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“Hay un dicho que dice que el silencio
otorga y nosotros no vamos a permanecer callados”, dijo Sigfrido Reyes, sobre una
misiva oficial que el gobierno salvadoreño remitió a su par de Honduras
en la que le pide la “desocupación inmediata” del islote, que militares
hondureños invadieron desde principio de los 80.
El gobierno del presidente Mauricio
Funes envío la semana pasada una nota de protesta a su homólogo
hondureño en la que le exige la “desocupación inmediata” del islote,
donde el presidente de la vecina nación, Juan Orlando Hernández, inauguró
este mes un helipuerto.
“La disposición de El Salvador – aseguró
Reyes -, es tener las mejores relaciones con Honduras, es un pueblo
hermano”. “No nos interesa desarrollar ningún conflicto, ni verbal, ni
mucho menos de otro tipo (con Honduras)”, añadió el legislador, quien
recordó que “la Isla Conejo y otras islas salvadoreñas en el Golfo de
Fonseca deben ser respetadas y no puede tolerarse que un gobierno use la
fuerza militar para querer imponer soberanía y ejercer soberanía en un
territorio que no le pertenece”, dijo.
“La Isla Conejo nunca estuvo en disputa,
nunca fue sujeto de un arbitraje, nunca llegó la Isla Conejo a ponerse
en la mesa de discusión ante la Corte Internacional de Justicia”,
recordó el diputado.
La Corte Internacional de Justicia, con
sede en La Haya, Holanda, donde Honduras mantiene de manera perpetua
juristas para dirimir litigios fronterizos, entregó en 1992 a la vecina
nación más del 60 por ciento de cerca de 500 kilómetros cuadrados de
territorio continental que ambas naciones mantenían en disputa desde
hacía más de un Siglo.
Además, delimitó territorio insular en
el Golfo de Fonseca, que también es compartido con Nicaragua, que no
estaba en disputa entre los dos países, como el Delta del Goascorán, en
el nororiente salvadoreño.
Algunas versiones indican que Isla
Conejo fue cedida de “buena fe” por militares salvadoreños a sus pares
hondureños a principios de los 80, para contrarrestar el trasiego de
armas de Nicaragua a la ex guerrilla del Frente Farabundo Martí para la
Liberación Nacional (FMLN), mientras combatían a los rebeldes en el
interior de este país, de acuerdo a investigaciones de este vespertino.
“Fueron militares traidores a la patria
que en tiempos del conflicto armado permitieron que tropas hondureñas se
estacionaran en ese islote y nunca les exigieron que se retiraran”, se
quejó Reyes, quien agregó que “eso no significa que el islote haya
dejado de ser salvadoreño”.
Reyes calificó como “un abuso por parte
del Estado hondureño, por parte de su Fuerza Armada, en querer
apropiarse (del islote), aprovechándose de que El Salvador vivía una
circunstancia particular de un conflicto armado interno”.
Reyes aplaudió la decisión del gobierno
salvadoreño de enviar la nota de protesta al gobierno hondureño por la
ocupación militar de la salvadoreña Isla Conejo, porque “no hay otra
manera de actuar”, dijo.
“Le quiero decir al pueblo hondureño que
Francisco Morazán está enterrado en San Salvador, porque Morazán
siempre creyó que los salvadoreños éramos sus mejores soldados”, subrayó
el presidente del parlamento salvadoreño.
“Aquí amamos a Morazán, lo queremos, lo
respetamos”, aseguró Reyes, quien dijo al gobierno hondureño que le pida
“cordura a sus líderes políticos, le pedimos racionalidad, respeto al
Derecho Internacional y, sobretodo, respeto a un pueblo hermano, como lo
es El Salvador. Lo decimos con humildad, pero con firmeza”.
“Nuestro pueblo tiene un territorio y no vamos a permitir que se le mancille”, acotó.
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