miércoles, 20 de julio de 2011

Honduras: Más sangre derramada en el Bajo Aguán

Comunicado FIAN Honduras

El régimen se preocupa más por la denuncia que por la violación de DDHH

Dos campesinos fueron asesinados el sábado 16 de julio de 2011 en la comunidad de Ilanga, municipio de Trujillo, Colón. Eran asociados a la cooperativa Nueva Marañones, en la margen izquierda del río Aguán, afiliada al Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA).

Luis Alonso Ortiz Borjas, 52 años, padre de 5 hijos, tres de los cuales son menores de edad, y Constantino Morales Enamorado, 32 años, deja dos hijos, uno de cuatro y el otro de dos años. Son los campesinos asesinados como resultado de haber recibido 12 y 14 disparos respectivamente, según denuncian sus compañeros.

De acuerdo a la misma fuente los campesinos de ese asentamiento son amenazados constantemente por hombres que disparan con AK-47 y R-15, utilizan pasamontañas y se movilizan en vehículos sin placa. Señalan que ciertos modos de operación han cambiado, “si antes vestían uniforme de guardias ahora visten como cualquier campesino”.

Como en otros casos similares, no se conoce de acciones que debieran realizar las autoridades; no obstante, según un periódico de la capital de la república la policía habría declarado que "No nos permitieron la entrada para tomar datos sobre el hecho, se alteraron y fue más bien peligroso para la Policía. Ellos mismos recogieron los cuerpos de las víctimas, no hubo un reconocimiento de ley".

Tales declaraciones hacen suponer un estado de cosas que está totalmente reñido con la realidad y que ha sido utilizado por las autoridades en casi todos los casos de muertos o heridos como pretexto para justificar su indolencia. ¡Es inconcebible que la policía se declare incompetente; que no pueda imponer su autoridad para levantar un cuerpo

Durante la visita de FIAN a Rigores, el sábado 16 de julio, dirigentes de esa organización campesina nos confiaron que un día antes funcionarios del INA, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, fiscalía y policía habían llegado en helicóptero expresándoles a los campesinos su preocupación por las denuncias que en al ámbito nacional e internacional habían hecho circular FIAN Honduras y Amnistía Internacional en las que se detallaban los daños  a las construcciones y las acciones violentas contra la personas que ahí se encontraban durante el desalojo violento e ilegal que había ejecutado la policía.

Les dijeron, además, que tuvieran paciencia, que el INA les respaldaba para que se mantuvieran en esas tierras pero, al decir de los campesinos, hasta este momento no se ha logrado nada concreto que les pueda dar tranquilidad y satisfacción.

Se tomaron fotografías con los niños. Momentos antes había visitado la cooperativa Nueva Marañones y, según los dirigentes de esta organización, los mencionados funcionarios habían ofrecido 50 lempiras a los niños para que les dijeran si los campesinos tenían armas y que les dijeran dónde las guardaban.

Es evidente que el conflicto agrario persiste. Los campesinos de la Nueva Marañones argumentan que no pueden dar sustento a todas las familias asentadas en ese lugar con las tierras cultivadas y no cultivadas que ahora tienen y que la única salida es el cumplimiento del convenio que establecía 11 mil hectáreas firmado el 3 de abril y ratificado el 7 del mismo mes en el 2010 y por el que seguirán luchando.

Tegucigalpa, martes 19 de julio de 2011-07-19


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