viernes, 2 de marzo de 2012

Honduras: 42 crímenes contra personas de la diversidad sexual durante régimen de Lobo

defensoresenlinea.com
Por Marvin Palacios - defensoresenlinea.com

Un detallado monitoreo realizado en medios de comunicación y otras fuentes por la Red Lésbica Cattrachas revela que durante el régimen de Porfirio Lobo Sosa se han cometido 42 crímenes de odio en Honduras contra miembros de la comunidad de la diversidad sexual.

La Red Lésbica Cattrachas informó que desde septiembre de 2008 a febrero de 2012 han ocurrido 71 asesinatos de la comunidad lésbico, gay, transexual, bisexual e intersexual (LGTTBI) en Honduras. 

Los departamentos con mayor incidencia de muertes violentas de estos colectivos de la diversidad sexual son Francisco Morazán, Cortés, Atlántida y El Paraíso.

Durante dos semestres del Gobierno de Manuel Zelaya se registraron 7 asesinatos, en el período de facto de Roberto Micheletti 22 y durante los cinco semestres de Porfirio Lobo Sosa se contabilizan 42 muertes violentas.

“Los crímenes de odio perpetrados en la colectivos de la diversidad sexual” fue el tema seleccionado por el Espacio de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos de Honduras (E-defenderh) ofrecido a ciudadanos y ciudadanas que ejercen la defensoría en varias regiones del país y que pertenecen a varias organizaciones del movimiento social hondureño.

La investigadora y documentalista de la Red Lésbica Cattrachas, Indyra Mendoza disertó sobre un tema que deja en entredicho la eficacia de la investigación y la capacidad de juzgar a los responsables, acciones en las cuales tienen responsabilidad el Ministerio Público y los tribunales de justicia.

De igual forma es preocupante que dentro de diversidad sexual, sean las personas transgénero las víctimas de odio, en un país intolerante e influenciado por un fundamentalismo religioso acuerpado por algunos medios de comunicación que inciden para generar la violencia en contra de estos colectivos.

Al respecto Indyra Mendoza explicó a defensoreselinea.com que los crímenes de odio se presentan cuando hay un prejuicio para asesinar o cometer actos de violencia contra personas por su orientación sexual, su identidad de género, su origen racial, su religión.

Es decir cuando una mayoría se siente hegemónica sobre otra minoría y sienten que en todo esto ellos tienen el poder cultural o social para poder ejercer odio.

“En esta comunidad las compañeras “transgénero” son las que tienen más crímenes de odio, recordemos que no hay una legislación de lo que son crímenes de odio, sí está el estatuto de Roma, sí están algunas leyes basadas en la no discriminación, pero ellas son las que tienen más éstos abusos, porque son violadas, quemadas, sus cuerpos cercenados, les quitan los testículos, la cabeza y son lanzados ahí, entonces hay muchas maneras de ser víctimas de crímenes de odio, sin tomar en cuenta que cuando son agresiones, les dicen palabras soeces, les tiran piedras y ese tipo de cosas”, detalló Mendoza.

Consultada sobre los obstáculos que se enfrentan para probar ante los tribunales que la muerte de personas  transgénero son crímenes de odio, Mendoza explicó que comenzando con la gran impunidad que hay en Honduras, ese es un gran problema, pero la otra cosa es la estigmatización que hay dentro de los funcionarios y funcionarias públicas, porque al ver a una compañera trangénero que es agredida y piensan de entrada que se lo merecía.

“Entonces ese problema de la homo-lesbo-transfobia está impresa en toda la gente, está impresa en las leyes, no tenemos ninguna ley de discriminación positiva, es decir que diga que no hay que discriminar por orientación sexual o por identidad de género”, sostuvo la investigadora.

Añadió que por identidad sexual nos discriminan en forma diferente y nos matan de forma diferente, las compañeras trans generalmente son acribilladas, son muertas con arma de fuego en la calle y como dije también sus cuerpos presentan otro tipo de lesiones o desmembramientos.

Mendoza apuntó que los compañeros gay por la generalidad son muertos por arma blanca, objeto contundente o romo y son muertos en sus espacios de vivienda, los encuentran siempre desnudos 3 días después y ahí no son crímenes de odio en su mayor parte, los casos que hasta ahorita están judicializados se ha encontrado que los hombres gay son asesinados por otros hombres, que son gay o que ejercen el trabajo sexual, todo esto se da por el ejercicio del poder patriarcal que hay entre hombres y hombres, o sea no es realmente por un crimen de odio.

“Y las mujeres lesbianas, en el cien por ciento de los casos registrados que hay que no son muchos, es muy difícil identificar la orientación sexual de una mujer cuando es asesinada, siempre son acribilladas y fuera de sus casas, como ninguno de los casos está judicializado, no tenemos la menor idea si es un crimen por orientación sexual o realmente es un femicidio.

Mendoza destacó que junto con el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) estamos subiendo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) un caso de crimen de odio contra una compañera transgénero que fue ejecutada por 3 policías de la posta El Manchén en Tegucigalpa.

“Estamos con la esperanza de que pase a la Corte, ya se hizo la introducción y estamos haciendo todos los pasos necesarios para que llegue a la Corte, es un caso súper solvente, porque se tenía todo lo necesario para enjuiciarlos en Honduras y se dejaron libres, la gente tiene que conocer esto, no se puede ocultar, porque el Estado tiene que ser responsable de sus acciones”, dijo Mendoza.

La investigadora de la Red Lésbica Cattrachas recalcó que desde el día en que el presidente Lobo Sosa tomó posesión hay 42 personas asesinadas por crímenes de odio, así que él después de haber firmado el Examen Periódico Universal (EPU) de Naciones Unidas y de haberse comprometido como estado parte, no ha cumplido con ninguna recomendación de las 7 dedicadas a orientación sexual e identidad de género y el incremento de las muertes ha sido impresionante, 42 personas.

Una de las asistentes a la jornada informativa del E-defender, Rachel Ramírez expresó que los crímenes de odio reflejan que nuestra sociedad en vez de avanzar, está dando muestras de un mayor salvajismo, un salvajismo fundamentalista que es uno de los más peligrosos.

Las amenazas que más me preocupan son el rechazo que nuestra sociedad hace hacia las personas diferentes al punto que no solo les quitan la vida, sino que las ultrajan, las despedazan literalmente, física y mentalmente.

“Los medios de comunicación, las grandes corporaciones exacerban el odio hacia estas personas, puesto que cuando enfocan estos temas, lo hacen provocando cóleras en los oyentes o en las oyentes porque las hacen creer que esas personas están carcomidas por el demonio y no evalúan lo que ocurre desde la ciencia, sino desde el mito, y el mito generalmente es el Dios en el que ellos creen”, sostuvo Ramírez.

Uno de los crímenes de odio emblemáticos en Honduras fue el de Cynthia Nicole (registrado al nacer como César Noel Moreno) ocurrido en el mes de enero de 2009, quien murió de 3 disparos en el pecho y uno  en la cara que le propinó un desconocido, mientras transitaba en su vehículo en el sector de  Guacerique de Comayaguela. Cynthia Nicole  era  una reconocida defensora de derechos humanos de la comunidad lésbico gay y transgénero. Se presume que fueron policías quienes la mataron.

Otro caso sucedió El 17 de diciembre de 2008, cuando un desconocido apuñaló 14 veces a Noelia, trabajadora sexual transgénero. Además de estas agresiones, el 20 de diciembre de ese año, personal policial en Tegucigalpa golpeó a una trabajadora activista transgénero dedicada a difundir la prevención del VIH/SIDA. La mayoría de los casos de crímenes de odio registrados en Honduras, permanecen en total impunidad.

 A la exposición sobre los crímenes de odio realizada en la sede de Mujeres en las Artes (MUA), acudieron defensores y defensoras de derechos humanos de varias organizaciones, la convocatoria fue hecha por el E-defender que está integrado por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh), la Asociación para una Ciudadanía Participativa (ACI-Participa) y el Centro de Prevención Tratamiento y Rehabilitación de Víctimas de la Tortura y sus Familiares (CPTRT).



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