Kalvellido |
Por COPINH
El Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras – COPINH -, en ocasión de la conmemoración de la fecha en que se inició el colonialismo, y en el marco de la movilización en las calles de Tegucigalpa durante los días 11 y 12 de octubre del 2011, manifestamos:
1. Nuestro repudio al viejo colonialismo que significó el saqueo de los bienes de la Madre Tierra y la barbarie cometida en el holocausto más grande que registra la historia de la humanidad, sufrido por los pueblos indígenas y negros en nuestros territorios.
Leer: 519 años de genocidio y explotación
2. Nuestra condena al neocolonialismo que en Honduras explota los bienes naturales, represando los ríos para generar energía eléctrica privatizada y satisfacer la voracidad de las transnacionales, que impulsan sus proyectos de muerte, sin importar los daños directos a las comunidades y al medio ambiente. Tal es el caso del complejo hidroeléctrico sobre el río Patuca, y de los más de 74 proyectos de represas que se han aprobado en el país, sin consultar a las comunidades, en clara violación al Convenio 169 de la O.I.T. y a la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas. Por si eso fuera poco, las transnacionales expanden la explotación minera, que amenaza con la destrucción total de nuestras tierras, la contaminación de las aguas, la muerte de animales, plantas y seres humanos, a lo que se agrega la estrategia del despojo de los territorios, con el famoso negocio de captura de carbono y venta de oxígeno, con el que los países industrializados se quieren quitar su responsabilidad en la contaminación del planeta.
3. Nuestra condena al régimen presidido por el señor Porfirio Lobo Sosa, continuador del golpe de estado, cómplice de los poderes reales en las políticas de saqueo y represión contra nuestro pueblo, responsable también de incumplir los compromisos firmados con las comunidades afiliadas a COPINH en relación a tierra, al desarrollo de sistemas de evaluación de impacto ambiental, respeto a los derechos humanos, administración forestal, infraestructura, educación y salud.
4. Nuestra denuncia al régimen hondureño que impulsa planes de profundización de la militarización del país, como la aprobación del servicio militar obligatorio y la subordinación aún mayor de la Policía Nacional al mando directo de las Fuerzas Armadas.
5. Nuestro repudio a la ocupación militar gringa, con las nuevas bases y las maniobras de guerra que desarrollan en el territorio hondureño, que tienen como objeto garantizar el despojo de las riquezas del país, y asesorar la represión y la criminalización de las luchas sociales, defendiendo a la oligarquía, a las transnacionales y al régimen de facto.
6. Nuestra solidaridad con nuestros hermanos y hermanas campesinos y campesinas del Bajo Aguán, quienes como respuesta a su justa demanda de reforma agraria reciben la más brutal represión, con secuestros, detenciones, torturas y asesinatos por parte de la policía, el ejército y los guardias de seguridad que actúan bajo las órdenes de los narcos y de los “palmeros de la muerte”.
7. Nuestro apoyo militante a los pueblos indígenas y negros de la Moskitia en la lucha contra los proyectos de construcción de las represas Patuca I, II y III, que se impulsan para satisfacer la demanda energética de las transnacionales.
8. Nuestro llamado urgente a la población hondureña, a fortalecer la construcción del poder constituyente, hasta impulsar la Asamblea Nacional Constituyente Popular, Democrática, Plenipotenciaria, Incluyente y Originaria, que formule un nuevo pacto social y político, y promueva una nueva institucionalidad, en el marco de un proyecto refundacional que reconozca la pluriculturalidad, la diversidad, el multilingüismo, la soberanía, la equidad y la autonomía en todas sus dimensiones y la defensa y el cuidado de la Madre Tierra.
9. Nuestro apoyo al movimiento indígena, negro y popular en todas las naciones de nuestro continente. Les animamos a seguir sin descanso la lucha emancipadora de los excluidos y las excluidas de la tierra.
¡Con la fuerza ancestral de Iselaca, Lempira, Mota, Etempica, se levantan nuestras voces llenas de vida, justicia, libertad, dignidad y paz!
3. Nuestra condena al régimen presidido por el señor Porfirio Lobo Sosa, continuador del golpe de estado, cómplice de los poderes reales en las políticas de saqueo y represión contra nuestro pueblo, responsable también de incumplir los compromisos firmados con las comunidades afiliadas a COPINH en relación a tierra, al desarrollo de sistemas de evaluación de impacto ambiental, respeto a los derechos humanos, administración forestal, infraestructura, educación y salud.
4. Nuestra denuncia al régimen hondureño que impulsa planes de profundización de la militarización del país, como la aprobación del servicio militar obligatorio y la subordinación aún mayor de la Policía Nacional al mando directo de las Fuerzas Armadas.
5. Nuestro repudio a la ocupación militar gringa, con las nuevas bases y las maniobras de guerra que desarrollan en el territorio hondureño, que tienen como objeto garantizar el despojo de las riquezas del país, y asesorar la represión y la criminalización de las luchas sociales, defendiendo a la oligarquía, a las transnacionales y al régimen de facto.
6. Nuestra solidaridad con nuestros hermanos y hermanas campesinos y campesinas del Bajo Aguán, quienes como respuesta a su justa demanda de reforma agraria reciben la más brutal represión, con secuestros, detenciones, torturas y asesinatos por parte de la policía, el ejército y los guardias de seguridad que actúan bajo las órdenes de los narcos y de los “palmeros de la muerte”.
7. Nuestro apoyo militante a los pueblos indígenas y negros de la Moskitia en la lucha contra los proyectos de construcción de las represas Patuca I, II y III, que se impulsan para satisfacer la demanda energética de las transnacionales.
8. Nuestro llamado urgente a la población hondureña, a fortalecer la construcción del poder constituyente, hasta impulsar la Asamblea Nacional Constituyente Popular, Democrática, Plenipotenciaria, Incluyente y Originaria, que formule un nuevo pacto social y político, y promueva una nueva institucionalidad, en el marco de un proyecto refundacional que reconozca la pluriculturalidad, la diversidad, el multilingüismo, la soberanía, la equidad y la autonomía en todas sus dimensiones y la defensa y el cuidado de la Madre Tierra.
9. Nuestro apoyo al movimiento indígena, negro y popular en todas las naciones de nuestro continente. Les animamos a seguir sin descanso la lucha emancipadora de los excluidos y las excluidas de la tierra.
¡Con la fuerza ancestral de Iselaca, Lempira, Mota, Etempica, se levantan nuestras voces llenas de vida, justicia, libertad, dignidad y paz!
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