Foto G. Trucchi | Opera Mundi |
Leticia Salomón argumentó que el Estado de Derecho correría riesgo con una Presidencia de Juan Orlando Hernández
Por Giorgio Trucchi | Opera Mundi
El tema de seguridad y de cómo combatir la desbordante violencia que ha llevado Honduras a ser considerada el país más violento del mundo, ha copado en gran medida la agenda político-electoral del candidato oficialista, Juan Orlando Hernández. Su receta ha sido muy clara: el país vive una emergencia y si queremos que los niveles de violencia disminuyan necesitamos de los militares en las calles para proteger a la población.
Este concepto de militarizar la seguridad pública, unido a un creciente debilitamiento de la instituciones del Estado, cuyo control está casi totalmente en manos del partido de gobierno y de su candidato presidencial, es lo que ha despertado una profunda preocupación en varios sectores de la sociedad y del mundo académico.
Leticia Salomón, socióloga y profesora-investigadora sobre Defensa y Seguridad del Departamento de Ciencias Sociales de la UNAH (Universidad Nacional Autónoma de Honduras), dijo a Opera Mundi que la fuerte campaña mediática impulsada por Juan Orlando Hernández, además de tener el objetivo de sumar votos jugando con el miedo de las personas, se inserta en una dinámica de militarización de la sociedad y de restitución de un rol protagónico a las Fuerzas Armadas.
Opera Mundi: Honduras vive una situación dramática en cuanto a la violencia y la seguridad. ¿Cuál es su análisis al respecto?
Leticia Salomón: En Honduras tenemos una tasa de homicidios que es casi 10 veces más del estándar normal que la OMS (Organización Mundial de la Salud) fija en 8.8 por cada 100 mil habitantes. Pero tenemos 10 ciudades en las que esta misma tasa sube hasta 200 homicidios por cada 100 mil habitantes.
Esta situación se suma a una fuerte debilidad del Estado de Derecho, donde las instituciones del sistema de justicia, junto con la Policía, enfrentan una crisis muy fuerte de legitimidad y sufren acusaciones muy graves de corrupción, ineficiencia y falta casi absoluta de la aplicación de las leyes.
La crisis de legitimidad y credibilidad del Estado de Derecho se evidenció con mucha fuerza durante el golpe de Estado de 2009, y fue agravándose durante estos últimos años a raíz de la creciente proliferación de armas en el país, y por la falta de visión clara del manejo del tema de seguridad y violencia de parte de los partidos políticos.
Esa falta de visión llevó los partidos políticos a delegar la seguridad pública a los militares, militarizando la función policial y aumentando la inseguridad entre la población que, en la mayoría de los casos, es percibida como un enemigo y no como algo que hay que proteger.
Todos estos elementos juntos constituyen una combinación explosiva que pone en serio peligro la paz social y la sostenibilidad de la democracia. Ante una crisis profunda de la institucionalidad de un país, los que se fortalecen son los militares.
OM: La campaña electoral del candidato oficialista Juan Orlando Hernández ha sido marcada por el tema de la seguridad pública. ¿Cuál es su opinión?
LS: El candidato ha colocado la militarización de la seguridad pública como su tema de campaña y esto significa, no solamente sacar los militares a las calles para tratar de sumar votos jugando con el miedo de las personas, sino crear nuevos cuerpos élites. Ejemplo de ello son los “Tigres” -un híbrido aberrante porque combina policía de investigación, fuerzas de tareas y de ataque-.
La nueva PMOP (Policía Militar de Orden Público), a la que le quieren dar rango constitucional, es el ejemplo más claro de cómo se pretende que los militares desempeñen funciones que son propias de la policía. Tener en las calles a gente que está formada para atacar y aniquilar al enemigo es una verdadera amenaza para la seguridad.
Estamos presenciando, entonces, a una verdadera manipulación de la campaña electoral de parte del candidato oficialista y ex presidente del Congreso. Con esta estrategia, que implica también un ataque directo y un discurso ideologizado contra el partido Libre (Libertad y Refundación) y su candidata, Xiomara Castro, Hernández está tratando de asegurarse el voto duro del Partido Nacional, el voto indeciso -que en las últimas cuatro elecciones ha sido determinante para la victoria final- y el voto de aquellos sectores recalcitrantes que apoyaron el golpe de Estado.
Si este candidato gana las elecciones, preparémonos a una total recuperación de los espacios institucionales claves que los militares habían perdido en 1995 con el inicio de la reforma militar.
OM: ¿De qué espacios estamos hablando?
LS: Estamos hablando de instituciones como las telecomunicaciones, la Marina y migración, de ministerios claves como son el de Defensa y de Seguridad, pero también de la subordinación de la Policía a las Fuerzas Armadas y el total control de la seguridad pública. El riesgo es que la diferencia entre el respeto al Estado de Derecho y la violación del mismo se vaya haciendo cada vez más estrecha, hasta desaparecer.
En este sentido, es prioritario intervenir para definir muy claramente la diferencia entre Seguridad y Defensa, la separación de la Policía de las Fuerzas Armadas, y la conducción civil y democrática de estas instituciones.
Además hay que ir a fondo del contenido de la formación que les están dando a los policías. Es necesario transformar completamente todo el sistema de formación de los policías. Sólo así tendremos a agentes que no miran a las personas como enemigos que hay que reprimir, sino como ciudadanos que hay que defender.
OM: En un encuentro con medios internacionales, Hernández ha asegurado que estas medidas extremas se deben a la emergencia que vive el país, y que su estrategia se basa sobre todo en el tema de prevención.
LS: Entre los políticos hay un gran desconocimiento del tema de seguridad. En el caso de él es más grave todavía, porque ha puesto la cuestión en manos de militares que no tienen ni idea de los alcances de este tema tan fundamental.
OM: En varias ocasiones, el candidato oficialista ha expresado: “Voy a hacer lo que tenga que hacer para erradicar la delincuencia”. ¿Cómo interpreta esta declaración?
LS: Fue un desliz muy fuerte de parte de él y es una clara amenaza hacia la ciudadanía. Es decir, va a combatir la inseguridad a como dé lugar, pasando por encima del Estado de Derecho, de los derechos humanos, arrasando con todo con tal de conseguir resultados. Eso es muy peligroso y tiene un marcado sello de autoritarismo.
OM: Hay sectores de la sociedad que miran la presencia de militares en las calles como un elemento de contención de la delincuencia y la inseguridad. ¿Crees que con esta estrategia Hernández está sumando votos?
LS: Hay un sector que sí cree en eso, pero hay otro sector de la población que ha vivido lo que quiere decir tener a los militares en las calles reprimiendo al pueblo. Va a ser difícil, si no imposible, convencerlos a votar por un candidato que es socio de los militares.
OM: ¿Cuál es el papel que Estados Unidos tuvo en la creciente militarización de la sociedad hondureña?
LS: Estados Unidos ha mantenido una política clara, es decir, cuidar de sus intereses, como la lucha al narcotráfico o la presencia hegemónica en la región. Ha manejado el tema de las armas y del financiamiento militar en base a la coyuntura y a sus intereses del momento. Lamentablemente, nuestros políticos tienen la culpa de no haber impulsado nunca una política nacional frente a Estados Unidos. No somos sus socios, sino sus sirvientes.
Fuente original: Opera Mundi (portugués)
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