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| Gerardo Iglesias |
Por Gerardo Iglesias | Rel-UITA
El desalojo de la hacienda Marina Cué, en Curuguaty, el pasado 15 de junio de 2012, dejó un saldo de 17 muertos.
El procedimiento policial fue tan violento como injusta es la distribución de la tierra en Paraguay, donde el 80 por ciento de las tierras cultivables está en manos del 2 por ciento de los propietarios, y 300 mil campesinos deambulan con las raíces al aire. Paniagua tiene 27 años, de familia campesina; primero sufrió la desidia de un Estado hecho a la medida de la oligarquía, y luego su vocación más ejercitada: la represión.
-¿Cuánto hace que están en la Casa del Pueblo del Partido Revolucionario Febrerista, en Asunción?
-Hace 15 días. Somos seis personas que estamos con prisión domiciliaria, tres hombres y tres mujeres. Además, hay dos pequeñitos, uno de tres meses y otro de tan solo un mes. Estamos acá porque se están realizando audiencias judiciales sobre el caso que nos concierne.
-¿Hay dos bebés aquí?
-Sí, presos también junto a sus mamás. Es una situación muy difícil porque todos nosotros somos de Curuguaty, una zona bastante alejada de Asunción. Allá está toda nuestra familia. Además, hay otros cinco compañeros detenidos en las cárceles de Tacumbú, Coronel Oviedo y La Esperanza.
-¿Cómo evalúas el proceso judicial?
-No hay interés en solucionar nuestra situación. El fiscal no tiene realmente nada contra nosotros, pero no hay voluntad, o no saben cómo dar término a esto. Lo que nosotros pedimos es que se haga justicia, y que se aclare de una vez todo lo que ocurrió allá. No somos culpables de lo que pasó en Marina Cué, solo queremos tierra para trabajar, nada más. Nosotros, cuando la matanza, nos quedamos en Marina Cué, queríamos hablar con los policías, y ellos actuaron con terrible violencia.
-¿Cómo te ganas la vida?
-Trabajo en las chacras, hago trabajo ajeno... por día...
-Hace 15 días. Somos seis personas que estamos con prisión domiciliaria, tres hombres y tres mujeres. Además, hay dos pequeñitos, uno de tres meses y otro de tan solo un mes. Estamos acá porque se están realizando audiencias judiciales sobre el caso que nos concierne.
-¿Hay dos bebés aquí?
-Sí, presos también junto a sus mamás. Es una situación muy difícil porque todos nosotros somos de Curuguaty, una zona bastante alejada de Asunción. Allá está toda nuestra familia. Además, hay otros cinco compañeros detenidos en las cárceles de Tacumbú, Coronel Oviedo y La Esperanza.
-¿Cómo evalúas el proceso judicial?
-No hay interés en solucionar nuestra situación. El fiscal no tiene realmente nada contra nosotros, pero no hay voluntad, o no saben cómo dar término a esto. Lo que nosotros pedimos es que se haga justicia, y que se aclare de una vez todo lo que ocurrió allá. No somos culpables de lo que pasó en Marina Cué, solo queremos tierra para trabajar, nada más. Nosotros, cuando la matanza, nos quedamos en Marina Cué, queríamos hablar con los policías, y ellos actuaron con terrible violencia.
-¿Cómo te ganas la vida?
-Trabajo en las chacras, hago trabajo ajeno... por día...
Fuente: Rel-UITA
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