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Por Tiempo
Juan Carlos “El Tigre” Bonilla pretendió expulsar del sitio donde se encontró el cuerpo del periodista Aníbal Barrow a los investigadores de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) que durante 16 días trabajaron en la investigación, la localización y captura, mediante allanamientos, de los sospechosos de participar en la privación injusta y la muerte del comunicador.
Los investigadores acudieron al crique, situado en medio de las cañeras de la colonia Siboney de Villanueva, donde el martes pasado se recuperó el cadáver del comunicador, pero cuando levantaban indicios el general Bonilla les ordenó “salirse” del lugar.
El general también ordenó el desalojo de los representantes de los medios de comunicación, pese a que estos se encontraban del otro lado del crique, alejados de la escena y sin la posibilidad de violentarla por la cantidad de agua contaminada y lechuga acuática que los dividía.
Autoridades presentes en la escena confirmaron a Diario TIEMPO que los agentes, cumpliendo la orden, se alejaron del crique, sin embargo el lugar siguió siendo ocupado por miembros de otras unidades policiales, fiscales, forenses, bomberos y militares.
“La misión de los agentes era determinar si en el mismo lugar donde fue hallado el cuerpo también fue mutilado y quemado, antes de ser lanzado al crique, pero no fue posible hacer ninguna inspección, por la invasión y contaminación de la escena por parte de militares, bomberos y policías preventivos, encabezados por el general Juan Carlos Bonilla”, lamentó una autoridad que estuvo en el sitio y que presenció el altercado.
Los medios de comunicación pudieron fotografía al Tigre Bonilla paseándose por el lugar plácidamente mientras los agentes aun no levantaban los indicios. Al otro extremo estaban las cámaras captándolo todo.
Además los investigadores buscaban recolectar tierra de la zona para cotejarla con la hallada en el guardafango de la camioneta de Barrow y así confirmar si fue trasladado hasta ese sitio en su propio vehículo o en otro, tomando en cuenta que dentro del carro se encontró sangre, fragmentos de cráneo y una prótesis dental. Además, el vidrio de la puerta del pasajero tenía un orificio de bala de salida, lo que significa que dispararon desde dentro del automotor.
La autoridad también criticó el “desmérito” que el jerarca policial le dio a la DNIC al afirmar, durante una conferencia de prensa que brindó en la primera estación, que el caso de Aníbal Barrow se ha resuelto gracias al trabajo realizado por miembros de la Dirección Nacional de Servicios Especiales de Investigación (DNSEI).
“Fueron los agentes de la DNIC, junto con fiscales de la Unidad de Impacto Social y las máximas autoridades del Ministerio Público, encabezadas por Diana Elvir, los que han puesto alma y corazón para resolver este caso”, declaró la fuente.
“En la audiencia inicial (celebrada ayer) contra los cuatro sospechosos de participar en el crimen del periodista, fueron los agentes de la DNIC los que se presentaron para rendir informe de la investigación y de la evidencia recopilada hasta el momento. Ningún policía preventivo, militar o de la DNSEI puede hacer eso porque ninguno ha trabajo en el caso para pararse frente a un juez”, enfatizó.
El general también ordenó el desalojo de los representantes de los medios de comunicación, pese a que estos se encontraban del otro lado del crique, alejados de la escena y sin la posibilidad de violentarla por la cantidad de agua contaminada y lechuga acuática que los dividía.
Autoridades presentes en la escena confirmaron a Diario TIEMPO que los agentes, cumpliendo la orden, se alejaron del crique, sin embargo el lugar siguió siendo ocupado por miembros de otras unidades policiales, fiscales, forenses, bomberos y militares.
“La misión de los agentes era determinar si en el mismo lugar donde fue hallado el cuerpo también fue mutilado y quemado, antes de ser lanzado al crique, pero no fue posible hacer ninguna inspección, por la invasión y contaminación de la escena por parte de militares, bomberos y policías preventivos, encabezados por el general Juan Carlos Bonilla”, lamentó una autoridad que estuvo en el sitio y que presenció el altercado.
Los medios de comunicación pudieron fotografía al Tigre Bonilla paseándose por el lugar plácidamente mientras los agentes aun no levantaban los indicios. Al otro extremo estaban las cámaras captándolo todo.
Además los investigadores buscaban recolectar tierra de la zona para cotejarla con la hallada en el guardafango de la camioneta de Barrow y así confirmar si fue trasladado hasta ese sitio en su propio vehículo o en otro, tomando en cuenta que dentro del carro se encontró sangre, fragmentos de cráneo y una prótesis dental. Además, el vidrio de la puerta del pasajero tenía un orificio de bala de salida, lo que significa que dispararon desde dentro del automotor.
La autoridad también criticó el “desmérito” que el jerarca policial le dio a la DNIC al afirmar, durante una conferencia de prensa que brindó en la primera estación, que el caso de Aníbal Barrow se ha resuelto gracias al trabajo realizado por miembros de la Dirección Nacional de Servicios Especiales de Investigación (DNSEI).
“Fueron los agentes de la DNIC, junto con fiscales de la Unidad de Impacto Social y las máximas autoridades del Ministerio Público, encabezadas por Diana Elvir, los que han puesto alma y corazón para resolver este caso”, declaró la fuente.
“En la audiencia inicial (celebrada ayer) contra los cuatro sospechosos de participar en el crimen del periodista, fueron los agentes de la DNIC los que se presentaron para rendir informe de la investigación y de la evidencia recopilada hasta el momento. Ningún policía preventivo, militar o de la DNSEI puede hacer eso porque ninguno ha trabajo en el caso para pararse frente a un juez”, enfatizó.
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