Foto G. Trucchi | Rel-UITA |
Por Ofraneh
A la
medianoche del pasado domingo 11 de enero, un grupo de hombres armados
llegaron al territorio ancestral de la comunidad de Nueva Armenia,
Atlántida, disparando al aire y quemando las moradas de las compañeras garifunas, que desde hace más de dos años optaron por recuperar las
tierras que habían sido apropiadas por la Standard Fruit Company en la
década de los años 20 del siglo pasado.
- Lea también: Nueva Armenia y su lucha por la vida
El predio
bautizado como África, ha venido siendo cultivado por las mujeres garifunas, las que procedieron a ocupar tierras que han sido retornadas
por las Standard a fines del siglo XX, y posteriormente apropiadas por
personajes aparentemente asociadas con el crimen organizado, con la
protección de la municipalidad de Jutiapa.
La incursión
del domingo 11, es la tercera ocasión en que foráneos proceden a
incinerar las viviendas y destruir los cultivos, alegando que son
enviados por el “propietario” de las tierras en cuestión. El 6 de
agosto, miembros de la Policía Preventiva quemaron mas de una docena de
casas y arrestaron a sus ocupantes, además de destruir sus cultivos; de
nuevo en los primeros días de octubre, un grupo de forajidos acompañados
de supuestos miembros dela Policía, procedieron a quemar las casas que
no lograron incinerar en la incursión de agosto.
Armenia fue
reubicada por la Standart Fruit en los años 20, para así lograr
apropiarse de las tierras fértiles del delta del Papaloteca. A raíz de
la denominada huelga de los poquiteros y la enorme represión que
conllevó, la compañía frutera se deshizo de los pequeños productores de
banano y se apropio de sus tierras, quemando en diversas ocasiones los
archivos del registro de la propiedad en la ciudad de la Ceiba.
En la
actualidad, Nueva Armenia se encuentra ubicada en la margen izquierda
del Rio Papaloteca, paraje que periódicamente se inunda, al encontrase
la comunidad ubica en un humedal entre el delta del río y la laguna de
Cacao, siendo este uno de los lugares de mayor vulnerabilidad en la
costa norte de Honduras como consecuencia de los efectos del cambio
climático.
La comunidad
emprendió el proceso de recuperación de las tierras ancestrales, cuando
la compañía frutera las retornó a la municipalidad de Jutiapa, haciendo
caso omiso de los reclamos que la población de Nueva Armenia efectuó
durante décadas.
Según los
miembros de la comunidad, las tierras ancestrales fueron utilizadas como
narcopistas, siendo estas reportadas a las autoridades las que hicieron
caso omiso de los señalamientos. Las tierras aparecieron registradas a
nombre de una supuesta compañía dedicada a la siembra de palma africana.
Según el
testimonio brindado por las garífunas asediadas el pasado domingo, los
hechores además de encontrase encapuchados, se movilizaban en caballos,
los que hace presumir que son elementos radicados en las inmediaciones
de Armenia y al servicio de los “palmeros”. Además de proferir amenazas
de muerte, destruyeron todo lo que se encontraba a su paso.
Una vez más, la OFRANEH solicita al Estado de Honduras que intervenga, capture y
prosiga a los hechores. Además insistimos en que el Juzgado de la Ceiba
reconozca los derechos sobre el territorio ancestral apegándose de esta
forma a la jurisprudencia emitida por el Sistema Interamericano de
Justicia. El que en múltiples ocasiones ha señalado el derecho que
poseen los pueblos indígenas sobre sus tierras ancestrales.
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