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Por Ernesto Cazal | Misión Verdad
Existen los que miran hacia fuera y los que lo hacen hacia dentro para pensar América Latina. En la próxima Cumbre de las Américas las visiones en pugna impondrán una discusión que tiene poco menos de 200 años.
El "imperio del caos", como lo nombra Pepe Escobar, buscará movilizar su influencia en un contexto en el que el repudio mundial al decreto de Obama contra Venezuela se ha hecho eco; en el que los gringos y Cuba han reabierto el diálogo diplomático luego de 56 años; en el que la imagen de su prontuario intervencionista en la región es cada vez más diáfana; en el que sus recursos, influjos y circulación de capitales son cada vez más frágiles; en el que un mundo multipolar es cada vez más plausible.
Que esta parte de América tenga ese colchón en instituciones que se han alzado a partir de las propuestas de Hugo Chávez (Alba, Unasur, Celac, Petrocaribe), con el apoyo de los pueblos esparramados en el continente, es, evidentemente, una historia de reciente data. Porque la función de Latinoamérica en su conjunto es la de una mina, tal como fue pensada a partir del desarrollo histórico que impuso el capitalismo industrial durante el siglo XIX.
Lo que teóricos e investigadores llaman, en economía política, "dependencia" en América Latina es consecuencia del proceso capitalista originado en Europa. El centro del orbe productivo se constituyó en aquellos lares, sobre todo en Gran Bretaña, cuyos patrones habrían acumulado suficiente capital –mediante el comercio triangular, y su base: el tráfico de esclavos– para hacer de las fábricas de Manchester, Liverpool, Lancashire, y el puerto de Londres, el taller del mundo. El poderío inglés se hacía sentir en África, Asia y buena parte de Europa, mediante la colonización.
En Estados Unidos no ocurría lo contrario. Los (así llamados) pioneros construyeron un ejército, unas instituciones y un aparato de producción que en poco más de doscientos años logró tener la batuta monopólica del capitalismo. Las mafias (mercantiles, financieras, guerreristas) de Filadelfia, Nueva York y Washington se concibieron dueñas, y desde entonces han impuesto políticas económicas en beneficio de sus industrias, ejércitos mediante.
El 7 de diciembre de 1824, dos días antes de la batalla de Ayacucho y meses después de que el gobierno norteamericano anunciara la implementación de la Doctrina Monroe ("América [toda] para los americanos", por si alguien duda en quitarle el coroto), Simón Bolívar, jefe de Estado de Colombia, convoca el Congreso Anfictiónico. Desde Lima, la comunicación fue enviada a los gobiernos de Chile, Perú y las Provincias Unidas del Sur. Asimismo se invitó a los gobiernos de México, Guatemala y restos de provincias y virreinatos del Caribe hispanohablante.
La idea era crear una alianza de Estados arraigada desde el concepto "pequeño género humano" americano que el mismo Libertador delineara en su Carta de Jamaica (1815). Esta unión se debería a un "pacto social". Serían debatidos tratados de comercio, ejercicio militar, la estabilidad de las instituciones creadas, todos bajo el marco de los intereses en común de las naciones y los pueblos que las alzaron. Liberados del yugo español, el capitalismo estadunidense y británico –mientras tanto– venían con todo sobre el territorio y sus gentes.
Francisco de Paula Santander, por aquel entonces mano derecha de Bolívar, y el diplomático Pedro Gual, invitaron al gobierno de EEUU a participar en el Congreso, en el que se conformaría una alianza que los gringos vieron con recelo por tratarse de Bolívar el máximo auspiciador. El Libertador les resultaba incómodo debido a su manera de ver la política, la economía. Lo declararon loco "con un ejército de negros". La doctrina revolucionaria del pueblo en armas no era lo que tenían pensado los norteamericanos para el resto del continente, al que ellos veían como un rebaño de vacas a ordenar (y a ordeñar hasta la última gota).
El Congreso Anfictiónico de Panamá se celebró entre el 22 de junio y el 15 de julio de 1826. El fracaso de este hecho tuvo múltiples factores. No sólo la falta de cohesión de los proyectos republicanos nacientes sino la injerencia diplomática foránea tuvieron pesos de rigor en el congreso. Los libros de Francisco Pividal, Miguel Acosta Saignes y Néstor Kohan aportan datos y luces para entender el fiasco.
Las "republiquetas", antinomias del ideal bolivariano, empezaron a formarse desde entonces. Simultáneamente, "grupos disidentes en Perú, Bolivia y Colombia estimularon o provocaron directamente el deterioro del prestigio del Libertador; la salida del Ejército colombiano de Perú y Bolivia; el retiro de Sucre de la presidencia de este último país; la ocupación peruana del sur colombiano; la posterior guerra entre ambos países, y la división de Colombia en tres Estados. Junto con las desavenencias en México, que siguen su curso hasta finales de 1828, estos hechos contribuyen al fracaso general de la ratificación de los tratados del Istmo", explica Francisco Pividal.
Para aquella época, John Quincy Adams era el presidente de EEUU. Henry Clay, secretario de Estado. El primero fue el pensador del monroísmo, doctrina que se identifica más con el auxilio de las armas. El panamericanismo, cuyo principal ideólogo fue Clay, apostaba por la inserción jurídica y económica en las naciones latinoamericanas. La combinación de ambas doctrinas sería la forma de hacer diplomacia por parte de los norteamericanos.
Con paciente laboriosidad, los EEUU trabajaron durante 63 años para desvirtuar el ideal del Libertador, concretado irónicamente en el Congreso Hispanoamericano de Panamá. "Durante todo ese tiempo fueron llevando al 'rebaño de gobiernos latinoamericanos' al redil de Washington, hasta que en 1889 pudieron celebrar la Primera Conferencia Americana", cuenta Pividal.
La intermediación de estos lobbys institucionalizados a favor del saqueo de las industrias gringas y europeas de los recursos naturales latinoamericanos ha servido para robarles la cartera y el sudor a los pueblos de la región. Las minas en beneficio de los grandes talleres del mundo.
De la dependencia económica-política viven los Rockefeller y los Rotschild del planeta. Cabe acotar que esta pequeña falange existe porque hay gente, a lo interno de la región, que decide –sin tutela directa y amenazante de a pistola– mirar hacia fuera en vez de hacia dentro.
La Cumbre de las Américas, organizada por la OEA desde 1994, tiene sus antecedentes en la doctrina de Monroe y en el pregonado panamericanismo institucionalizado. Pero desde 2005 la cosa ha cambiado con Chávez y la Venezuela Bolivariana a la cabeza. Este tiempo de definiciones dará la respuesta: cuál de las dos Américas será la próxima protagonista de la historia.
La Segunda Marcha Oscar – Mandela en Nueva York 2015
ResponderEliminarTendremos nuestra 2da Marcha Oscar – Mandela en Nueva York el lunes, 22 de junio de 2015. Empezaremos a marchar pacíficamente a las 9 AM desde Hunter College, en la calle 68 y Avenida Lexington, hasta la Calle 43. Haremos una izquierda para continuar marchando en dirección Este para llegar al parque Ralph Bunche (al otro lado de la Organización de Naciones Unidas).
Allí, repartiremos hojas sueltas para orientar al público sobre nuestro prisionero político Oscar Lopez Rivera y la relación colonial ente el gobierno de Estados Unidos y Puerto Rico. Estaremos en el parque hasta las 5 PM.
La mayoría de la gente no sabe que, todos los años, usualmente el lunes después del Día de los Padres, la Organización de Naciones Unidas (ONU) celebra una vista para discutir la descolonización de Puerto Rico. Los peticionarios usualmente se unen a nuestra protesta después que terminan sus ponencias.
La ONU determinó en el 1960, que el colonialismo es un crimen en contra de la humanidad. Desde entonces, la ONU ha emitido 33 resoluciones pidiéndole al gobierno de Estados Unidos (EEUU) que descolonice inmediatamente a Puerto Rico. EEUU ha ignorado esta voluntad de la comunidad internacional. ¿Qué tipo de democracia es eso?
El gobierno de Estados Unidos trata de mantener nuestra relación colonial la más secreta posible. Lo que nosotros estamos tratando de hacer es sacarla del closet. La ONU está en su tercera década tratando de erradicar el colonialismo del mundo. ¡Por favor, ayudemos!
La mayoría de gente tampoco no sabe que el Gobierno de Estados Unidos le saca 14 veces más dinero de lo que invierte en Puerto Rico. ¡Pero, para eso son las colonias!
Esta explotación salvaje le impide a Puerto Rico ofrecerle oportunidades a los puertorriqueños en Puerto Rico. Por eso es que tenemos más puertorriqueños afuera de su isla que adentro.
Oscar López Rivera ha estado encarcelado por 34 años por su lucha para descolonizar a su país. Por ser un crimen (el colonialismo), la ley internacional le da a Oscar el derecho de usar todo los medios necesarios para descolonizar a su nación. Nelson Mandela estuvo 27 años encarcelado por hacer exactamente lo mismo que Oscar. Por eso decimos, ¡Oscar López Rivera es nuestro Nelson Mandela!
Compañeros Unidos para la Descolonización de Puerto Rico invita al público a ser parte del tsunami de gente que será necesario para obligar al gobierno de Estados Unidos a excarcelar a Oscar y a descolonizar a Puerto Rico. ¡Nuestras protestas anuales son absolutamente necesarias porque, los que mantienen colonias no creen en la justicia para todos!
José M López Sierra
www.TodosUnidosDescolonizarPR.blogspot.com