miércoles, 8 de agosto de 2012

Hace 25 años Esquipulas 2

aporrea.org
por Informe Pastrán

Hace 25 años, inmediatamente después de firmados los acuerdos, los sandinistas en el poder sorprendían siendo los primeros en darle cumplimiento a los mismos, con la reaparición del diario La Prensa, que tenía un año de estar clausurado y creando la Comisión de Reconciliación Nacional, presidida por el cardenal Miguel Obando y Bravo, para lo cual fueron convocados los partidos políticos de oposición.

Inmersos en la guerra civil, los sandinistas procedieron a dar una amnistía general y  empujar una negociación con los contras para establecer ceses de hostilidades en las zonas de actividad armada. La guerra en Nicaragua era insostenible, con una economía colapsada… Inmediatamente, el entonces Arzobispo de Managua sostuvo relaciones con dirigentes de los contras en Estados Unidos, manteniendo así un contacto indirecto que facilitaría la paz.

Mientras en Nicaragua se avanzaba, en otros países había dificultades para la puesta en práctica de Esquipulas II. Las negociaciones para el alto el fuego con las guerrillas se interrumpieron en Guatemala y El Salvador, y en Honduras pasó mucho tiempo para crear la comisión de reconciliación.

Por su parte la administración republicana de Ronald Reagan había declarado su desagrado por el acuerdo de Guatemala, pero seguía dando equipamiento a los Contras y a los gobiernos militares de Guatemala, El Salvador y Honduras.

Washington utilizaba los fuertes medios de presión de que dispone para empujar hacia una aplicación unilateral de Esquipulas II, intentando convertir a Nicaragua en responsable de los posibles fallos. La aprobación de Esquipulas II fue un acto importantísimo de afirmación de una actitud independiente por parte de Centroamérica.

El enorme valor del Plan de Esquipulas es que logró la paz. Más allá de su realización, Esquipulas II adquiere en perspectiva un valor simbólico, referencial, fundacional, de la posibilidad de construir en Centroamérica una visión común y una acción común para la superación de la crisis. Queda superar la desigualdad social, el atraso, la pobreza extrema, la violencia, la inseguridad y el narcotráfico.

El expresidente de Guatemala Marco Vinicio Cerezo Arévalo, uno de los promotores de los acuerdos de Esquipulas que en 1987 abrieron el proceso de paz en Centroamérica, aseguró que la región "necesita un nuevo" convenio de ese tipo para enfrentar "las nuevas patologías del mundo moderno". "Centroamérica necesita negociar un nuevo acuerdo, un Esquipulas III, para garantizar la gobernabilidad de los países y, juntos, hacer frente a las nuevas patologías del mundo moderno", dijo Cerezo en una entrevista con Efe en referencia al narcotráfico y el crimen organizado.

Como parte de los esfuerzos de pacificación, en mayo de 1986 se celebró una primera reunión en Esquipulas que sirvió de base para la firma, el 7 de agosto de 1987, del Acuerdo de Esquipulas II, que estableció el procedimiento para conseguir la "Paz Firme y Duradera" en la región… Cerezo, de 60 años y quien dirigió su país entre 1986 y 1991 como el primer gobernante electo de Guatemala después de una racha de más de 30 años de dictaduras militares, fue uno de los promotores de ambos convenios.

"La historia exige un nuevo acuerdo regional que aborde los nuevos problemas que enfrenta Centroamérica, pero también la agenda pendiente de los acuerdos de paz", que tras el cese de los conflictos internos aún no se han cumplido, señaló Cerezo, de 69 años… El narcotráfico y el crimen organizado que agobian a la región "han generado una enorme crisis social", y se han encontrado "un enorme caldo de cultivo" en las condiciones de pobreza y desigualdad que afectan a millones de centroamericanos, argumentó el ex gobernante.

Esquipulas II, que marcó el fin de las guerras que azotaban a Centroamérica en el marco de la Guerra Fría y dejaron centenares de miles de muertos, fue firmado por Vinicio Cerezo, José Napoleón Duarte de El Salvador, José Azcona de Honduras, Daniel Ortega de Nicaragua, actualmente en el poder, y el costarricense Óscar Arias, que ganó el Premio Nobel de la Paz en 1987 por su papel en esas negociaciones.

El expresidente costarricense Óscar Arias afirma que recuerda como si fuera ayer el 7 de agosto de 1987, cuando con sus homólogos de Centroamérica anunció un acuerdo político para acabar con las guerras en la región que, según él, 25 años después aún debe afianzar el sistema democrático.

Aquel día de 1987 "nadie creía que hubiéramos llegado a un acuerdo porque la presión de las dos superpotencias de entonces, Estados Unidos y la Unión Soviética, era muy fuerte para seguir con el conflicto" armado regional, declara Arias a Efe en una entrevista telefónica.

"Tanto el presidente (Ronald) Reagan como (Mijail) Gorbachov querían una solución militar en la región. Las superpotencias ponían las armas y los centroamericanos poníamos los muertos", dice Arias. El exgobernante detalla que la pacificación de la región, que en 1986 hervía con conflictos en Nicaragua, Guatemala y El Salvador, fue el tema central de su campaña política, con la que llegó a la Presidencia de Costa Rica aquel mismo año.

Lo que ha ocurrido a lo largo del último cuarto de siglo, opina Oscar Arias, ha sido una serie de avances democráticos en la región, "pero no los suficientes", alerta. "Recordemos que en el 2008 hubo elecciones municipales fraudulentas en Nicaragua, y en el 2009 un golpe de Estado en Honduras.

En el campo de la democracia si no se avanza se retrocede", insiste. Pero, a pesar de todo, Arias asegura que si tuviera una nueva oportunidad de ser artífice de negociaciones de paz "volvería a repetir el proceso" desarrollado en Centroamérica hace 25 años, "y si viviera en otras partes del mundo también haría lo mismo". 

"Fue una época en la que los jóvenes que debían estar sentados en un pupitre en un aula estaban con una ametralladora peleando en una montaña. Centroamérica era la región donde las madres enterraban a sus hijos y no al revés", subraya.


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