Por Ernest Cañada | Alba Sud
Conversamos con la nueva integrante del equipo de Alba Sud, que centrará las intervenciones en su blog en el análisis de los conflictos socio-ambientales, el agua y los bienes comunes.
En este blog, Bienes comunes en disputa, uno de los temas centrales de los que estarás hablando tiene que ver con los conflictos socio-ambientales, ¿desde qué perspectiva lo planteas?
En efecto hay muchas perspectivas y marcos teóricos para hablar de conflictos socio-ambientales, desde la Gobernanza Ambiental, la Sociología Ambiental hasta la Ecología Política, entre otros. Desde algunas perspectivas se entiende el “conflicto” como un acontecimiento o un hito específico que debe ser suprimido con rapidez para volver al “orden” establecido. Yo pienso exactamente lo contrario, para mi conflicto es un proceso social que no necesariamente es algo negativo si no que permite identificar relaciones de poder, escenarios de injusticia ambiental, actores con intereses específicos relacionados con bienes y servicios ambientales, aunque no necesariamente para su defensa y protección sino que para hacer uso y/o apropiarse de estos. En muchos casos se le da “fin” a un conflicto con compensaciones, resoluciones alternas, violencia, hasta desaparición de los líderes, sin identificar o debatir las causas estructurales que lo produjeron. Yo creo que lo más importante es precisamente identificar esas causas.
Sin embargo, no me encierro en una única perspectiva, sino que la idea es que en este blog el conflicto socio-ambiental sea visto desde distintas aristas, con muchas entrevistas a diferentes autores y análisis de casos. Pienso que es importante abordar toda esa complejidad, es un tema que da para mucho, creo que podría hacer un blog sólo de conflictos socioambientales.
¿Por qué es tan relevante, desde tu modo de ver, el análisis del conflicto socio-ambiental para entender las dinámicas de acumulación y desarrollo socio-económico presentes hoy en Centroamérica?
En el tema ambiental es interesante analizar cómo las dinámicas de acumulación van ligadas a las de distribución y exclusión. ¿Quiénes acumulan y quiénes son desposeídos y/o excluidos? Por ejemplo la tierra es un “bien” escaso, hay una cantidad finita de tierra que utilizan los campesinos y que por el incremento de los monocultivos están siendo desalojados de una u otra manera, en el Bajo Aguán en Honduras con violencia, en Kukra Hill en Nicaragua con la contaminación de sus aguas y reducción de la biodiversidad. Estos son aspectos claves de la Justicia Ambiental, la distribución y el no reconocimiento ni participación de las comunidades locales.
En cuanto al segundo punto, muchos de los conflictos socioambientales se dan por las diferentes interpretaciones de desarrollo que existen. Para el Estado desarrollo puede ser la destrucción de manglar para construir un hotel 5 estrellas que genere divisas y fuentes de empleo. Para otras personas, en cambio, desarrollo puede ser mantener la riqueza de biodiversidad y los servicios que un ecosistema como el manglar puede brindar. Este “choque de racionalidades” como diría Enrique Leff es clave para entender un conflicto socio-ambiental, y en esto la Ecología Política aporta todo un marco de análisis sobre lenguajes de valoración muy interesante.
Por poner un ejemplo, en tu tesis de maestría en FLACSO de Ecuador analizaste el caso del conflicto por el agua en Sardinal, Costa Rica, ¿podrías caracterizarnos ese conflicto y su relevancia?
Sardinal es un caso de conflicto socio-ambiental entre la comunidad de Sardinal (Sardinal no costero), en la provincia de Guanacaste, y el Estado costarricense, quien cedió permisos a una empresa privada para la construcción de un acueducto que tomaría agua potable de Sardinal para direccionarla hacia la zona costera de El Coco y Ocotal, en donde hay un gran crecimiento de hoteles dedicados al turismo residencial e inmobiliario. Guanacaste es una provincia de bosque tropical seco por lo que la distribución del agua potable siempre ha sido motivo de discusión entre el sector agrícola, el turismo y las comunidades locales. En mi tesis yo analicé este conflicto desde la Ecología Política, y traté de identificar los lenguajes de valoración de lo que es “agua” para cada uno de los actores, así como identificar las causas estructurales del conflicto.
Sardinal es un caso relevante ya que permite identificar muy claramente ese papel tan turbio y desarticulado que tiene el Estado y de cómo en Costa Rica el hecho de que existan tantas instituciones que pueden tomar decisiones sobre el agua es un gran causante de conflicto, además de una gran desarticulación institucional.
En cuanto a la movilización social, es también un caso interesante para analizar temas de género, como por ejemplo la construcción de los liderazgos. En Sardinal el papel de la mujer fue clave para la defensa del agua: fueron muchas de ellas las que guiaban las marchas, hacían las denuncias, venían a San José a buscar a los ministros, a los gerentes a los “técnicos” tratando de encontrar respuestas a su incertidumbre de quedarse sin agua. Algunas de ellas no se quedaron en la lucha de Sardinal si no que ahora apoyan a comunidades con conflictos similares, aunque no lo crean, cada vez hay más conflictos por el agua en Guanacaste y sus causas son todas muy similares. Sardinal junto con el caso Nimboyores (en Santa Cruz de Guanacaste) son los dos antecedentes más claros para todo lo que está sucediendo actualmente.
En estos momentos estás colaborando con el Atlas Mundial de Conflictos Socioambientales, ¿en qué consiste esta iniciativa y de qué manera estás participando?
Esta es una iniciativa del Proyecto Ejolt (Environmental Justice Organisations and Liabilities) liderado por la Universidad Autónoma de Barcelona, específicamente por el Dr. Joan Martínez Alier. La idea es mapear conflictos socio-ambientales y organizaciones que trabajan por la justicia ambiental, como por ejemplo grupos indígenas, movimientos sociales…. a los que se les llama “Ejos” es decir “Environmental Justice Organisations”. A mí me parece que es un esfuerzo de gran relevancia para diferentes espacios, desde la academia hasta el activismo pasando por todo el trabajo que también realizan las ONG´s. El hecho de que alguien en África pueda encontrar en América Latina un conflicto similar y un grupo de personas que está luchando por lo mismo, es muy positivo.
Por ahora estamos únicamente investigando y subiendo información en la base de conflictos, lo más interesante vendrá cuando podamos hacer esas comparaciones, que el Atlas permite mediante filtros de información, por ejemplo que te enseñe todos los conflictos por el agua, o únicamente aquellos en donde ha participación “x” transnacional.
Mi participación es vía la Fundación Neotrópica y colaboro ayudando a aumentar la información del mapa de Centroamérica, Belice, Panamá, y también con algunos casos del Caribe. Entonces, leo sobre conflictos todo el día, jajaja. También establezco contacto con personas de otros países de la región para completar las fichas, pues ellos evidentemente tendrán más información de la que yo podría conseguir en la Web. En septiembre se espera tener un aumento significativo de casos en la región.
También eres parte de la Sociedad Mesoamericana de Economía Ecológica. ¿Puedes contarnos de dónde surge esta iniciativa y qué es lo que están haciendo?
La SMEE es un espacio para el estudio y divulgación de la Economía Ecológica. La idea surgió en 2008 en Guatemala con el fin de conformar una Sociedad Regional parte de la Sociedad Internacional (ISEE). Mi participación comenzó en el 2010 cuando en un congreso en Distrito Federal, en México, me eligieron como representante estudiantil. Este año, en 2014, se realizó el Congreso Eco Eco Alternativas que permitió darle mayor divulgación; y hubo nuevamente un cambio de Junta Directiva y yo quedé como fiscal. El objetivo principal de la SMEE es dar a conocer este marco teórico poco conocido en la región. En Costa Rica, por ejemplo, he observado que suele confundirse con la Economía Ambiental, cuando son dos perspectivas completamente distintas, hasta opuestas diría yo; en otros países recién se comienza a hablar, pero hay mucho trabajo por hacer.
Fuente original: ALBA SUD
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