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Por AVN
La producción de petróleo de esquisto constituye un arma política del capitalismo para tratar de doblegar a naciones que se enfrentan a sus acciones de dominación y hegemonía, plantearon los analistas internacionales que se dieron cita este jueves en el foro: "La economía como campo de guerra: luchas por el control del petróleo", que se efectuó como parte del Encuentro de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad.
En el encuentro participó el presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Eulogio Del Pino, quien explicó que la baja que ha experimentado la cotización del crudo en los mercados internacionales responde a las acciones promovidas por Estados Unidos (EE UU) y las naciones imperialistas para atacar objetivos geopolíticos como Rusia, Irán y Venezuela.
De esta manera, la nación norteamericana emplea el método del fracking o fracturación hidraúlica, que posibilita la extracción del gas y el petróleo del subsuelo, mediante la perforación de un pozo vertical y posteriormente uno horizontal, a fin de realizar la inyección de agua, arena y productos químicos en la roca madre, para provocar el flujo de gas y su salida al exterior.
Del Pino explicó que el empeño norteamericano en aumentar la producción de petróleo de esquisto o shale oil forma parte de una estrategia que ha incluido el apoyo a las acciones desestabilizadoras que ha perpetrado la derecha en Venezuela, los planes para fomentar la crisis en Crimea, como forma de atacar a Rusia, y la aplicación de sanciones económicas contra Irán, para que desista de desarrollar su programa nuclear con fines pacíficos.
Así, refirió el especialista, el desarrollo de proyectos de fracking le permite Estados Unidos inundar el mercado petrolero con millones de barriles extraídos de forma agresiva, con el objetivo de provocar la caída del precio del barril y, a la vez, afectar las economías de los países exportadores de petróleo y gas.
"Desde finales de junio los precios que promediaban 100 dólares por barril han caído 40%, lo que ha afectado el equilibrio provechoso que se había logrado mantener entre productores y consumidores", expresó Del Pino en el foro, realizado en la Caracas.
Por su parte, el economista argentino Claudio Katz indicó que "el petróleo barato es un instrumento geopolítico de ofensiva imperial" y alertó que la extrema derecha norteamericana junto con el presidente de esa nación, Barack Obama, ha emprendido una agenda política con fines hegemónicos.
"Se han propuesto debilitar la influencia económica del rublo ruso, y presionar a una actor clave y determinante (Rusia) en las relaciones internacionales. También actúan contra Irán para obligarlo a suscribir condiciones para que abandone su política nuclear".
El investigador argentino se refirió al interés de dominio norteamericano sobre las naciones europeas, instaurando el Acuerdo Trasatlántico para el Comercio y la Inversión (ATCI), que eliminaría las barreras comerciales con la Unión Europea (UE).
Asimismo, recordó el financiamiento de Washington a grupos armados en naciones como Libia y Siria para derrocar gobiernos y tomar el control del negocio petrolero.
Al respecto, el analista iraní Hassan Rahimpour Azghadi afirmó que estos planes constituyen una muestra "de la postura imperialista que pretende imponer su hegemonía, acabar con el despertar de los pueblos que se oponen a sus deseos de dominio, y adueñarse de las fuentes petroleras energéticas".
Por este motivo destacó la necesidad de que los intelectuales y pensadores que promueven un mundo de paz, integración y respeto a la soberanía sigan sumando esfuerzos para enfrentar los intentos de dominio imperialista.
De esta manera, la nación norteamericana emplea el método del fracking o fracturación hidraúlica, que posibilita la extracción del gas y el petróleo del subsuelo, mediante la perforación de un pozo vertical y posteriormente uno horizontal, a fin de realizar la inyección de agua, arena y productos químicos en la roca madre, para provocar el flujo de gas y su salida al exterior.
Del Pino explicó que el empeño norteamericano en aumentar la producción de petróleo de esquisto o shale oil forma parte de una estrategia que ha incluido el apoyo a las acciones desestabilizadoras que ha perpetrado la derecha en Venezuela, los planes para fomentar la crisis en Crimea, como forma de atacar a Rusia, y la aplicación de sanciones económicas contra Irán, para que desista de desarrollar su programa nuclear con fines pacíficos.
Así, refirió el especialista, el desarrollo de proyectos de fracking le permite Estados Unidos inundar el mercado petrolero con millones de barriles extraídos de forma agresiva, con el objetivo de provocar la caída del precio del barril y, a la vez, afectar las economías de los países exportadores de petróleo y gas.
"Desde finales de junio los precios que promediaban 100 dólares por barril han caído 40%, lo que ha afectado el equilibrio provechoso que se había logrado mantener entre productores y consumidores", expresó Del Pino en el foro, realizado en la Caracas.
Por su parte, el economista argentino Claudio Katz indicó que "el petróleo barato es un instrumento geopolítico de ofensiva imperial" y alertó que la extrema derecha norteamericana junto con el presidente de esa nación, Barack Obama, ha emprendido una agenda política con fines hegemónicos.
"Se han propuesto debilitar la influencia económica del rublo ruso, y presionar a una actor clave y determinante (Rusia) en las relaciones internacionales. También actúan contra Irán para obligarlo a suscribir condiciones para que abandone su política nuclear".
El investigador argentino se refirió al interés de dominio norteamericano sobre las naciones europeas, instaurando el Acuerdo Trasatlántico para el Comercio y la Inversión (ATCI), que eliminaría las barreras comerciales con la Unión Europea (UE).
Asimismo, recordó el financiamiento de Washington a grupos armados en naciones como Libia y Siria para derrocar gobiernos y tomar el control del negocio petrolero.
Al respecto, el analista iraní Hassan Rahimpour Azghadi afirmó que estos planes constituyen una muestra "de la postura imperialista que pretende imponer su hegemonía, acabar con el despertar de los pueblos que se oponen a sus deseos de dominio, y adueñarse de las fuentes petroleras energéticas".
Por este motivo destacó la necesidad de que los intelectuales y pensadores que promueven un mundo de paz, integración y respeto a la soberanía sigan sumando esfuerzos para enfrentar los intentos de dominio imperialista.
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