Foto E.Cañada |
Por Ernest Cañada | ALBA SUD /Rel-UITA
Pepi Lora es camarera de piso desde hace 29 años. Actualmente trabaja en Playa de Palma, Mallorca, en un hotel de cuatro estrellas de una de las principales cadenas hoteleras de Baleares. Desde hace 12 años es delegada sindical de la Unión General de Trabajadores (UGT). Sobre las condiciones de trabajo en el sector habló con La Rel.
Pepi Lora es camarera de piso desde hace 29 años. Actualmente trabaja en Playa de Palma, Mallorca, en un hotel de cuatro estrellas de una de las principales cadenas hoteleras de Baleares. Desde hace 12 años es delegada sindical de la Unión General de Trabajadores (UGT). Sobre las condiciones de trabajo en el sector habló con La Rel.
Pepi tiene un contrato de fija discontinua, una figura muy extendida en Baleares que da a las trabajadoras cierta garantía de estabilidad y seguridad. Tanto es así, que durante la pasada negociación del convenio colectivo de hostelería los empresarios demandaron eliminar este tipo de contrato.
-Trabajas en un hotel de más categoría en Playa de Palma. ¿Cómo repercute esto en la carga de trabajo de las camareras de piso?
-Nosotras llevamos 18 habitaciones de dos camas o una cama matrimonial y sin camas supletorias, porque hace poco hicieron una reforma en el hotel y no caben.
Pero vamos por partes, nos han puesto cristales por todas partes, y eso hay que limpiarlo cada día. El baño, la mampara, la terraza, todo.
Hay muchísimo trabajo y te exigen que todo quede bien. Y la gobernanta va detrás y te hace regresar si algo no ha quedado suficientemente bien.
-Trabajas en un hotel de más categoría en Playa de Palma. ¿Cómo repercute esto en la carga de trabajo de las camareras de piso?
-Nosotras llevamos 18 habitaciones de dos camas o una cama matrimonial y sin camas supletorias, porque hace poco hicieron una reforma en el hotel y no caben.
Pero vamos por partes, nos han puesto cristales por todas partes, y eso hay que limpiarlo cada día. El baño, la mampara, la terraza, todo.
Hay muchísimo trabajo y te exigen que todo quede bien. Y la gobernanta va detrás y te hace regresar si algo no ha quedado suficientemente bien.
Acoso, estrés, problemas de cervicales…
La salud es lo de menos
-Pero aunque tengan menos habitaciones que en otros hoteles imagino que los problemas de salud que otras camareras nos cuentan tampoco han desaparecido…
-Todas tenemos problemas de espalda y de cervicales. También hay mucho estrés. Porque empiezas por la mañana y vas estresada todo el día, y ya se han tenido que llevar a varias al hospital con ataques de ansiedad.
-¿Han sufrido situaciones de acoso o maltrato laboral?
-Chillarte y decirte que esto hay que hacerlo porque sí, por huevos. Cosas así.
Y luego te vienen con las papeletas esas, unos cuestionarios que le dan a los clientes para que puntúen nuestro trabajo. Y con eso hacen un balance. Y cuando no sale bien te presionan y te acosan, y van detrás tuyo.
Yo tuve una directora que me pegaba unos chillidos. Y yo le decía que no se lo consentía, que a mí no me chillaba ni mi madre, que en paz descanse. Y todo era porque tenía problemas con un producto.
Nos pusieron una sustancia para que no nos afectara la cal de los vidrios, pero me bajaba la presión, y me quedaba como muerta. Iba al médico de empresa y me decía que era normal. Y claro, cuando me muera también será normal, le decía yo.
Y así era todos los días. Hasta me tuvieron que ingresar con un ataque de ansiedad. Pasé un año hasta arreglarlo.
-¿Y cómo lograron reducir el número de habitaciones que tienen que hacer por día?
-Eso fue una lucha. Yo he dejado habitaciones sin hacer y no me ha importado lo que dijeran las demás.
Yo sé de otro hotel que les rebajaron habitaciones. Pero no lo hacían todas, una dejaba cuatro, otra tres, otra dos, y así fue que les rebajaron las habitaciones. Lo que no puede ser es que porque ésta lo haga yo también.
Lo que no hacen las fijas, lo hacen las eventuales
Dividir para reinar
Porque por ahí es que nos pilla el empresario, que se aprovecha y hacemos el doble de trabajo. Yo conozco un hotel donde hacen 28 habitaciones, y de tres y cuatro camas, y lo hacen las camareras de seis horas, porque no tienen a nadie de ocho horas. Y todas eventuales.
Entonces, donde se necesitan 20 camareras hay 14 ó 15. ¡Y no! Hay que ser más listas. Aunque otras hacían todo el trabajo que les pedían nosotras no lo hacíamos.
Y había algunas que no nos hablaban, pero nos daba igual. A mí me llegaron a trasladar del quinto al primer piso, como castigo, por protestar.
-Imagino que la situación de las eventuales es bastante difícil.
-En mi hotel les dicen que mañana vienen y tienen que ir, estén un mes, dos o tres meses sin librar. Ahora les dicen que vengan por la tarde, y luego que vengan por la mañana.
Lo que el empresario quiera. Y ellas no dicen nada por temor a que las echen. Y si les dices algo te contestan que nosotras podemos reclamar porque llevamos muchos años.
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