Los economistas de derecha no bajan la guardia en su lucha por manipular a la opinión pública sobre el estado de la economía y sus tendencias, con el fin de mostrar una situación caótica y atraerles votos a ARENA. La variable mágica que ellos utilizan es el PIB, de cuyo crecimiento o estancamiento parece depender todo lo que ocurre en la vida nacional.
El famoso PIB crece a tasas bajas desde el año 1996, pero los economistas de derecha le atribuyen el bajo crecimiento al gobierno de Mauricio Funes, que, según ellos, ahuyentó la inversión privada. Pero resulta que la inversión privada creció más en el gobierno de Funes (6.0%), que en los de Calderón Sol (4.4%), Francisco Flores (2.7%) y Antonio Saca (3.1%). Parece que fueron los gobiernos de ARENA los que ahuyentaron la inversión y que el gobierno de Funes y el FMLN recuperó la confianza de los inversionistas. Quien desee verificar esos datos solo debe consultar las revistas trimestrales del BCR.
Hace unos días, un asesor de ARENA en la Asamblea Legislativa dijo que desde hace cinco años la economía salvadoreña es la que menos crece de Centroamérica. Pero si ese asesor leyera los balances de la CEPAL vería que en los años 2003, 2004, 2006 y 2008, cuando gobernaba ARENA, la economía que menos creció en la región fue la salvadoreña. El asesor también debería saber que en 2009 la economía decreció -3.1%, o sea, que el primer gobierno del FMLN la encontró en el hoyo y desde entonces la llevó a un crecimiento promedio de 1.8%.
Ninguno de los economistas de derecha se pregunta por qué El Salvador fue el país de Centroamérica que más redujo la pobreza en los años 2008-2013 (de 40% a 29%), si su PIB creció menos que el de los otros países. Si ellos se hicieran esa pregunta y se la respondieran honestamente, tendrían que admitir que el crecimiento del PIB no lo explica todo y que el primer gobierno del FMLN redistribuyó el ingreso en beneficio de la población de menos ingresos, tal como se parecía en el Coeficiente Gini, que pasó de 0.48 en 2008 a 0.40 en 2013. El reciente informe de la misión del FMI reconoce que “en los últimos años se han logrado avances significativos en la lucha contra la pobreza y la desigualdad”.
Pero los economistas de derecha no solo falsean el pasado y el presente, sino que pronostican mal, y para ello recurren a cualquier maniobra. Por ejemplo, el señor Héctor Vidal escribió un artículo el lunes 3 de septiembre donde dice que se alejan las esperanzas que el gobierno “ha fincado en Petrocaribe para financiar proyectos sociales”, porque la baja en el precio internacional del petróleo afectará al gobierno de Venezuela, ya que el petróleo “le genera al fisco ingresos que superan el 50% del PIB.”
Lo dicho por don Héctor Vidal es alarmante. El Presupuesto para el 2015 que la Asamblea Nacional de Venezuela aprobó el 25 de octubre asciende a 741,708 millones de bolívares, de los cuales los ingresos petroleros aportarán 124,074 millones, que representan el 16.73% del total, los ingresos no petroleros aportarán 517,373 millones (69.75%) y los préstamos 100,261 millones (23.52%). Como el PIB estimado para 2015 es de 3,433,833 millones, los ingresos petroleros son el 3.6% del PIB (no el 50% que dice don Héctor). Ni siquiera son el 50% de los ingresos del gobierno, sino el 16.73%.
Pero don Héctor no se conformó con generar esa “desinformación”, sino que añadió otro dato equivocado sobre Venezuela, al afirmar que “el presupuesto gubernamental tiene como referente un techo de $120 y un piso de $100 por barril de petróleo, cuando éste se cotiza a menos de $80”. Su interés es decir que el gobierno de Venezuela es irresponsable y necesitará un ajuste fiscal. Y resulta que no es así. El Presupuesto se calculó en base a un promedio de 60 dólares por barril, para mantener una expectativa conservadora sobre la evolución de los precios internacionales del crudo. Don Héctor debería saber que el gobierno de Venezuela tiene años haciendo un cálculo conservador sobre el precio del petróleo. Basta con que analice el Presupuesto o lea los comentarios de la oposición.
Así están los economistas de derecha. Se lastiman constantemente. Y eso que don Héctor es el único que de vez en cuando se esfuerza por ser objetivo.
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