sábado, 15 de diciembre de 2012

Venezuela: Lealtad con Chávez hasta más allá de esta vida

Por Nicolás Maduro

Queridos compatriotas:

Queremos entregarles en nombre del comandante Chávez un abrazo lleno de amor, de afecto, a todos y todas ustedes. El compromiso renovado diariamente con nuestro pueblo.

Especialmente, quisiera transmitirles un saludo muy cariñoso y de recuerdos a los compañeros del Metro de Caracas que están aquí, que hace quince años compartíamos los espacios de trabajo y de lucha, como hombres y mujeres de resistencia. Allí en esos espacios en que estábamos juntos, por lo menos no nos conocíamos los compañeros Elías; no nos conocíamos hace veinte años. 

Cada quien andaba en un espacio de lucha, resistiendo contra el neoliberalismo, contra los gobiernos de la burguesía, que saqueaban y reprimían al pueblo.

El camarada William Ojeda estuvo preso por el libro que sacó en su momento. Ahí en La Dolorita, ahorita, cuando veíamos la escalera larga, esa escalera está llena de la sangre de los humildes.

¿Cuántos compañeros motorizados no recogieron a sus amigos de calle, de cuadra, asesinados en aquella masacre inolvidable que nos llenó de dolor y de indignación el 27, 28 de febrero y 1 de marzo del año 1989?

Quizás algunos compañeros, algunos son todavía niños, otras son muy jóvenes, quizás estaban naciendo o eran muy pequeños y no vivieron directamente la época de la masacre, ni vivieron tampoco directamente aquel día de resurrección nacional, aquel día que oloroso a pólvora amaneció Caracas, cuando salió Chávez y los patriotas bolivarianos a despertar, con sus fusiles, y a levantar las banderas de Bolívar y de este pueblo irredento.

Chávez nos unió a todos, Chávez nos llamó y nos convocó, nos ha formado a todos y a todas, nos ha formado en los valores de la verdad, de la solidaridad, del humanismo, del cristianismo verdadero dicho y practicado, del respeto y del amor al pueblo, del poder popular.

Chávez ha sido y es para nosotros un padre, nos ha formado en la rectitud, en el trabajo, en la lucha, en la resistencia, en el antiimperialismo militante, en las banderas de Bolívar y en las ideas de una sociedad socialista, que estos niños que están aquí van a ver, van a construir y van a vivir. Una sociedad donde podamos, con el trabajo de todos, levantar esta patria.

Esta obra que aquí se inauguró hoy en el acto de gobierno correspondiente para su inauguración, que ya finalizó, que ya terminamos, es una prueba. Si ustedes los niños y los jóvenes, y todos, los trabajadores y las trabajadoras, evaluáramos por qué esta obra y cómo se construyó, sacaríamos tremendas lecciones. En primer lugar, de dónde salió el dinero para construir esta obra. ¿Ustedes saben cuánto dinero se invirtió? 382 millones de dólares. Eso es mucha plata, billete sobre billete como se dice, mucha plata. ¿Y ese dinero antes para dónde iba? Para Miami, a las cuentas de los que gobernaban aquí, bandidos y ladrones todos. Además de gobiernos antipopulares, hacían gobiernos profundamente corruptos que corrompieron el alma nacional.

Sólo ahora es que se está redimiendo el alma, el alma de la patria y de la nación, que somos todos nosotros, como decía Alí Primera, porque el alma y la patria es el pueblo. Y en primer lugar, ¿por qué existe ese dinero? Porque Hugo Chávez, nuestro jefe, nuestro padre, nuestro líder y nuestro Presidente, al frente de un gobierno de revolucionarios y de patriotas, recuperó el petróleo.

Hace diez años, de eso sí se acuerdan los más jóvenes, ¿verdad?, pretendieron dar el zarpazo para destruir la empresa petrolera, y en una fecha como hoy 10 de diciembre, los venezolanos no teníamos gasolina, ni gas, ni comida, ni nada, nos quitaron todo. Lo que no nos quitaron fue la alegría de luchar, la dignidad y con esa dignidad los derrotamos.
Ellos creían que podían derrotarnos por hambre, por desesperación, que podían confundir al pueblo y que el pueblo confundido iba a salir a matarse unos contra otros, y el pueblo confundido iba a derrocar a Chávez. No pudieron, ni podrán, y ese petróleo recuperado después en febrero, marzo, abril del 2003 recuerden, recordemos, con ese petróleo recuperado, comenzó a ordenarse entonces el plan para construir esta patria que tenemos.

Sin esa victoria del 13 de abril de 2002, sin esa victoria contra el paro petrolero, el sabotaje petrolero, sería imposible que hoy Mariche estuviera recibiendo una de las obras más avanzadas de este mundo, porque un Metrocable como estos sólo lo tienen los grandes ricos, allá en sus villas de ricos para hacer turismo; porque ustedes ven que es hermosísimo, y entonces un Metrocable de estos por allá por ese mundo, pasando entre unas montañas, van a jugar golf, a hacer esquí.

Aquí nosotros no lo construimos para ir a practicar esquí; aquí lo construimos para que en vez de cuatro horas en una cola, estén en 17 minutos y puedan atender a sus niños, educarlos, ver a su familia. Y 382 millones de dólares, ya sabemos de dónde lo sacamos, ¿verdad? De la recuperación. Pero también, de la recuperación del manejo de las finanzas públicas, porque todo ese dinero cuando no había control de cambio, ese dinero, ¿quién podía comprar los dólares aquí? ¿Ustedes pueden ir y comprar 100 millones de dólares?, ¿alguno de ustedes? Los patiquines estos, como el Caprilín, esos sí, él y sus financistas y su apellido de burgués oligarca, ellos sí pueden ir, y entonces era un chorro, entraba el chorro de dólares y como había libre cambio, venían ellos con su chorro de bolívares mal habidos muchos y se los llevaban completico.

Por eso el 2003, cuando estaban saqueando las finanzas del país, el Presidente puso un control de cambio, y hoy podemos decir a esta hora, ese control ha funcionado bastante bien. Claro que se puede mejorar y se va a mejorar, pero ha funcionado bien, y de ahí ha surgido este dinero.

Así que nosotros, analizando esta obra, podemos entender la Venezuela que hoy tenemos, y podemos entender lo que es el socialismo, poco a poco lo que es el socialismo, que no es otra cosa que la sociedad de iguales, la sociedad donde el pueblo tiene el poder.

Veníamos hablando con unas compañeras de los consejos comunales, cuando subimos en la cabina junto a Elías, y allí surgió una conversación sencilla, si el pueblo no gobierna, ¿quién gobierna? La burguesía. Es entre dos la partida: o ellos o nosotros; o el poder popular gobernando con Chávez al frente o esa burguesía saqueando la patria.

Y ahí está el dilema de ustedes, la gente de bien, la gente honesta, la gente que ama a su país, que quiere lo mejor para sus hijos, para su familia. Ahí está nuestro mensaje.
Miranda, si algún estado necesita un gobernador que le duela su tierra y su patria, y que este conectado con Chávez en el mando de este estado, es el estado Miranda.

Quizás a ustedes, como están metidos todos los días en su trabajo, no les da chance de recorrer el país. Pero nosotros sí lo recorremos, y les podemos decir hoy aquí en Petare, municipio Sucre, que esta derecha que se la da de sabihondos, esta derecha engominada, que se creen que son lo último en conocimiento, son responsables de la destrucción, por lo menos de tres ciudades, que son tres ciudades claves del país; ¿ustedes saben cuáles son?
Si ustedes van para Maracaibo, era una de las ciudades más bellas de Venezuela, su organización urbana, su limpieza, sus cosas ordenadas, sus avenidas, sus calles. Hoy Maracaibo la han convertido los gobiernos de la derecha en un chiquero, hueco por todos lados, aguas servidas por las calles, basura. La mayor inseguridad de este país está en Maracaibo.

Lo mismo en Mérida, ¿quién ha ido a Mérida que esté aquí? Mérida es una de las ciudades más hermosas, la tacita de plata de Venezuela para el turismo, y ahora Mérida está destruida absolutamente, huecos y basura, y cuando uno llega aquí a Petare, a uno le parece estar llegando también a Maracaibo o a Mérida.

Esta derecha ha destruido las principales ciudades de este país, Maracaibo, Mérida, el municipio Sucre, Carabobo, el estado Lara.

¿Por qué lo hacen? Primero, porque desprecian al pueblo. En segundo lugar, porque gobierna con la burguesía; y en tercer lugar, porque la obsesión de ellos, la obsesión de esos alcaldes de la derecha y de estos gobernadores como aquí en Miranda, es destruir a Chávez, es acabar con Chávez.

Y más aún: el de aquí, que el pueblo y el comandante Chávez le metieron una tremenda revolcada el 7 de octubre, pero sigue con su obsesión. Él dice que va a ser Presidente. En el 2525 será presidente de la Luna, pero de Venezuela ¡jamás!

Es muy importante lo que dice el compañero y hermano Elías Jaua. Ustedes saben las ventajas que tiene para el estado Miranda y para todos los estados del país que el gobernador esté conectado directamente con el Presidente de la República, con todo el gobierno nacional y pueda agilizar, acelerar los planes. Ahorita, el compañero Elías Jaua nos estuvo hablando de un conjunto de planes de vivienda, nos estuvo hablando de los nuevos planes de seguridad para Miranda.

Así como decíamos de Maracaibo, que es una de las ciudades más inseguras; pero ¿qué decimos de Miranda? El estado más inseguro del país, el más sucio, el más descuidado. ¿Dónde se dan los secuestros y crímenes de este país? Aquí en el municipio Sucre, lamentablemente, y en Baruta.

Por eso nosotros decimos a los habitantes de Baruta, ¿hasta cuándo algunos, nuestros queridos compatriotas de Baruta, van a votar por esa misma gente que los ha llevado a tener el peor municipio y seguridad del país?

Aquí, responsablemente, a nombre del comandante Hugo Chávez, de todas las fuerzas del Polo Patriótico, nosotros les pedimos a ustedes que se vayan por las calles y que el domingo 16 de diciembre, queridos compatriotas, movilicemos hasta al gato, para que Elías Jaua sea el gobernador del estado Miranda.

Nosotros le podemos decir, como dijo la Almiranta Jefa, coordinadora del cuerpo de inspectores e inspectoras socialistas de la Presidencia de la República, cuando le dijimos, si ellos ya han hecho una inspección profunda de toda esta obra, y ella dijo: "Certifico que esta obra está en plenas condiciones".

Podemos decir hoy, después de catorce años, que Chávez nos encontró, nos reencontró, podemos decir aquí desde el corazón, después de haber vivido con Elías la Constituyente, el golpe, el contragolpe, las victorias populares el 2004, 2006, después de haber compartido horas y horas, y días de trabajo, de desvelo las 24 horas del día; después de haber sido conducidos por Elías en la Vicepresidencia de la República; aquí certificamos la calidad humana y la capacidad de trabajo, la capacidad política de Elías Jaua para asumir la gobernación de Miranda y convertir a Miranda en un territorio de hombres y mujeres libres, en un espacio de progreso, de prosperidad.

Y no son palabras hechas para un discurso. Lo decimos porque es absoluta verdad, un hombre de las cualidades humanas, de la sensibilidad, de la humildad, de la entrega al trabajo de Elías Jaua, es difícil encontrar; de la lealtad al comandante Hugo Chávez, la lealtad absoluta.

A Elías le tocó vivir, nos tocó vivir, horas muy difíciles cuando se inició todo este proceso. Desde aquel 11 de junio de 2011, nos tocó acompañar al comandante Hugo Chávez, allí siempre en las buenas y en las malas, en las circunstancias duras que nos ha tocado vivir y allí la lealtad, la firmeza, hizo que Elías se creciera, porque así es la vida, las circunstancias críticas son pruebas que nos pone la vida, que nos pone Dios, para ver si nosotros podemos enfrentarlas o no.

Hoy podemos decir junto a nuestro comandante Hugo Chávez que la prueba que nos ponga la vida la vamos a superar, y estas circunstancias que estamos viviendo la vamos a superar también, con coraje, con amor, con la oración.

Levanten la mano los que creen en Dios. Que levanten la mano los que creen además de Dios, en otras fuerzas espirituales. Tenemos que respetar nuestras creencias unos con otros, Dios por delante.

Por eso nosotros les decimos a ustedes que esta oración diaria llega. ¿Y ustedes saben por qué llega? Porque esta tierra venezolana, suramericana, es una tierra bendita; esta es tierra de Dios. Por eso es que aquí se parió a un Simón Bolívar, a un Simón Rodríguez, a un Francisco de Miranda, a un Andrés Bello, a un Antonio José de Sucre. No fue la casualidad, es porque esta tierra es sagrada y somos los hijos de esos libertadores; y somos los hijos y las hijas de ese gran hombre llamado Hugo Chávez Frías, parido de esta tierra también. Parido de esta tierra de combatientes y luchadores.

Por eso es que, en medio de la tristeza que nos embarga, del dolor, quien tenga que llorar que llore, porque nuestro llanto es la expresión más pura del amor que tenemos por Chávez y por la patria y de nuestros hijos. Así que es un llanto puro y purificador. Pero el llanto, del llanto de adentro de aquí, de las entrañas, tiene que surgir la fuerza con coraje para seguir acompañando a Chávez y para que cada quien haga lo que tiene que hacer en su trabajo, en su familia; todos los días y, especialmente –y así se lo pedimos a todo el pueblo de Venezuela– el 16 de diciembre, ese día cuando estemos ahí en el centro de votación, ahí estamos con Chávez, ahí le vamos a rezar un Padrenuestro desde adentro del corazón, a nuestro Comandante, para acompañarlo en su recuperación. De milagro en milagro, y este milagro lo vamos a lograr todos también con nuestra oración y con nuestra fuerza.

Y ese voto del 16, ese voto del domingo es un voto de lo más profundo que nosotros jamás hemos hecho; es completar el ciclo del 7 de octubre, la victoria del 7, y despejar el camino de la estabilidad política de este país, para ir al desarrollo del Plan de la Patria, ese plan de todos, ese plan que estamos haciendo para estos años.

¿Cuándo acá habíamos vivido esto? Nunca. Hoy somos una gran familia, además de compatriotas, compañeros y camaradas, podríamos decirnos todos los días hermanos y hermanas, porque así nos sentimos. Hoy somos una gran familia. Una familia que lucha porque todos sus hermanos y sus hijos estemos bien. Ese es el socialismo. El socialismo es el momento cuando la ley de Dios, de la igualdad y la justicia, se haga en la Tierra, aquí, y ese es el socialismo que nos ha convocado Chávez.

Y aquí estamos, 10 de diciembre. Hace once años –¿recuerdan ustedes?– Fedecámaras ensayó el primer paro, se pararon ellos por allá y el mundo dijo: "Se paró Venezuela contra Chávez, Chávez se va". Se va a quedar será, porque han pasado los años y seguirán pasando los años.

Y un 10 de diciembre de 1859, un día como hoy, los abuelos de nuestros abuelos, los pata en el suelo, le trazaron una estrategia de una trampa al ejército godo, allá en los campos de Santa Inés; y les creyeron que iban triunfando y ellos tomaron en forma de herradura un gran campo: Santa Inés; y el ejército federal, el ejército zamorano fue retirando sus tropas y les aplicó lo que nos ha explicado el comandante Chávez, una estrategia retardatriz. 
Cuando el ejército godo entró con sus apellidotes –los apellidos esos de los ricos iban al frente de ese Ejército, lo financiaban– cuando entraron todos, se cerró la compuerta de pueblo. Era una guerra militar.

Nosotros hoy ganamos nuestras guerras con votos y conciencia. Antes se ganaba con las armas en la mano y en esa batalla de Santa Inés, en dos horas se acabó el ejército de los godos. Y Zamora proclamó la victoria de la federación, proclamó la victoria del pueblo. Siglo XIX, 10 de diciembre de 1859. Nuestra propia sangre, nuestra propia historia.

Lamentablemente, cuando Zamora venía con las tropas de los descamisados, de los desdentados, de nuestros abuelos, de los indios, de los mestizos, de los negros, de los pobres, de los blancos pobres de todas las épocas; cuando venía Zamora con nuestros abuelos a caballo, se paró en San Carlos, un 9 de enero y un 10 de enero, los traidores infiltrados en sus fuerzas acabaron con la vida del general Zamora de un balazo.

Y pasaron un siglo y medio de lucha, siglo y medio, para que apareciera Chávez, para que apareciera Zamora otra vez, reencarnado en una idea, en un proyecto, en un 
espíritu, en un pueblo que ha sabido reivindicar la historia de los grandes de esta patria.
Gracias a Chávez eternamente, por habernos traído a Bolívar vivo, por habernos traído a Zamora vivo y por haber resucitado a este pueblo en su conciencia.

Por eso, cuando el presidente Chávez, el sábado pasado dijo lo que dijo, que el tenía la fortuna de sentirse acompañado, a nosotros se nos metió un sentimiento aquí, porque así es, Chávez tiene un pueblo, nos tiene a nosotros y nos tendrá por siempre en esta batalla de victoria en victoria.
Con nuestra lealtad, hasta más allá de esta vida, vamos a ser leales a Hugo Chávez.
Lo que se está jugando aquí no es una elección más, aquí en cada elección se juega la patria, el futuro, en cada elección, pero sobre todo en esta que viene, y allá en La Habana el domingo, el presidente Chávez en la noche, cuando prenda Venezolana de Televisión o Telesur y vea por ahí a las 11 de la noche, el reporte, el presidente Chávez tiene que ver cómo el mapa se va prendiendo, una luz roja en Miranda, una luz roja en Zulia, una luz roja en Lara, en Anzoátegui, en Aragua, en Carabobo, en Táchira, en Mérida, en el Amazonas; ¡rojo, rojito el mapa de Venezuela el próximo 16 de diciembre! Eso lo vamos a ver. Y nos va a llenar de una gran felicidad y a él lo va a llenar esa gran fuerza de sentirse acompañado.

Apenas el Presidente habló, recibimos las llamadas de compañeros del mundo. El primero fue el presidente Correa, quien al escuchar a Chávez mandó a prender los motores de su avión y se quería venir para Venezuela de manera inmediata. Y nos avisó anoche: "Mañana aterrizo en La Habana". Y ahora está el presidente Correa en La Habana, dejó todo lo que tenía que hacer para ir con Chávez; y el presidente Evo Morales está en una gira en España y va para allá para La Habana; y la presidenta Cristina y la presidenta Dilma han llamado para expresar su solidaridad permanente y que le transmitamos al pueblo de Venezuela que contamos con su sentimiento y contamos con el acompañamiento de los pueblos de Brasil, de Argentina, de Ecuador, de Bolivia, de Chile, de Colombia, de Perú, del Alba, de Petrocaribe, de Nicaragua, de Cuba, de Fidel, de Raúl y del mundo entero.

Sólo con Bolívar se escuchó el nombre por primera vez, de algo que se llamaba Venezuela. Y ahora, y cuando uno va a cualquier lugar del mundo –y por razones que ustedes saben, a mí me ha tocado ir a muchos lugares– y uno va a un mercado popular a tomarse un café; y en algún idioma le preguntan a uno: "¿de dónde son ustedes?" Y uno dice: "de Venezuela". Y la gente voltea: "¡Chávez!". Es la marca de Venezuela en el mundo, pero es una marca positiva. Porque antes nos conocían por otros nombres. ¡Ah, la corrupción! Decían antes, no sé quién la corrupción, el petróleo, las mises; ahora está bien que nos conozcan por las mises, la belleza de la mujer venezolana, pero donde uno va, en la esquina que uno se meta, hasta en la China por allá, lejísimos, que puede pensar uno, un chino por allá en un quiosquito tipo La Hoyada, preguntando en chino con un traductor, "¿y ustedes de dónde son?". "De Venezuela". Chávez, Chávez, América. Chávez, ese es nuestro orgullo, eso somos.

Estos niños van a crecer como genios, viene la generación genio en Venezuela, que son nuestros niños, porque van a ser y van a crecer con la educación de esta época histórica y los valores positivos.

Ya para terminar les reiteramos, no nos desmayemos, no nos confiemos, estamos frente como dijo ayer Diosdado, frente este animal, estamos frente a un ejército de dragones de Komodo, que botan la baba, el veneno así, que van persiguiendo y te tocan y te envenenan. Ellos se quedan quietos y siguen y después tú caes por allá. Esos dragones perversos que están por ahí regados, mintiendo todos los días.

¿Qué pueden decir de mentiras de Elías? Un hombre honesto, un hombre trabajador, un hombre de familia, porque Elías sí tiene su mujer, el sí tiene su mujer y sus hijos. Y es una diferencia importante, porque es diferente cuando uno tiene su mujer, su compañera, sus hijos, el sentimiento es otro. Uno cada paso que da en la vida, lo da cuidando de ellos, a los nietos, a las nietas; es otra responsabilidad en la vida.

Además, lo que ha hecho Elías en la vida es trabajar y bregar y luchar, a él no le han comprado nunca un cargo. Es un hombre que se lo ha ganado con lucha, con honestidad y con tranquilidad. Y sabemos que Elías va a ser un gobernador gigantesco en su eficiencia, en su trabajo.

Así que, queridos compatriotas, vamos a desplegarnos, acompañando al Presidente con la oración y con la acción, oración-acción, todos los días, y vamos a construir la inmensa satisfacción que vamos a sentir esa noche del 16 de diciembre, cuando veamos a Miranda ser territorio de Bolívar, territorio de Miranda, territorio de los bolivarianos.

Muchas gracias compatriotas.


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