aspectos relacionados con otros ejes como la educación, el medioambiente, la lucha contra el cambio climático, la paz en la región y el avance del proceso integracionista.
De manera particular, se espera analizar el avance del Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre 2025, propuesto en conjunto con la Fao (Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación) y la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) durante la 3ª cumbre que se realizó el año pasado en Costa Rica, y que contiene los elementos de coordinación regional para avanzar hacia estos objetivos.
También se debatirán los temas incluidos en la “Agenda 2000”, propuesta con fuerza por la presidencia pro témpore saliente - Ecuador -, y que propone fijar objetivos claros y medibles acerca de la reducción de la pobreza extrema, la promoción de la educación, la ciencia y tecnología, el combate al cambio climático, el mejoramiento de las infraestructuras y la conectividad regional y el financiamiento para el desarrollo.
Nubarrones en el horizonte
Para nadie es un secreto que esta instancia de concertación e integración regional surgió con la firme intención de crear un espacio de expresión soberana, que no estuviese sometido a las presiones diplomáticas y la injerencia norteamericana, y como alternativa a otras instancias o espacios regionales como la Oea (Organización de Estados Americanos) y la Cumbre de Las Américas.
En este sentido, durante los últimos años, se ha venido consolidando la ofensiva de la derecha latinoamericana y mundial para abortar los innumerables esfuerzos realizados para la puesta en marcha de una verdadera integración soberana regional con equidad social.
Los recientes resultados electorales en Argentina y Venezuela, sumado al acoso permanente que sufren, entre otros, los gobiernos de Brasil, Bolivia y Ecuador, y la implementación de nuevos tratados de comercio e inversiones como el TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica), la TTIP (Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión) y el TISA (Acuerdo en Comercio de Servicios) delinean un contexto muy delicado dentro del cual se desarrolla esta 4º Cumbre.
“La guerra mediática que dirige Washington ha desarrollado la tesis de que América Latina está en un fin de ciclo. Sin embargo, cuando analizamos el contexto latinoamericano al margen de los problemas políticos-coyunturales y las diferencias ideológicas de los distintos gobiernos, llegamos a la conclusión de que en los países latinoamericanos y caribeños ha habido un salto cualitativo extraordinario en términos políticos”, dijo a la LINyM, el historiador nicaragüense Aldo Díaz Lacayo.
“Lo primero que debemos aceptar, entonces, es que no estamos en un fin de ciclo, sino en un proceso crucial, buscando la forma de dar el salto cualitativo. Y hay países que están involucrados directamente en la búsqueda de esta fórmula, que son Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela”, agregó.
Según el reconocido analista, hay un gran entusiasmo de la derecha latinoamericana por el regreso al poder. Un poder, dice Díaz Lacayo, que perciben como neoliberal.
“Esta situación está siendo aprovechada por Washington y la derecha latinoamericana para incidir en la cumbre de la Celac. No me quepa la menor duda de que habrá un intento de provocar una confrontación de modelos, sin mencionar que de eso se trata, entre los jefes de Estado de los países participantes.
Esgrimirán temas como los derechos humanos, la democracia, la institucionalidad o cualquier otra categoría política, pero sabemos que detrás se esconde el verdadero objetivo que es el modelo de país y de integración regional.”, insistió Díaz Lacayo.
Independentismo histórico
El historiador dijo que la Celac encarna un viejo principio independentista de América Latina y el Caribe, lanzado y elaborado por Simón Bolívar, retomado más tarde por José Martí y Augusto C. Sandino, y llegado hasta nuestros días a través de la intuición de Fidel Castro Y Hugo Chávez.
“La idea original era rescatar el valor geopolítico de América Latina y el Caribe frente al Norte. La Celac encarna todo eso, recogiendo los valores y las necesidades de los pueblos de la región y convirtiéndose en la instancia política y unitaria de América Latina y el Caribe. ¿Qué hay problemas? Seguro. Pero los vamos a superar”, aseguró Díaz Lacayo.
Con respecto al eje principal de esta 4ª Cumbre, el analista recordó que la derecha neoliberal no tiene nada que ofrecer en la lucha contra la pobreza y la desigualdad.
“En general no tiene nada que ofrecer en términos de bienestar social, en cuanto plantea un modelo en términos de consumidores y no de ciudadanía. Sin embargo, la apuesta en esta Cumbre es la de siempre: la unidad. Dialogando, confrontando, pero tratando de evitar la ruptura, porque el objetivo de la Celac es conservar la unidad”, concluyó.
[1] Argentina, Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela
Los días 27 y 28 de enero se llevará a cabo en Quito, Ecuador, la 4ª Cumbre de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), instancia de integración regional y concertación política - fundada en 2011 - que reúne a los 33 países de América Latina y el Caribe [1].
Hasta el momento, 22 jefes de Estado han confirmado su presencia, mientras que los cancilleres de los 33 países ya se encuentran reunidos desde el pasado 24 de enero, para revisar y afinar los documentos y resoluciones que serán presentados en el evento. Finalizando la cumbre, la presidencia pro témpore pasará de Ecuador a la República Dominicana.
El canciller ecuatoriano Ricardo Patiño adelantó a medios nacionales e internacionales que la cumbre tendrá como tema principal la erradicación de la pobreza y la reducción de las desigualdades. También se tratarán aspectos relacionados con otros ejes como la educación, el medioambiente, la lucha contra el cambio climático, la paz en la región y el avance del proceso integracionista.
De manera particular, se espera analizar el avance del Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre 2025, propuesto en conjunto con la Fao (Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación) y la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) durante la 3ª cumbre que se realizó el año pasado en Costa Rica, y que contiene los elementos de coordinación regional para avanzar hacia estos objetivos.
También se debatirán los temas incluidos en la “Agenda 2000”, propuesta con fuerza por la presidencia pro témpore saliente - Ecuador -, y que propone fijar objetivos claros y medibles acerca de la reducción de la pobreza extrema, la promoción de la educación, la ciencia y tecnología, el combate al cambio climático, el mejoramiento de las infraestructuras y la conectividad regional y el financiamiento para el desarrollo.
Nubarrones en el horizonte
Para nadie es un secreto que esta instancia de concertación e integración regional surgió con la firme intención de crear un espacio de expresión soberana, que no estuviese sometido a las presiones diplomáticas y la injerencia norteamericana, y como alternativa a otras instancias o espacios regionales como la Oea (Organización de Estados Americanos) y la Cumbre de Las Américas.
En este sentido, durante los últimos años, se ha venido consolidando la ofensiva de la derecha latinoamericana y mundial para abortar los innumerables esfuerzos realizados para la puesta en marcha de una verdadera integración soberana regional con equidad social.
Los recientes resultados electorales en Argentina y Venezuela, sumado al acoso permanente que sufren, entre otros, los gobiernos de Brasil, Bolivia y Ecuador, y la implementación de nuevos tratados de comercio e inversiones como el TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica), la TTIP (Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión) y el TISA (Acuerdo en Comercio de Servicios) delinean un contexto muy delicado dentro del cual se desarrolla esta 4º Cumbre.
“La guerra mediática que dirige Washington ha desarrollado la tesis de que América Latina está en un fin de ciclo. Sin embargo, cuando analizamos el contexto latinoamericano al margen de los problemas políticos-coyunturales y las diferencias ideológicas de los distintos gobiernos, llegamos a la conclusión de que en los países latinoamericanos y caribeños ha habido un salto cualitativo extraordinario en términos políticos”, dijo a la LINyM, el historiador nicaragüense Aldo Díaz Lacayo.
“Lo primero que debemos aceptar, entonces, es que no estamos en un fin de ciclo, sino en un proceso crucial, buscando la forma de dar el salto cualitativo. Y hay países que están involucrados directamente en la búsqueda de esta fórmula, que son Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela”, agregó.
Según el reconocido analista, hay un gran entusiasmo de la derecha latinoamericana por el regreso al poder. Un poder, dice Díaz Lacayo, que perciben como neoliberal.
“Esta situación está siendo aprovechada por Washington y la derecha latinoamericana para incidir en la cumbre de la Celac. No me quepa la menor duda de que habrá un intento de provocar una confrontación de modelos, sin mencionar que de eso se trata, entre los jefes de Estado de los países participantes.
Esgrimirán temas como los derechos humanos, la democracia, la institucionalidad o cualquier otra categoría política, pero sabemos que detrás se esconde el verdadero objetivo que es el modelo de país y de integración regional.”, insistió Díaz Lacayo.
Independentismo histórico
El historiador dijo que la Celac encarna un viejo principio independentista de América Latina y el Caribe, lanzado y elaborado por Simón Bolívar, retomado más tarde por José Martí y Augusto C. Sandino, y llegado hasta nuestros días a través de la intuición de Fidel Castro Y Hugo Chávez.
“La idea original era rescatar el valor geopolítico de América Latina y el Caribe frente al Norte. La Celac encarna todo eso, recogiendo los valores y las necesidades de los pueblos de la región y convirtiéndose en la instancia política y unitaria de América Latina y el Caribe. ¿Qué hay problemas? Seguro. Pero los vamos a superar”, aseguró Díaz Lacayo.
Con respecto al eje principal de esta 4ª Cumbre, el analista recordó que la derecha neoliberal no tiene nada que ofrecer en la lucha contra la pobreza y la desigualdad.
“En general no tiene nada que ofrecer en términos de bienestar social, en cuanto plantea un modelo en términos de consumidores y no de ciudadanía. Sin embargo, la apuesta en esta Cumbre es la de siempre: la unidad. Dialogando, confrontando, pero tratando de evitar la ruptura, porque el objetivo de la Celac es conservar la unidad”, concluyó.
[1] Argentina, Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela
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