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Negocian en Suiza para incluir al Paraquat y otros agrotóxicos en el Convenio de Róterdam
Por María Isabel Cárcamo | Rel-UITA
El lunes 12 comenzaron en Ginebra las negociaciones para incluir nuevos agrotóxicos, entre ellos el Paraquat, en el Convenio de Rotterdam. La UITA y otras organizaciones no gubernamentales están presentes en las discusiones, que se extenderán probablemente hasta el jueves 14.
“Los trabajadores de la agricultura no tienen la posibilidad de elegir qué productos aplicar. Esta decisión es tomada por su empleador y cada vez es más frecuente que sea responsabilidad de un contratista, perdiendo así el trabajador contacto directo con el propietario de la granja”, dijo durante la sesión plenaria la coordinadora del GPTA Sue Longley.
"A menudo, la ropa de protección que tienen es inapropiada, inadecuada o inexistente. Los trabajadores no tienen la capacitación para aplicar los agrotóxicos. Además, los productos que deben aplicar pueden venir sin etiquetas o estar etiquetados en un lenguaje que no pueden leer", agregó.
Añadió que, como sindicato internacional, la UITA cree que los trabajadores agrícolas deben estar en condiciones de ejercer sus derechos humanos, organizarse y negociar con sus empleadores.
Necesitan también, señaló, una ley que los proteja de las sustancias peligrosas.
Vigente desde 2004, el Convenio de Róterdam tiene que ver con el procedimiento de consentimiento fundamentado previo aplicable a plaguicidas y productos químicos peligrosos objeto de comercio internacional.
PAN, UITA y la organización no gubernamental Declaración de Berna, con sede en Suiza, organizaron un evento paralelo para informar a los delegados sobre los peligros del Paraquat y propusieron alternativas a su uso.
Jayakumar Chelaton (de PAN India) presentó un nuevo informe sobre el uso de Paraquat en seis estados de su país, según el cual ese plaguicida es vendido en bolsas plásticas, mezclado con otros ingredientes, aplicado con pulverizadores de mochilas inseguros y usado en los cultivos en que el herbicida no está aprobado.
Los equipos de protección personal son, además, prácticamente inexistentes.
Omara Amuko, coordinadora de seguridad y salud laboral de UITA, dijo que en África es común utilizar manualmente dispositivos atados a la espalda (pulverizadores de mochila), y que éstos se encuentren con fugas debido a la falta de mantenimiento.
Por otro lado, cuando las boquillas en las mochilas están bloqueadas, los trabajadores tratan de desbloquearlas succionando la boquilla, una modalidad muy peligrosa.
"A menudo, la ropa de protección que tienen es inapropiada, inadecuada o inexistente. Los trabajadores no tienen la capacitación para aplicar los agrotóxicos. Además, los productos que deben aplicar pueden venir sin etiquetas o estar etiquetados en un lenguaje que no pueden leer", agregó.
Añadió que, como sindicato internacional, la UITA cree que los trabajadores agrícolas deben estar en condiciones de ejercer sus derechos humanos, organizarse y negociar con sus empleadores.
Necesitan también, señaló, una ley que los proteja de las sustancias peligrosas.
Vigente desde 2004, el Convenio de Róterdam tiene que ver con el procedimiento de consentimiento fundamentado previo aplicable a plaguicidas y productos químicos peligrosos objeto de comercio internacional.
PAN, UITA y la organización no gubernamental Declaración de Berna, con sede en Suiza, organizaron un evento paralelo para informar a los delegados sobre los peligros del Paraquat y propusieron alternativas a su uso.
Jayakumar Chelaton (de PAN India) presentó un nuevo informe sobre el uso de Paraquat en seis estados de su país, según el cual ese plaguicida es vendido en bolsas plásticas, mezclado con otros ingredientes, aplicado con pulverizadores de mochilas inseguros y usado en los cultivos en que el herbicida no está aprobado.
Los equipos de protección personal son, además, prácticamente inexistentes.
Omara Amuko, coordinadora de seguridad y salud laboral de UITA, dijo que en África es común utilizar manualmente dispositivos atados a la espalda (pulverizadores de mochila), y que éstos se encuentren con fugas debido a la falta de mantenimiento.
Por otro lado, cuando las boquillas en las mochilas están bloqueadas, los trabajadores tratan de desbloquearlas succionando la boquilla, una modalidad muy peligrosa.
El Paraquat y la violación de derechos humanos
Cuando los agrotóxicos son la verdadera plaga
François Meinberg, que informó sobre los avances el proceso de prohibición del Paraquat, dio cuenta de un nuevo dictamen jurídico llevado a cabo a petición del Centro Europeo para los Derechos Constitucionalesy Humanos y la Declaración de Berna.
“¿Syngenta no estará violando los derechos humanos a la salud y a la vida con la venta de Paraquat?”, se preguntó Meinberg.
María Isabel Cárcamo, de RAP-AL, cuestionó a su vez el modelo de producción basado en monocultivos, tan extendido en América Latina, por ejemplo con la palma africana y la soja transgénica.
Ese modelo, dijo, ha provocado un aumento sustancial del uso de Paraquat. La única manera de dejar de recurrir a agrotóxicos como ese y otros es producir con técnicas que excluyan el uso de químicos.
La agricultura ecológica ha sido utilizada durante siglos por los pequeños agricultores familiares en las comunidades indígenas de América Latina, Asia y otros lugares, recordó, con muy buenos resultados, ambientales y productivos, recordó.
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