Foto G. Trucchi |
Por Giorgio Trucchi | Re-UITA
El pasado diciembre en Porto Alegre, en el marco de la 30 edición del Premio Derechos Humanos al Periodismo, Bertha Oliva, coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), fue distinguida por su larga trayectoria en la promoción y defensa de los derechos humanos. La Rel conversó con ella para analizar la situación en Honduras.
-Este 27 de enero Juan Orlando Hernández tomó posesión de su cargo. ¿Cómo se perfila la situación de los derechos humanos para los próximos años?
-Con la toma de posesión de Juan Orlando, en Honduras se ha consolidado la dictadura disfrazada de democracia. En las elecciones vimos cómo se manipuló, se engañó al pueblo y se impuso, desde el Tribunal Supremo Electoral, al actual gobierno o régimen. Eso no abona en nada a la democracia, ni a los procesos de transparencia que requiere Honduras.
Quien tomó posesión del cargo presidencial este 27 de enero controla todas las instituciones del Estado, y su partido se abocó a la tarea de aprobar una serie de leyes que atentan contra los derechos humanos, la Constitución y los tratados internacionales de los cuales Honduras es suscriptora.
En este sentido, todas aquellas personas que nos oponemos a este gobierno, y que defendemos la idea de que hay que devolverle al país aquella democracia formal que le fue arrebatada con el golpe de Estado de 2009, nos encontramos en una situación de vulnerabilidad absoluta.
Sin embargo, estoy firmemente decidida a continuar con lo que el COFADEH viene haciendo desde hace más de 30 años, profesionalizándonos cada vez más y consolidando nuestra capacidad de investigar, documentar y denunciar las violaciones de los derechos humanos.
Solamente así vamos a evitar que el país se vaya hundiendo cada vez más, en medio de un retroceso acelerado de la institucionalidad y la democracia.
-¿Qué pasos va a dar el COFADEH?
-No va a ser fácil, pero desafiar los momentos difíciles siempre ha sido nuestro quehacer. Lo que más nos interesa ahora es ser certeros y efectivos en las denuncias, para que nadie pueda tratar de politizar o descalificar nuestro trabajo de defensoras de derechos humanos.
El reconocimiento a una destacada trayectoria
-En diciembre, en Porto Alegre, varias organizaciones, incluyendo la Rel-UITA, te otorgaron un importante reconocimiento por tu trayectoria en la promoción de la defensa de la vida. ¿Cómo viviste esta noticia?
-Debo confesarte que al inicio pensé que se trataba de una broma, porque se aproximaba el Día de los Inocentes. Cuando vi tu nota y las fotos me di cuenta de que todo era cierto, y debo reconocer que experimenté una gran conmoción. Fue muy gratificante.
Los reconocimientos que le hacen a uno por su desempeño en el trabajo son muy satisfactorios, te hacen sentir bien. Ver a Gerardo (Iglesias) retirar el reconocimiento en mi nombre fue algo fuerte y me sentí feliz. Quería transportarme hacia allá para decirle: “¡Gracias!”. Son gestos que nunca se olvidan.
-¿Estos reconocimientos ayudan, de alguna manera, a frenar la presión y el hostigamiento contra tu persona y el COFADEH?
-Son actos que tienen dos cosas implícitas. La primera es el apoyo directo hacia la persona, la organización y la causa que se defiende. La segunda es que manda un mensaje muy claro a los que oprimen, que no respetan los derechos humanos, que promueven políticas de Estado para endurecer el salvajismo contra las y los defensores de derechos humanos.
Son actos de blindaje de la solidaridad hacia nosotras, porque hay conciencia de los riesgos en que uno trabaja. Todo esto nos compromete más con la causa de la defensa de la vida. Además, es un reconocimiento a la memoria, y la memoria somos todos y todas, los que se fueron y los que todavía estamos acá. Y tiene un efecto multiplicador, se siente bien, es hermoso y te da energía.
-Con la toma de posesión de Juan Orlando, en Honduras se ha consolidado la dictadura disfrazada de democracia. En las elecciones vimos cómo se manipuló, se engañó al pueblo y se impuso, desde el Tribunal Supremo Electoral, al actual gobierno o régimen. Eso no abona en nada a la democracia, ni a los procesos de transparencia que requiere Honduras.
Quien tomó posesión del cargo presidencial este 27 de enero controla todas las instituciones del Estado, y su partido se abocó a la tarea de aprobar una serie de leyes que atentan contra los derechos humanos, la Constitución y los tratados internacionales de los cuales Honduras es suscriptora.
En este sentido, todas aquellas personas que nos oponemos a este gobierno, y que defendemos la idea de que hay que devolverle al país aquella democracia formal que le fue arrebatada con el golpe de Estado de 2009, nos encontramos en una situación de vulnerabilidad absoluta.
Sin embargo, estoy firmemente decidida a continuar con lo que el COFADEH viene haciendo desde hace más de 30 años, profesionalizándonos cada vez más y consolidando nuestra capacidad de investigar, documentar y denunciar las violaciones de los derechos humanos.
Solamente así vamos a evitar que el país se vaya hundiendo cada vez más, en medio de un retroceso acelerado de la institucionalidad y la democracia.
-¿Qué pasos va a dar el COFADEH?
-No va a ser fácil, pero desafiar los momentos difíciles siempre ha sido nuestro quehacer. Lo que más nos interesa ahora es ser certeros y efectivos en las denuncias, para que nadie pueda tratar de politizar o descalificar nuestro trabajo de defensoras de derechos humanos.
El reconocimiento a una destacada trayectoria
-En diciembre, en Porto Alegre, varias organizaciones, incluyendo la Rel-UITA, te otorgaron un importante reconocimiento por tu trayectoria en la promoción de la defensa de la vida. ¿Cómo viviste esta noticia?
-Debo confesarte que al inicio pensé que se trataba de una broma, porque se aproximaba el Día de los Inocentes. Cuando vi tu nota y las fotos me di cuenta de que todo era cierto, y debo reconocer que experimenté una gran conmoción. Fue muy gratificante.
Los reconocimientos que le hacen a uno por su desempeño en el trabajo son muy satisfactorios, te hacen sentir bien. Ver a Gerardo (Iglesias) retirar el reconocimiento en mi nombre fue algo fuerte y me sentí feliz. Quería transportarme hacia allá para decirle: “¡Gracias!”. Son gestos que nunca se olvidan.
-¿Estos reconocimientos ayudan, de alguna manera, a frenar la presión y el hostigamiento contra tu persona y el COFADEH?
-Son actos que tienen dos cosas implícitas. La primera es el apoyo directo hacia la persona, la organización y la causa que se defiende. La segunda es que manda un mensaje muy claro a los que oprimen, que no respetan los derechos humanos, que promueven políticas de Estado para endurecer el salvajismo contra las y los defensores de derechos humanos.
Son actos de blindaje de la solidaridad hacia nosotras, porque hay conciencia de los riesgos en que uno trabaja. Todo esto nos compromete más con la causa de la defensa de la vida. Además, es un reconocimiento a la memoria, y la memoria somos todos y todas, los que se fueron y los que todavía estamos acá. Y tiene un efecto multiplicador, se siente bien, es hermoso y te da energía.
Fuente: Rel-UITA
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