Este miércoles (4), la transnacional Monsanto, una de las mayores productoras de semillas transgénicas del mundo, divulgó sus rendimientos.
Al mismo tiempo, Amigos de la Tierra Internacional, Vía Campesina y Combat Monsanto publicaron el informe "Lucha contra Monsanto - Resistencia de los movimientos de base al poder empresarial del agronegocio en la era de la "economía verde” y un clima en cambio".
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El documento relata las principales luchas trabadas contra la Monsanto y otras grandes empresas de biotecnología que trabajan para propagar el uso indiscriminado de semillas transgénicas. También muestra que crece por el mundo el repudio de campesinos/as, agricultores/as orgánicos, comunidades locales, pueblos indígenas y movimientos sociales y ambientales contra el uso de los Organismos Genéticamente Modificados (OGMs) y el modelo agroindustrial representado por la Monsanto.
Las autoras del informe señalan que las denuncias y las objeciones realizadas a los cultivos de transgénicos están repercutiendo y "ejerciendo ahora influencia en los formuladores de políticas que tienen a su cargo la tarea de reglamentar los sectores de la alimentación y la agricultura con respecto a los cultivos transgénicos y los agrotóxicos
Un ejemplo de esto se ve en India, donde está en vigencia una moratoria al cultivo de berenjena Bt, una versión transgénica de ese alimento. En el país, está tomando forma un movimiento que pide la salida definitiva de la Monsanto de la región. Lo mismo está ocurriendo en Europa. El informe señala que varios países están en contra de la producción de OGMs y establecieron moratorias que prohíben la producción del maíz MON810 de la Monsanto, y de la papa Amflora del grupo químico alemán Basf.
Los países de América Latina y el Caribe también siguen el mismo camino. Además de las iniciativas del movimiento campesino brasilero orientadas a llamar la atención sobre la soberanía alimentaria alternativa, en Haití, los movimientos populares dijeron un sonoro NO! a las ‘donaciones’ de semillas híbridas hechas por la Monsanto para abastecer al país, arrasado por terremotos el 12 de enero de 2010.
En Perú, está en vigencia una moratoria de diez años para impedir la producción de transgénicos y en algunas regiones de Argentina hay órdenes judiciales que impiden la utilización de agrotóxicos en las cercanías de las casas. En Guatemala, país que padece altos índices de desnutrición, la actuación de las organizaciones sociales y ambientales camina en el sentido de alertar sobre programas de ayuda de Estados Unidos que podrían llevar al país semillas y alimentos transgénicos.
Por medio de este informe, de los testimonios y de los análisis, esperan conseguir mucho más. Amigos de la Tierra Internacional, Vía Campesina y Combat Monsanto quieren inspirar y unir a los consumidores, activistas y comunidades a levantar la voz contra los abusos cometidos por la Monsanto y por las otras empresas de biotecnología.
Con iniciativas como ésta, quieren impedir que la cifra de tierras cultivadas con semillas transgénicas se amplíe por el mundo. Actualmente, los cultivos genéticamente modificados ocupan el 3% de la tierra agrícola mundial y están en pocos países. El 90% de esos cultivos están en Estados Unidos, Brasil, Argentina, India y Canadá. En el informe se señala, además, que casi el 60% de los experimentos de campo de cultivos GM están en Estados Unidos. En los países ricos, la producción es revertida para alimentar a animales.
La producción de organismos genéticamente modificados destruye la diversidad de los cultivos, vuelve a los alimentos homogéneos, elimina el conocimiento y la cultura local, exige un uso de mayor cantidad de agrotóxico –producto que causa varios perjuicios a la salud de los seres vivos; aumenta la pobreza, las desigualdades y provoca la explotación indebida de recursos naturales.
Las autoras del informe señalan que las denuncias y las objeciones realizadas a los cultivos de transgénicos están repercutiendo y "ejerciendo ahora influencia en los formuladores de políticas que tienen a su cargo la tarea de reglamentar los sectores de la alimentación y la agricultura con respecto a los cultivos transgénicos y los agrotóxicos
Un ejemplo de esto se ve en India, donde está en vigencia una moratoria al cultivo de berenjena Bt, una versión transgénica de ese alimento. En el país, está tomando forma un movimiento que pide la salida definitiva de la Monsanto de la región. Lo mismo está ocurriendo en Europa. El informe señala que varios países están en contra de la producción de OGMs y establecieron moratorias que prohíben la producción del maíz MON810 de la Monsanto, y de la papa Amflora del grupo químico alemán Basf.
Los países de América Latina y el Caribe también siguen el mismo camino. Además de las iniciativas del movimiento campesino brasilero orientadas a llamar la atención sobre la soberanía alimentaria alternativa, en Haití, los movimientos populares dijeron un sonoro NO! a las ‘donaciones’ de semillas híbridas hechas por la Monsanto para abastecer al país, arrasado por terremotos el 12 de enero de 2010.
En Perú, está en vigencia una moratoria de diez años para impedir la producción de transgénicos y en algunas regiones de Argentina hay órdenes judiciales que impiden la utilización de agrotóxicos en las cercanías de las casas. En Guatemala, país que padece altos índices de desnutrición, la actuación de las organizaciones sociales y ambientales camina en el sentido de alertar sobre programas de ayuda de Estados Unidos que podrían llevar al país semillas y alimentos transgénicos.
Por medio de este informe, de los testimonios y de los análisis, esperan conseguir mucho más. Amigos de la Tierra Internacional, Vía Campesina y Combat Monsanto quieren inspirar y unir a los consumidores, activistas y comunidades a levantar la voz contra los abusos cometidos por la Monsanto y por las otras empresas de biotecnología.
Con iniciativas como ésta, quieren impedir que la cifra de tierras cultivadas con semillas transgénicas se amplíe por el mundo. Actualmente, los cultivos genéticamente modificados ocupan el 3% de la tierra agrícola mundial y están en pocos países. El 90% de esos cultivos están en Estados Unidos, Brasil, Argentina, India y Canadá. En el informe se señala, además, que casi el 60% de los experimentos de campo de cultivos GM están en Estados Unidos. En los países ricos, la producción es revertida para alimentar a animales.
La producción de organismos genéticamente modificados destruye la diversidad de los cultivos, vuelve a los alimentos homogéneos, elimina el conocimiento y la cultura local, exige un uso de mayor cantidad de agrotóxico –producto que causa varios perjuicios a la salud de los seres vivos; aumenta la pobreza, las desigualdades y provoca la explotación indebida de recursos naturales.
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