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Por Pepe Escobar - Asia Times Online
Nadie ha perdido dinero nunca apostando a la insensatez de los políticos de la Unión Europea (UE). Y si comercias con petróleo alégrate, muérete de risa; como era de esperar, los Ministros de Exteriores de la UE, siguiendo dócilmente al gobierno de Barack Obama, han dado luz verde a un embargo total del petróleo iraní.
El
embargo no solo se aplica a los contratos nuevos, sino también a los
existentes, que vencerán el 1 de julio. E incluso se imponen sanciones
adicionales al Banco Central de Irán y a las exportaciones petroquímicas
a la UE.
Es esencial recordar siempre que el embargo –una declaración de guerra económica de facto por
parte de Europa- fue propuesto enérgicamente en primer lugar por el
neo-napoleónico «liberador» de Siria y Presidente de Francia Nicolás
Sarkozy. La excusa oficial de la guerra económica son las «severas y
crecientes preocupaciones por el programa nuclear iraní».
No sirvió de nada que Moscú advirtiese a los países de la UE
para que dejen de actuar como simples peones de Washington disparando
una vez más sobre sus propios pies calzados por Ferragano. Los rusos
saben todo lo que hay que saber respecto a lo terriblemente
contraproducente que puede ser este embargo.
La UE
defiende su estrategia –o guerra económica- como única manera de evitar
«el caos en Oriente Medio». Sin embargo la guerra económica puede
acabar provocando la guerra real que teóricamente intenta prevenir. ¡Una
serie de consecuencias imprevistas está al acecho!
Y
eso nos lleva directamente al asunto del Estrecho de Ormuz. Teherán ha
reiterado que únicamente lo cerrará –repetimos, únicamente- si se
bloquean las exportaciones de petróleo de Irán. Esa medida representaría
un golpe mortal a la economía iraní, totalmente dependientes de las
exportaciones petróleo, por no hablar del régimen controlado por el
Supremo Líder Ayatolá Ali Jamenei.
El cambio de régimen es el verdadero
plan de Washington y sus mascotas europeas (Vea «El mito de ‘Irán aislado», Rebelión, 20 de enero de 2012), pero eso no se le puede aclarar a la opinión pública mundial.
Las huellas de mis lágrimas
De
los cinco principales importadores de petróleo iraní cuatro están en
Asia; dos miembros del BRICS (China e India), más los aliados de EE.UU.
Japón y Corea del Sur. Se puede argumentar imparcialmente que todos
estos importadores culparían severamente a los estadounidenses y
europeos por sus provocaciones (de hecho algunos ya lo están haciendo)
si Irán considerase bloquear –o activar una serie de minas- en el
Estrecho de Ormuz.
La UE,
por su parte, importa unos 600.000 barriles diarios de petróleo de
Irán; es aproximadamente un 25% de las exportaciones diarias de petróleo
de Irán, de 2,6 millones de barriles. El principal importador en la UE
es Italia. Otros importadores claves son España y Grecia. Todos estos
países del Club Med, para decirlo cuidadosamente, en la actualidad están
enredados en profundos líos económicos.
En su discurso político la UE
insiste en su denominado «enfoque de doble pista» respecto a Irán.
Dejando de lado el discurso, la doble pista se traduce en la práctica
como «callad, ceded ante nuestras naciones, dejad de enriquecer uranio y
sentaos a la mesa a negociar según nuestras condiciones».
Por lo tanto cuando la jefa de política exterior de la UE
–la estupendamente inocua Catherine Ashton– discursea sobre la «validez
del enfoque de doble pista», los diplomáticos serios de todo el mundo
en desarrollo solo pueden interpretarlo como lo que es: un chiste. No es
exactamente un incentivo para que Irán renueve sus negociaciones
nucleares con el grupo de los «Seis de Irán» (los miembros del Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas: EE.UU., Gran Bretaña, Francia,
Rusia, China y Alemania).
Mientras
tanto, el Señor de las mascotas europeas –el gobierno de Obama– aplica
todo tipo de presiones sobre las potencias asiáticas para que dejen de
comprar petróleo iraní. Para todas ellas –incluidas Japón y Corea del
Sur– seguirá haciendo lo mismo: necesitan el petróleo de Irán aún más
que Occidente.
Incluso BP –el
supercontaminador del Golfo de México– ha solicitado al gobierno de
Obama una exención de las sanciones. Todo tiene que ver con el capítulo
crucial del «Ductistán», el desarrollo del inmenso yacimiento de gas Sha
Deniz II de Azerbaiyán.
No hay
forma de que Europa se pueda beneficiar del gas del Mar Caspio sin una
enorme inversión de 22.000 millones de dólares para desarrollar Shah
Deniz II, en el cual Irán tiene una participación del 10%. Shah Deniz II
sería esencial para abastecer el gasoducto Nabucco, si se llega a
construir. Nabucco soslaya a Rusia, aliado estratégico de Irán que
casualmente mantiene una influencia oculta en el suministro de gas de
Europa, como los propios europeos nunca dejan de lamentar en Bruselas.
Si
Irán lo bloquea, el acuerdo muere. Por lo tanto tenemos una situación
post surrealista en la que Gran Petróleo de Gran Bretaña –a través de
BP– implora a EE.UU. que lo exima de las sanciones, de otra manera la
seguridad energética de Europa estaría en peligro. También sucede que
Gran Bretaña es un implacable enemigo del régimen de Teherán, pero
todavía se basa en Irán para que «salve» Europa de las garras de
Gazprom. Es algo imposible de inventar.
La City nunca duerme
El
nombre del juego de Irán será siempre el cambio de régimen porque el
perenne sueño húmedo de Washington y sus mascotas europeas es apoderarse
de la fabulosa riqueza de petróleo (12,7% de las reservas globales) y
gas. Y el hecho es que esa riqueza ya está beneficiando a la Red de Seguridad Energética Asiática y no a Occidente.
Los inmensos yacimientos de Azadegan del Norte y del Sur –26 millones de barriles– son explotados –quién si no- por China; la Corporación Nacional
de Petróleo de China está desarrollando ambos, con una inversión de
8.400 millones de dólares en los próximos 10 años.
En cuanto al campo
Yadavaran, está siendo desarrollado por la Corporación
de Petróleo y Química de China; en cuatro años producirá casi 200.000
barriles diarios. Y todo esto sin mencionar el mayor yacimiento de gas
del mundo –South Pars– del cual Irán posee una gran parte, junto con
Catar.
Y luego tenemos el crucial
frente del petrodólar. Dominique Strauss-Kahn (DSK), poco antes de verse
obligado a dimitir de su puesto de director general del Fondo Monetario
Internacional por un escándalo sexual, insistía en el final del
dólar estadounidense como moneda mundial de reserva, proponiendo en su
lugar los derechos especiales de giro del FMI –la moneda virtual del FMI
que incluye el dólar estadounidense, el euro, la libra, el yen y el
yuan-
Bueno, ya está ocurriendo por
otros caminos. Memorando para un eje Washington/Bruselas que no hace sus
deberes: China e India ya están soslayando las sanciones de EE.UU./UE
contra Irán.
Tres miembros del BRICS
(Rusia, India y China), más Japón e Irán –una poderosa mezcla de los
mayores productores y consumidores de energía– ya comercian, o están a
punto de hacerlo, con sus propias monedas.
Rusia e Irán acaban de
comenzar a comerciar en riales y rublos. Todas estas potencias tienen
acuerdos bilaterales, que inexorablemente serán multilaterales; y eso se
traduce en que el dólar estadounidense comienza a desvanecerse
lentamente como moneda de reserva global, con todas las consecuencias
sísmicas que esto implica.
Es como
si un mundo atónito estuviera observando un suicidio ritual a cámara
lenta cometido por Occidente dominado por Washington.
También aparecen auspicios anaranjados en este Año del Dragón –la próxima bolsa de divisas que negociarán en yuanes en la City de Londres-. Pekín lo desea, y la City lo desea como nunca. Teherán ya vende petróleo en yuanes a Pekín. Imaginad a Irán utilizando la Bolsa de la City
en yuanes y de esa forma manteniendo el acceso a todos los mercados
globales, sin que le importe la avalancha de sanciones y embargos de la UE y EE.UU.
Obviamente, los actores de la City
saben que una bolsa de yuanes «de libre comercio» en Londres puede
resultar una ventaja para Irán; pero a diferencia de esos idiotas de
Bruselas, por lo menos los embaucadores de la City saben que los negocios son los negocios.
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su nuevo libro, recién aparecido, es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com.
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