Foto G.Trucchi | Rel-UITA |
“Pese a la represión vamos creciendo y fortaleciéndonos”
Por Giorgio Trucchi | Rel-UITA
El fuerte impulso que se está dando en Costa Rica a la expansión del monocultivo de piña de parte de las grandes transnacionales fruteras norteamericanas y de un creciente número de productores nacionales, está acarreando graves problemas ambientales y de pérdida de soberanía alimentaria, registrándose también todo tipo de violaciones a los derechos laborales y sindicales.
El fuerte impulso que se está dando en Costa Rica a la expansión del monocultivo de piña de parte de las grandes transnacionales fruteras norteamericanas y de un creciente número de productores nacionales, está acarreando graves problemas ambientales y de pérdida de soberanía alimentaria, registrándose también todo tipo de violaciones a los derechos laborales y sindicales.
Osvaldo Vargas es el nuevo secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Piña y Frutas Tropicales (SINTRAPIFRUT), una de las cuatro organizaciones sindicales que integran la Federación Nacional de Trabajadores de la Agroindustria y Afines (FENTRAG).
A partir de 2009, con mucho sacrificio y enfrentándose a las constantes embestidas de la patronal, el SINTRAPIFRUT ha logrado organizar a un creciente número de trabajadores y trabajadoras en la finca Piñas del Muelle, en Cutris, San Carlos, propiedad de Dole (Standard Fruit Company de Costa Rica S.A.)
-¿Cómo llegaron a conformar al SINTRAPRIFRUT?
-No fue fácil pero era necesario, ya que las condiciones que vivíamos las y los trabajadores en las plantaciones de piña eran y siguen siendo muy difíciles, con un alto grado de persecución y de violaciones laborales y sindicales.
Al inicio logramos crecer muy rápidamente y afiliamos a unos 160 trabajadores, en su mayoría migrantes nicaragüenses. De seguir así, hubiésemos logrado el 33 por ciento de afiliación sindical, que es la cantidad mínima necesaria para poder negociar un convenio colectivo.
En 2012, la compañía, en el afán de destruirnos y aprovechando de la situación de pobreza y de endeudamiento generalizado que afecta a los trabajadores, propuso un plan de liquidación con la entrega inmediata de todas las prestaciones.
El golpe fue muy duro y casi nos hace desaparecer, sin embargo logramos reaccionar y nos reorganizamos.
Los trabajadores hechos jugo
La piña no tan dulce
-¿Cuáles son las principales problemáticas en la plantación?
-Las condiciones laborales son muy duras y las jornadas muy extensas, casi siempre a la intemperie y sin un apoyo real cuando los trabajadores se enferman o sufren algún accidente laboral o adquieren una enfermedad laboral.
El salario es bajo y varía según la temporada, la cosecha o el tipo de trabajo, si es a destajo, por tiempo o por tarea.
En la planta empacadora la jornada laboral puede ser de hasta 11 o 12 horas, dependiendo de la cantidad de producción. Por el contrario, cuando la empresa decide meter doble turno, se reduce el horario pero también el salario.
Sin embargo, lo que más sufrimos es el hostigamiento y el ataque constante a la libertad sindical.
El despido, el pasado 1 de octubre, de la recien electa Fiscal de nuestra junta directiva Ana Rosa Urbina López, quien además estaba incapacitada por accidente laboral, es un claro ejemplo de la grave situación que vivimos.
Lamentablemente, nadie habla de esta situación y Dole sigue gozando de certificaciones internacionales, proyectando en el mundo una imagen que no existe en la realidad.
-¿Cuál es la situación actual del SINTRAPIFRUT?
-Con mucha dificultad, pero sin renunciar nunca a nuestros objetivos, logramos volver a crecer. Actualmente tenemos a unos 70 afiliados y seguimos enfrentándonos a las arremetidas de la compañía y de las organizaciones filopatronales que operan en la finca.
En este sentido, ha sido muy importante la alianza que estrechamos con varios sindicatos de la agroindustria, como el SINTRACOBAL, el SITRAP y el SINTRASTAFCOR. Hablamos el mismo idioma, nos entendemos muy bien, y hasta nos hemos juntado para crear la FENTRAG.
Eso nos está permitiendo tener también una proyección internacional a través de la UITA, y esto nos da más fortaleza.
A partir de 2009, con mucho sacrificio y enfrentándose a las constantes embestidas de la patronal, el SINTRAPIFRUT ha logrado organizar a un creciente número de trabajadores y trabajadoras en la finca Piñas del Muelle, en Cutris, San Carlos, propiedad de Dole (Standard Fruit Company de Costa Rica S.A.)
-¿Cómo llegaron a conformar al SINTRAPRIFRUT?
-No fue fácil pero era necesario, ya que las condiciones que vivíamos las y los trabajadores en las plantaciones de piña eran y siguen siendo muy difíciles, con un alto grado de persecución y de violaciones laborales y sindicales.
Al inicio logramos crecer muy rápidamente y afiliamos a unos 160 trabajadores, en su mayoría migrantes nicaragüenses. De seguir así, hubiésemos logrado el 33 por ciento de afiliación sindical, que es la cantidad mínima necesaria para poder negociar un convenio colectivo.
En 2012, la compañía, en el afán de destruirnos y aprovechando de la situación de pobreza y de endeudamiento generalizado que afecta a los trabajadores, propuso un plan de liquidación con la entrega inmediata de todas las prestaciones.
El golpe fue muy duro y casi nos hace desaparecer, sin embargo logramos reaccionar y nos reorganizamos.
Los trabajadores hechos jugo
La piña no tan dulce
-¿Cuáles son las principales problemáticas en la plantación?
-Las condiciones laborales son muy duras y las jornadas muy extensas, casi siempre a la intemperie y sin un apoyo real cuando los trabajadores se enferman o sufren algún accidente laboral o adquieren una enfermedad laboral.
El salario es bajo y varía según la temporada, la cosecha o el tipo de trabajo, si es a destajo, por tiempo o por tarea.
En la planta empacadora la jornada laboral puede ser de hasta 11 o 12 horas, dependiendo de la cantidad de producción. Por el contrario, cuando la empresa decide meter doble turno, se reduce el horario pero también el salario.
Sin embargo, lo que más sufrimos es el hostigamiento y el ataque constante a la libertad sindical.
El despido, el pasado 1 de octubre, de la recien electa Fiscal de nuestra junta directiva Ana Rosa Urbina López, quien además estaba incapacitada por accidente laboral, es un claro ejemplo de la grave situación que vivimos.
Lamentablemente, nadie habla de esta situación y Dole sigue gozando de certificaciones internacionales, proyectando en el mundo una imagen que no existe en la realidad.
-¿Cuál es la situación actual del SINTRAPIFRUT?
-Con mucha dificultad, pero sin renunciar nunca a nuestros objetivos, logramos volver a crecer. Actualmente tenemos a unos 70 afiliados y seguimos enfrentándonos a las arremetidas de la compañía y de las organizaciones filopatronales que operan en la finca.
En este sentido, ha sido muy importante la alianza que estrechamos con varios sindicatos de la agroindustria, como el SINTRACOBAL, el SITRAP y el SINTRASTAFCOR. Hablamos el mismo idioma, nos entendemos muy bien, y hasta nos hemos juntado para crear la FENTRAG.
Eso nos está permitiendo tener también una proyección internacional a través de la UITA, y esto nos da más fortaleza.
Fuente: Rel-UITA
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