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Por Tommy Morales | Defensores en Línea
Tres valientes mujeres tomaron la decisión de participar en la huelga de hambre que inició el 22 de junio de este año, con el propósito de unirse al clamor popular de la exigencia de una Comisión Internacional Contra la Impunidad, CICIH.
La Zona CICIH como se le llamó durante 42 días, situada a pocos metros de la Casa Presidencial, allí habitaban Alejandra Cabrera (Tolupana), Aidey Lily Paz (campesina y estudiante universitaria) y Digna Perdomo (Presidenta de la cooperativa Gregorio Chávez).
La Zona CICIH como se le llamó durante 42 días, situada a pocos metros de la Casa Presidencial, allí habitaban Alejandra Cabrera (Tolupana), Aidey Lily Paz (campesina y estudiante universitaria) y Digna Perdomo (Presidenta de la cooperativa Gregorio Chávez).
Para Alejandra Cabrera pelear por sus derechos fueron el heroico ejemplo de su madre María Enriqueta Matute, asesinada por la lucha por la tierra que les dejaron sus ancestros.
Cabrera tiene 31 años de edad, madre soltera de cinco hijos a cargo de su hermano mientras ella se encuentra en huelga de hambre, se mantuvo 31 días en huelga.
Tres cosas impulsaron a la Tolupana para ingresar a la huelga, uno los asesinatos que se dan en las tribus, contado el de su progenitora, que están en total impunidad, los sicarios andan libres como si nada y los y las indígenas deben huir para preservar su vida. La indígena pertenece a San Francisco Locomapa, 46 comunidades se denominan Tolupanas.
Antes del asesinato de su madre Alejandra no había tomado la determinación de luchar; hasta que el dolor de la impunidad e impotencia la invadió, según ella era de las personas que pensaban que la gente que luchaba no tenía nada que hacer, porque estaba resignada a que jamás recuperarían las tierras que les heredaron sus ancestros y ancestras.
“Hija yo tengo que defender el derecho tuyo y el de mis nietos, no me importa arriesgar la vida por el futuro de nosotros” recordó que le decía su mama; por pensar así fue asesinada aseguró Cabrera.
La Tolupana denunció que los de apellido Ucles y Armijo son los responsables de las muertes de las y los Tolupanes de esa región, mencionó a un coronel retirado que anda armado y con guardaespaldas, añadió que “a mi hermano le puso la pistola en los sentidos y yo le dije mejor mátelo porque es malo amenazar y él me dijo es que estos indios hdp mucho molestan”.
Por su parte, Aide Lily Paz, joven de 27 años de edad, de origen campesina y estudiante de la carrera de periodismo de la Universidad del Valle de Sula, fue militante del Movimiento Amplio por la unidad y la Justicia, MADJ, y corresponsal de radio Progreso.
“Cansada de tanta corrupción, tantos crímenes en la impunidad, en lo personal hay un crimen que no ha sido resuelto, se sabe quién lo cometió pero las autoridades no han hecho nada para que haya justicia”, interpelo Paz.
La joven relató su origen, fue una de las personas que creció en la época de los campos bananeros, ya que sus padres trabajaron en ese lugar, en la Zona del Progreso, departamento de Yoro, antes era el banano, en la actualidad es la palma.
A su temprana edad se dio cuenta de las violaciones a los derechos humanos que sufrían las y los trabajadores en los campos del oro, remembro a una mujer a quien el químico que utilizaban para fertilizar los bananos le provoco un cáncer en la piel, estuvo en tratamiento en el Seguro Social pero quien sabe cómo contrarreste su enfermedad por la deficiencia en el sistema de seguridad social.
En cuanto a las mujeres, Paz recordó que trabajan muchas horas paradas y con bajísimos salarios, las que trabajan en el proceso de empacar los bananos, la humedad del lugar a muchas de ellas les provoca cáncer cervical, hongos en los pies e infertilidad.
Entre sus expectativas esta la instalación de la CICIH para que se puedan resolver muchos crímenes y vayan a la cárcel los y las corruptas que hay en el país.
Paz comentó que los primeros días en huelga de hambre fueron difíciles, el estómago pide algo de comer, pero según pasa el tiempo y se va concientizando, se siente cuando el cuerpo va perdiendo fuerzas a falta de proteínas y minerales, pero “siempre estamos en pie de lucha”.
Cabrera tiene 31 años de edad, madre soltera de cinco hijos a cargo de su hermano mientras ella se encuentra en huelga de hambre, se mantuvo 31 días en huelga.
Tres cosas impulsaron a la Tolupana para ingresar a la huelga, uno los asesinatos que se dan en las tribus, contado el de su progenitora, que están en total impunidad, los sicarios andan libres como si nada y los y las indígenas deben huir para preservar su vida. La indígena pertenece a San Francisco Locomapa, 46 comunidades se denominan Tolupanas.
Antes del asesinato de su madre Alejandra no había tomado la determinación de luchar; hasta que el dolor de la impunidad e impotencia la invadió, según ella era de las personas que pensaban que la gente que luchaba no tenía nada que hacer, porque estaba resignada a que jamás recuperarían las tierras que les heredaron sus ancestros y ancestras.
“Hija yo tengo que defender el derecho tuyo y el de mis nietos, no me importa arriesgar la vida por el futuro de nosotros” recordó que le decía su mama; por pensar así fue asesinada aseguró Cabrera.
La Tolupana denunció que los de apellido Ucles y Armijo son los responsables de las muertes de las y los Tolupanes de esa región, mencionó a un coronel retirado que anda armado y con guardaespaldas, añadió que “a mi hermano le puso la pistola en los sentidos y yo le dije mejor mátelo porque es malo amenazar y él me dijo es que estos indios hdp mucho molestan”.
Por su parte, Aide Lily Paz, joven de 27 años de edad, de origen campesina y estudiante de la carrera de periodismo de la Universidad del Valle de Sula, fue militante del Movimiento Amplio por la unidad y la Justicia, MADJ, y corresponsal de radio Progreso.
“Cansada de tanta corrupción, tantos crímenes en la impunidad, en lo personal hay un crimen que no ha sido resuelto, se sabe quién lo cometió pero las autoridades no han hecho nada para que haya justicia”, interpelo Paz.
La joven relató su origen, fue una de las personas que creció en la época de los campos bananeros, ya que sus padres trabajaron en ese lugar, en la Zona del Progreso, departamento de Yoro, antes era el banano, en la actualidad es la palma.
A su temprana edad se dio cuenta de las violaciones a los derechos humanos que sufrían las y los trabajadores en los campos del oro, remembro a una mujer a quien el químico que utilizaban para fertilizar los bananos le provoco un cáncer en la piel, estuvo en tratamiento en el Seguro Social pero quien sabe cómo contrarreste su enfermedad por la deficiencia en el sistema de seguridad social.
En cuanto a las mujeres, Paz recordó que trabajan muchas horas paradas y con bajísimos salarios, las que trabajan en el proceso de empacar los bananos, la humedad del lugar a muchas de ellas les provoca cáncer cervical, hongos en los pies e infertilidad.
Entre sus expectativas esta la instalación de la CICIH para que se puedan resolver muchos crímenes y vayan a la cárcel los y las corruptas que hay en el país.
Paz comentó que los primeros días en huelga de hambre fueron difíciles, el estómago pide algo de comer, pero según pasa el tiempo y se va concientizando, se siente cuando el cuerpo va perdiendo fuerzas a falta de proteínas y minerales, pero “siempre estamos en pie de lucha”.
Digna Perdomo presidenta del Movimiento Gregorio Chávez de la aldea Panamá, de 24 años de edad, madre de dos hijos.
La comunidad de Panamá está situada en el municipio de Trujillo, el movimiento nació a raíz de que el 02 de julio del 2012 el líder de la comunidad fue secuestrado por supuestos guardias de seguridad de la Corporación Dinant propiedad del extinto empresario Miguel Facussé. El 07 de julio del mismo años su cuerpo fue encontrado sin vida, semi enterrado en la Finca Paso del Aguan que colinda con la comunidad de Panamá, en ese lugar hay extensas tierras de palma africana recuperadas por el movimiento. Gregorio era delegado de la palabra de la iglesia católica y campesino.
Perdomo describió que las mujeres del movimiento son muy activas, trabajan en huertos familiares y tienen un proyecto de granja, en la comunidad hay 150 mujeres de las cuales 30 son activas económicamente, el resto se dedica al trabajo en sus hogares.
“Como jóvenes hemos sido testigos de todas las violaciones a los derechos humanos que se han venido dando, el derramamiento de sangre en Gregorio Chávez, que por eso nace el movimiento por el asesinado del compañero Gregorio”, dijo la joven campesina.
Narró que las mujeres de esos lugares sufren violaciones sexuales, ejemplifico que una muchacha que padece de problemas mentales, los guardias de seguridad de la Corporación Dinant la violan constantemente en medio de los campos sembrados por la palma, también los militares que han asignado a la posta, testigos dicen que van a las plantaciones y se visten con el uniforme de guardias de seguridad para cometer el hecho, a lo cual la comunidad ha denunciado a nivel nacional e internacional; pero a la fecha no ha pasado nada, denotó la campesina.
Otra denuncia es que a partir de las seis de la tarde hay toque de queda en el lugar, las mujeres deben encerrarse por temor e incluso caminar con sus compañeros de hogar no les garantiza seguridad, “aun así nos acosan, los compañeros no pueden murmurar porque si no, ya sabemos lo que pasa”, indicó Perdomo.
“Hemos tenido niñas menores de edad que han sido violadas, ponemos las denuncias pero no hay respuesta de nada”, señaló la joven.
Con tristeza la campesina menciono que se separaron con su conyuge, cuando le informo que se uniría a la huelga de hambre; no la comprendió que solo quería exigir justicia por tantas violaciones a las mujeres y que están impunes.
Tres mujeres, tres formas de vivir diferentes, de tres distintas partes del país, unidas por un objetivo, la exigencia de justicia por medio de la CICIH; pero cada una tiene sus demandas de acuerdo a su sector, pero al mismo tiempo fines semejantes que se acabe la impunidad a la violación a los derechos humanos de las mujeres y de la sociedad en general.
La comunidad de Panamá está situada en el municipio de Trujillo, el movimiento nació a raíz de que el 02 de julio del 2012 el líder de la comunidad fue secuestrado por supuestos guardias de seguridad de la Corporación Dinant propiedad del extinto empresario Miguel Facussé. El 07 de julio del mismo años su cuerpo fue encontrado sin vida, semi enterrado en la Finca Paso del Aguan que colinda con la comunidad de Panamá, en ese lugar hay extensas tierras de palma africana recuperadas por el movimiento. Gregorio era delegado de la palabra de la iglesia católica y campesino.
Perdomo describió que las mujeres del movimiento son muy activas, trabajan en huertos familiares y tienen un proyecto de granja, en la comunidad hay 150 mujeres de las cuales 30 son activas económicamente, el resto se dedica al trabajo en sus hogares.
“Como jóvenes hemos sido testigos de todas las violaciones a los derechos humanos que se han venido dando, el derramamiento de sangre en Gregorio Chávez, que por eso nace el movimiento por el asesinado del compañero Gregorio”, dijo la joven campesina.
Narró que las mujeres de esos lugares sufren violaciones sexuales, ejemplifico que una muchacha que padece de problemas mentales, los guardias de seguridad de la Corporación Dinant la violan constantemente en medio de los campos sembrados por la palma, también los militares que han asignado a la posta, testigos dicen que van a las plantaciones y se visten con el uniforme de guardias de seguridad para cometer el hecho, a lo cual la comunidad ha denunciado a nivel nacional e internacional; pero a la fecha no ha pasado nada, denotó la campesina.
Otra denuncia es que a partir de las seis de la tarde hay toque de queda en el lugar, las mujeres deben encerrarse por temor e incluso caminar con sus compañeros de hogar no les garantiza seguridad, “aun así nos acosan, los compañeros no pueden murmurar porque si no, ya sabemos lo que pasa”, indicó Perdomo.
“Hemos tenido niñas menores de edad que han sido violadas, ponemos las denuncias pero no hay respuesta de nada”, señaló la joven.
Con tristeza la campesina menciono que se separaron con su conyuge, cuando le informo que se uniría a la huelga de hambre; no la comprendió que solo quería exigir justicia por tantas violaciones a las mujeres y que están impunes.
Tres mujeres, tres formas de vivir diferentes, de tres distintas partes del país, unidas por un objetivo, la exigencia de justicia por medio de la CICIH; pero cada una tiene sus demandas de acuerdo a su sector, pero al mismo tiempo fines semejantes que se acabe la impunidad a la violación a los derechos humanos de las mujeres y de la sociedad en general.
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