lunes, 5 de diciembre de 2011

Honduras: COPINH denuncia violación derechos del pueblo Lenca

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Por COPINH

El COPINH manifiesta su  preocupación por el agravamiento de la  violación de los derechos individuales y colectivos del Pueblo Lenca.
 
Esta realidad es el efecto directo de las agresivas políticas, a cargo del régimen encabezado por Pepe Lobo y Juan Orlando Hernández, propias de la perversidad capitalista: transnacionalización, privatización, crisis climática y alimentaria.  

Estas políticas se expresan con claridad en nuestros territorios, de esta manera:
 
1.- La  persistente amenaza de privatización de ríos como el Gualcarque, a través de un complejo de varias represas que incluye desde el municipio de San Francisco de Opalaca y la parte norte de Intibucá, hasta San Francisco de Ojuera, en Santa Bárbara. Amenazados también están los ríos Guarajambala,   Chinacla,  Togola,  San Juan,  Uluita y otros más. 
 
Muchas de estas iniciativas, ahora llamadas en el lenguaje tramposo neoliberal “proyectos limpios, alternativos y verdes”, mantienen su propósito de generar energía desde la lógica capitalista depredadora y de saqueo, que implica pérdida de autonomías, soberanías,  territorios, culturas y biodiversidad. 
 
Nuevamente denunciamos el inconsulto proyecto hidroeléctrico de San José, en La Paz, de donde también se extrae en altas horas de la noche, gran cantidad de material con fines desconocidos. 
 
Alertamos a la zona suroccidental, particularmente la zona fronteriza con la república de El Salvador, de que se cierne nuevamente la amenaza de la represa hidroeléctrica El Tigre, contra la cual hemos luchado por más de 16 años.
 
2.- Sumamos a estos proyectos los de explotación minera, categóricamente rechazados por las comunidades, pero que cuentan con la complicidad de varias alcaldías de las zonas y funcionarios del gobierno central.
 
3.- Denunciamos el concesionamiento, que es lo mismo que privatización, que se ha iniciado ya a través de la instalación de contadores, del servicio de agua potable en el municipio de Jesús de Otoro, que pretenden entregar a  consorcios europeos y empresarios nacionales, con las presiones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del diputado Miguel Gámez, que se ensaña con su condenable racismo contra el Pueblo Lenca, como en su momento lo hizo en contra del Pueblo Garífuna, hasta llegar al extremo de llamar “idiotas” a quienes nos oponemos a esta humillación, y a manifestar abiertamente que él, el tristemente célebre diputado, es el representante de las trasnacionales. Celebramos y acompañamos la ardua lucha del pueblo de Jesús de Otoro, especialmente de las mujeres, en contra de esta privatización. 
 
4.- Denunciamos que comunidades del Municipio de Piraera, están siendo obligadas a la aplicación de un catastro municipal que implica el cobro de más impuestos, sin tomar en cuenta la profunda situación de empobrecimiento y exclusión de estas zonas; con la intervención colonialista de la llamada Cooperación Europea  a través de las municipalidades. 
 
5.- Condenamos la criminalización contra nuestra organización por parte de autoridades públicas, como el diputado Gámez y  el alcalde de San Francisco de Opalaca, Socorro Sánchez, que junto a sus regidores, ejerciendo abuso de autoridad, amenazan a habitantes indígenas de este municipio que son militantes del COPINH, y a quienes desean participar en nuestra organización. Han manifestado públicamente su pretensión de prohibir la organización comunitaria y municipal del COPINH, desconociendo que la creación de ese municipio es producto de nuestras movilizaciones y acciones. Este alcalde, con un pensamiento retorcido propio de fascistas y dictadorzuelos, amenaza con que procederá de diferentes formas para evitar la presencia del COPINH.
 
6.- Denunciamos a la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente –SERNA-, que descaradamente se atrevió a manifestar, ante las audiencias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington, que el gobierno está cumpliendo con el respeto a las consultas comunitarias y a los derechos de los pueblos indígenas establecidos en el Convenio 169 de la OIT, a raíz del acuerdo suscrito en julio del presente año, producto de nuestra movilización “En Defensa de Nuestros Territorios, Autonomías y Vidas”. Desmentimos tal aseveración. Condenamos el incumplimiento de sus obligaciones en el marco de los compromisos asumidos, su servilismo como siempre hacia los politiqueros, empresarios explotadores y ladrones de nuestras riquezas. Igualmente denunciamos que integrantes de algunos sectores han usado estas acciones, descalificando nuestro derecho a luchar para mejorar nuestras condiciones de vida, en una verdadera campaña en contra nuestra. Reiteramos que nuestras luchas inmediatas no están reñidas con la legitimidad de nuestras propuestas políticas radicales, y que no renunciamos a ninguna de las dos. 
 
7.- Advertimos a SERNA, al Congreso Nacional y a demás instancias gubernamentales, que no aceptaremos ningún proyecto de implementación de  mecanismos y/o legislación sobre consultas previas, libres e informadas a nombre de los pueblos indígenas. Las mismas sólo pueden venir de los pueblos indígenas y negros bajo sus propios conceptos, definiciones, cosmovisiones y decisiones  como pueblos y en sus propios tiempos.
 
8-El COPINH hace un llamado a que luchemos contra el femicidio y otras formas de violencia que se ejercen contra las mujeres. Esta situación, que ha aumentado en municipios como La Esperanza, Intibucá, San Miguelito, Masaguara y otros, son parte de la indefensión total que aqueja a las mujeres triplemente agredidas por el hecho de ser mujeres, indígenas, y por ser impactadas por la exclusión económica y social.
 
9.- Rechazamos y condenamos una vez más el racismo oprobioso que destina a los y las jóvenes indígenas Lencas, en condiciones de agudización de miseria en las comunidades y la nula existencia de otras opciones, al ejercicio obligatorio del servicio militar, para usarlos como carne de cañón y enfrentarlos a su propio pueblo. Llamamos al pueblo hondureño a reflexionar sobre lo que significa condenar a sus hijos indígenas y pobres a ser víctimas de esta detestable iniciativas. 
 
10.- Rechazamos la profundización de la militarización de la sociedad hondureña, con la asignación a las Fuerza Armadas de funciones de seguridad ciudadana. No olvidemos que esa institución sólo ha servido para entregar la soberanía nacional, para asesinar, reprimir, torturar, dar golpes de estado, cuidar a los empresarios y trasnacionales, agredir a pueblos hermanos. Las Fuerzas Armadas son indignas y criminales, y por lo tanto deben desaparecer. Ante la crisis en las fuerzas policiales, manifestamos que no sólo deben de ser intervenidas por instancias legítimas, con capacidad y ética, sino también deben ser  realmente depuradas y deben ser juzgados quienes están comprometidos con la represión o la corrupción. Dicho proceso sólo será posible y efectivo, si se logra que desaparezcan los grupos que se turnan en la hegemonía y control para el servicio de los poderes facticos, reales y perversos que desangran el país y fortalecen el narco-estado. Saludamos la lucha y decisión de diversos sectores de la sociedad hondureña como estudiantes, mujeres, académicos, artistas, transportistas, de derechos humanos, medios de comunicación alternativos y otros, que intensifican sus acciones para intentar “adecentar” a la policía. 
 
Los planes de incrementar la ocupación y la militarización con deuda externa, a través de préstamos otorgados por organismos financieros internacionales y bilaterales como será en el caso de  la CARSI (Iniciativa de Seguridad Regional para Centroamérica) -una extensión de la Iniciativa Mérida y Plan Colombia-, y la decisión de instalar más bases militares gringas en territorios indígenas y negros, son inaceptables para las comunidades,  pueblos y organizaciones. Los rechazamos y exigimos que salgan de Honduras.
 
11.- Nos solidarizamos con todos los procesos de resistencia, en defensa de los bienes comunes de la naturaleza, de vidas, derechos y construcciones sociales y políticas. Les animamos a profundizar la lucha social tan necesaria y fundamental para caminar a la emancipación y la refundación de una Honduras más justa y digna.
 
12.- Reiteramos nuestro compromiso de continuar en la lucha contra la dictadura capitalista, patriarcal y racista, desde la defensa de territorios, soberanías, autodeterminación, culturas y vidas; de continuar en el camino de construcción del proceso constituyente originario, pluricultural, laico, incluyente, democrático, amplio, justo, descolonizador y refundacional que emprendimos como organización desde antes del golpe de estado. 
 
Nos llamamos a todas y todos a vivir por adelantado y en este ahora, la Honduras Refundada que soñamos, desde las individualidades, prácticas organizativas y demás colectividades. 
 
Vivamos con profunda convicción nuestras vidas, y construyamos juntos y juntas desde abajo la utopía hoy.    
 
¡Con la fuerza ancestral de Iselaca, Lempira, Mota, Etempica, se levantan nuestras voces llenas de vida, justicia, libertad, dignidad y paz!


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