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Hasta 357 reclusos habrían fallecido como consecuencia del incendio que se produjo en el centro penal de Comayagua, 90 km al norte de Tegucigalpa, en la región central de Honduras, según el último balance ofrecido este miércoles desde la oficina del fiscal general.
Se estima que los cuerpos serán ubicados en un campo de futbol "porque son tantos" que se requiere de un espacio grande, dijo el director de los centros penales en Honduras, Danilo Orellana.
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"Se estima que hay 357 muertos", ha afirmado Daniela Ferrera, de la oficina del fiscal. Por su parte, la experta forense Lucy Funes había indicado previamente que había por lo menos 275 muertos, si bien había aclarado que era "un informe preliminar" y podría haber más víctimas.
El ministro de Seguridad hondureño, Pompeyo Bonilla, ha confirmado que los muertos "son más de 200".
Disturbios se registran en la granja penal de Comayagua, zona central de Honduras, donde los familiares lograron penetrar hasta la zona donde se encuentran los cadáveres de las víctimas que son al menos 275, según reportes de medicina forense.
Los policías se han replegado ante la acción enardecida de los familiares. El ministro ha pedido "paciencia. Yo sé que no es fácil cuando se tiene dolor, pero necesitamos identificar los cuerpos antes de entregarlos".
Orellana dijo que "estamos en el levantamiento de cuerpos, anda arriba de 200 muertos, es bastante grave la situación, la mayoría murió por asfixia. No se trata de un motín, tomaron fuego varios módulos y se investigan las causas", declaró Orellana a la AFP desde el lugar de la tragedia.
El siniestro habría comenzado a eso de las 22H50 locales del martes (04H50 GMT del miércoles), precisó el funcionario, quien añadió que se investigan dos versiones, una que el siniestro habría sido provocado por uno de los presos y la otra por un cortocircuito.
El portavoz de la Secretaría de Seguridad, Héctor Iván Mejía, dijo a los periodistas que por la información preliminar que se ha recibido, "al parecer un cortocircuito" habría sido la causa del siniestro en uno de los dos módulos del presidio.
Orellana descartó que se trate de un motín, como señalaron informes preliminares, pues "incluso los policías ayudaron a sacar a los reos al patio", agregó. Orellana precisó sin embargo que todo aún está bajo investigación.
"Está entrando todo el equipo de forenses, aún es todo muy preliminar. Los reos -que lograron salvarse- están en el patio, mientras se controla la situación", agregó el jefe de penales. Los forenses deberán identificar a algunos de los cuerpos que están "carbonizados", explicó Mejía.
Decenas de quemados y heridos están siendo trasladados a varios hospitales de la ciudad de Comayagua. En la Penitenciaría Nacional de Comayagua estaban recluidos unos 850 presos.
El área del centro penal está fuertemente custodiada por el Ejército y la Policía y varios familiares de los presos permanecen apostados afuera de la prisión, desesperados esperando noticias de sus familiares.
Según relatos de testigos, algunos de los reclusos que consiguieron escapar de las llamas rompieron el techo; en tanto que hay versiones preliminares de que varios reos se fugaron.
Cientos de familiares se habían agolpado al amanecer del miércoles en las puertas de la granja prisión, ubicada unos cinco kilómetros al norte de la base aérea militar estadounidense de Palmerola.
"Mi hermano Roberto Mejía estaba en el módulo seis. Me han dicho que los de la seis están todos muertos", afirmó bajo el efecto de la conmoción Glenda Mejía.
A su lado Carlos Ramírez también esperaba noticias de su hermano Elwin, detenido por asesinato y quien también estaba en el módulo seis. "No me han dicho nada", expresó con la voz quebrada.
La prisión es un complejo agrícola ubicado a 500 metros de la carretera que une San Pedro Sula, la capital económica de Honduras, y Tegucigalpa, asiento del gobierno.
En este centro penitenciario los reclusos se dedican, entre otras actividades, al cultivo de hortalizas y la cría de cerdos.
Dos incendios similares ocurrieron en Honduras. El 17 de mayo de 2004, un siniestro causó la muerte de 107 presos, en la celda número 19 del Centro Penal de San Pedro Sula, debido, según las autoridades, a problemas estructurales de la prisión.
Un incendio similar también sucedió en abril de 2003, en la granja penal de La Ceiba, Atlántida al norte de Honduras, donde murieron 68 personas, entre ellas 61 "mareros".
Honduras cuenta en la actualidad con 24 establecimientos penitenciarios con capacidad para albergar 8,000 personas, pero la población carcelaria sobrepasa las 13,000.
El ministro de Seguridad hondureño, Pompeyo Bonilla, ha confirmado que los muertos "son más de 200".
Disturbios se registran en la granja penal de Comayagua, zona central de Honduras, donde los familiares lograron penetrar hasta la zona donde se encuentran los cadáveres de las víctimas que son al menos 275, según reportes de medicina forense.
Los policías se han replegado ante la acción enardecida de los familiares. El ministro ha pedido "paciencia. Yo sé que no es fácil cuando se tiene dolor, pero necesitamos identificar los cuerpos antes de entregarlos".
Orellana dijo que "estamos en el levantamiento de cuerpos, anda arriba de 200 muertos, es bastante grave la situación, la mayoría murió por asfixia. No se trata de un motín, tomaron fuego varios módulos y se investigan las causas", declaró Orellana a la AFP desde el lugar de la tragedia.
El siniestro habría comenzado a eso de las 22H50 locales del martes (04H50 GMT del miércoles), precisó el funcionario, quien añadió que se investigan dos versiones, una que el siniestro habría sido provocado por uno de los presos y la otra por un cortocircuito.
El portavoz de la Secretaría de Seguridad, Héctor Iván Mejía, dijo a los periodistas que por la información preliminar que se ha recibido, "al parecer un cortocircuito" habría sido la causa del siniestro en uno de los dos módulos del presidio.
Orellana descartó que se trate de un motín, como señalaron informes preliminares, pues "incluso los policías ayudaron a sacar a los reos al patio", agregó. Orellana precisó sin embargo que todo aún está bajo investigación.
"Está entrando todo el equipo de forenses, aún es todo muy preliminar. Los reos -que lograron salvarse- están en el patio, mientras se controla la situación", agregó el jefe de penales. Los forenses deberán identificar a algunos de los cuerpos que están "carbonizados", explicó Mejía.
Decenas de quemados y heridos están siendo trasladados a varios hospitales de la ciudad de Comayagua. En la Penitenciaría Nacional de Comayagua estaban recluidos unos 850 presos.
El área del centro penal está fuertemente custodiada por el Ejército y la Policía y varios familiares de los presos permanecen apostados afuera de la prisión, desesperados esperando noticias de sus familiares.
Según relatos de testigos, algunos de los reclusos que consiguieron escapar de las llamas rompieron el techo; en tanto que hay versiones preliminares de que varios reos se fugaron.
Cientos de familiares se habían agolpado al amanecer del miércoles en las puertas de la granja prisión, ubicada unos cinco kilómetros al norte de la base aérea militar estadounidense de Palmerola.
"Mi hermano Roberto Mejía estaba en el módulo seis. Me han dicho que los de la seis están todos muertos", afirmó bajo el efecto de la conmoción Glenda Mejía.
A su lado Carlos Ramírez también esperaba noticias de su hermano Elwin, detenido por asesinato y quien también estaba en el módulo seis. "No me han dicho nada", expresó con la voz quebrada.
La prisión es un complejo agrícola ubicado a 500 metros de la carretera que une San Pedro Sula, la capital económica de Honduras, y Tegucigalpa, asiento del gobierno.
En este centro penitenciario los reclusos se dedican, entre otras actividades, al cultivo de hortalizas y la cría de cerdos.
Dos incendios similares ocurrieron en Honduras. El 17 de mayo de 2004, un siniestro causó la muerte de 107 presos, en la celda número 19 del Centro Penal de San Pedro Sula, debido, según las autoridades, a problemas estructurales de la prisión.
Un incendio similar también sucedió en abril de 2003, en la granja penal de La Ceiba, Atlántida al norte de Honduras, donde murieron 68 personas, entre ellas 61 "mareros".
Honduras cuenta en la actualidad con 24 establecimientos penitenciarios con capacidad para albergar 8,000 personas, pero la población carcelaria sobrepasa las 13,000.
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