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Por Zoraya Urbina | CoLatino
El economista César Villalona expresó su opinión en relación a las críticas de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), que entre otros señalamientos, se refirió a los programas sociales que impulsa la administración del Presidente Salvador Sánchez Cerén.
– Diario Co Latino: Waldo Jiménez, de la ANEP, expresó la postura de la gremial empresarial durante el foro sobre los programas sociales e indicó que son en realidad programas asistencialistas, tienen fines políticos y crean dependencia a las personas pobres, por eso, el socialismo del siglo 21 necesita pobres para que voten por ellos.
¿Qué opinión le merece?
Los programas sociales son un mecanismo de redistribución del ingreso en favor de los sectores pobres. Gracias a esos programas la pobreza se redujo de 40% de los hogares en el año 2008 (así la dejó ARENA, el partido de Waldo Jiménez) a 32% en 2014. Esos datos están en las Encuestas de Hogares de esos años. Si a Jiménez le molesta la reducción de la pobreza, debería decirlo abiertamente y no encubrirse en críticas etéreas. El partido ARENA votó, junto a los demás partidos representados en la Asamblea Legislativa, para que esos programas quedaran establecidos como políticas públicas permanentes, hasta que dejen de ser necesarios en el futuro, si la población que se beneficia de ellos alcanza un nivel de vida mayor.
Si esos programas generaran dependencia en las personas pobres, entonces lo mismo se debería decir de los grandes empresarios del país, que se benefician de 26 leyes que les permiten no pagar impuestos. ¿Por qué esos empresarios no renuncian a semejantes subsidios, que les cuestan al Estado 1,200 mil millones de dólares al año? Esa cifra, que es del año 2011 (hoy debe ser mayor) triplica los programas sociales del gobierno y solo benéfica a un pequeño grupo de ricos. Si el Estado les quitara esos beneficios, los ricos seguirían siendo ricos y el gobierno dispondría de muchos más recursos para la inversión social, en infraestructura, en seguridad, en el agro y en otros rubros calves para desarrollar el país.
Lo cierto es que la gente de bajos recursos depende menos del Estado que los grandes millonarios, que aumentan sus grandes fortunas con los subsidios que reciben. Eso debería preocuparle a Jiménez. Y hay que decir que esa injusticia no solo existe en nuestro país, sino en Estados Unidos y en muchas naciones de Europa, donde los gobiernos les entregan millonarios subsidios a los ricos granjeros.
Por último, si la gente que se beneficia de los programas sociales del Estado vota por el partido de gobierno, pues no veo nada malo en eso. Cada quien decide por quien votar. Y no es cierto que los programas sociales garanticen votos. Durante el último gobierno de ARENA se iniciaron algunos programas (como el de comunidades solidarias, por ejemplo) y ese partido perdió las elecciones de 2009. Waldo Jiménez nunca dijo que los programas que aplicó ARENA conducían al socialismo del Siglo XXI ni a que la gente votara por ese partido.
En ese contexto, el señor Jiménez asegura que se crea un círculo vicioso para generar más pobreza, pues el asistencialismo crea más burocracia, para financiar esta se suben los impuestos, esto deprime la inversión y hay menos empleo.
Pues la pobreza no es mayor. Jiménez debería decir de dónde saca la idea de que hay más pobreza. Solo lo dice pero no da un dato ni una fuente. Con respecto a la inversión y al empleo, Jiménez debería saber que durante el gobierno de Mauricio Funes y del FMLN la inversión privada fue mayor que durante los últimos tres gobiernos de ARENA. Le voy a dar los datos, que él podría encontrar en los documentos del Banco Central. Durante el gobierno de Calderón Sol creció 4.4%, en el gobierno de Flores aumentó 2.7%, en el gobierno de Saca 3.1% y durante el gobierno de Funes y el FMLN creció 6%. Sobre los impuestos, hay que recordarle a Jiménez que fueron los gobiernos de ARENA quienes le impusieron y le aumentaron el IVA al pueblo y crearon otros tributos al consumo (de gasolina y de otros productos). ARENA dejó una economía en ruinas en 2009, con caída del PIB de -3.1% y pérdida de 42,000 empleos. Desde entonces la economía ha crecido en un promedio cercano al 2% y se han generado más de 140,000 empleos.
Waldo Jiménez también indicó que la creación de estos programa sociales, que se han multiplicado en cinco años y que su valor ya totaliza 578 millones de dólares de “dinero gastado”, representa un 12% del Presupuesto General de la Nación.
No sé por qué le molesta que el gobierno invierta esa cantidad de dinero en favor de la gente pobre. ¿O será que odia a los pobres? Lo malo es que en cinco años el gobierno haya dejado de recaudar más de 5,000 millones de dólares porque los empresarios se benefician de 26 leyes de incentivo, y más de 7,000 millones de evasión de impuestos que hacen muchos grandes empresarios nacionales y extranjeros. Sobre eso debería decir algo el señor Jiménez. También debería decirnos algo sobre los 75 millones de dólares que muchas empresas le deben al Instituto Salvadoreño del Seguro Social, sobre los cientos de millones que muchas empresas de la ANEP le deben al gobierno y sobre las multas por varios millones que les puso este año el Ministerio del Trabajo a empresas que violan los derechos laborarles.
Según Jiménez, “Estamos gastando dinero en programas que compran votos y que no resuelven los problemas de los salvadoreños; los programas sociales no son inversión social, no resuelven de manera permanente los problemas de los salvadoreños, y lo que es peor no logran crear ciudadanos que se ganen con su trabajo su sustento diario, los hace totalmente dependientes”. ¿Cuál es su opinión sobre esa exposición?
Lo del voto ya lo explicamos. Sobre la solución de los problemas de la población, nadie ha dicho que los programas sociales lo resolverán todo, pero es evidente que mejoran la vida de la gente de menos recursos. Y eso es muy bueno. Los paquetes y la alimentación escolar, por ejemplo, ayudan a cientos de miles de familias a ahorrarse algún dinero que les sirve para cubrir otras necesidades. También permiten que muchos niños y niñas vayan a la escuela y tengan un mejor futuro. Un anciano o una anciana pobre que recibe 50 dólares no se va a insertar en la vida laboral. Ese no es el propósito, sino ayudarle a mejor a su vida y reconocerle el derecho a una pensión por haber trabajado toda su vida. Las sedes de Ciudad Mujer no hacen dependientes a las mujeres, lo que buscan es ayudarlas ante tantas injusticias que se comenten contra ellas. ¿Le molesta ese programa al señor Jiménez? Parce que sí. Si él le preguntara al medio millón de mujeres que han tenido apoyo de Ciudad Mujer, a lo mejor entiende lo que su machismo le impide entender.
Para resolver los principales problemas del país hay que hacer muchas cosas, no solo invertir en programas sociales. Y en la solución de esos problemas el Estado debe jugar un rol decisivo. Los neoliberales rechazan eso porque no les importa la vida de la gente, sino la ganancia de sus empresas.
En el tema de los subsidios, Jiménez dijo que hace 10 años se erogaron 37 millones de dólares y que ahora se “gastan” 400 millones de dólares en promedio, y esto no resuelve los problemas de las familias pobres y solo “siembran” votos para la siguiente elección.
Sigue con la misma cantaleta. Esos subsidios mejoran la vida de la gente. Y podrían ser mayores sin los millonarios pagaran los impuestos y las deudas con el Estado.
“Después de recibir el subsidio, siguen siendo pobres y necesitan que el gobierno les dé dinero el siguiente mes para irla pasando y un mes después y un año después siguen siendo pobres”, indicó Jiménez.
Pues los datos dicen otra cosa. El señor Jiménez debería estudiar las estadísticas nacionales sobre pobreza.
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